He perdido a mi perro (I)

perros con localizadores GPS

(Actualizado septiembre 2023)

¿Qué hago si mi perro se pierde?

 

Perder al perro es algo que ocurre con mucha frecuencia. Un despiste en el paseo, un cohete o tormenta que lo asusta, un rastro de alguna perrita o de un animal silvestre…. Las razones son diversas, pero el resultado final es el mismo: angustia, desesperación, nerviosismo, y muchas dudas: ¿cómo lo busco?, ¿por dónde empiezo?, ¿estará bien, a dónde habrá ido?.

Hasta no hace mucho nos teníamos que conformar con llamarle y confiar en que regresara a nuestro lado, o empezar a movernos de un lado a otro para ver si lo veíamos.

Pero gracias a los enormes avances en tecnología, a día de hoy puedes anticiparte a este problema, ahorrándote un gran susto y quizá posibles daños para tu perro, para terceros, o peor, el no volver a ver a tu amigo nunca más.

 

Lo primero: anticípate

 

Lo ideal es dar por sentado que algún día se puede perder (¡o escapar!).

Según el temperamento de tu perro y tus experiencias previas, hay veces que tenemos más claro que esto puede ocurrir que otras, así que puedes llevar a cabo acciones en distinto grado según tus expectativas.

Sin embargo, es importante que hagas algo para prevenir, no confíes en el “esto no le ocurrirá a mi Toby, que nunca se separa de mí”.

Algunas de las ideas que puedes aplicar no cuestan esfuerzo y son muy económicas, así que sé previsor, mejor que nunca tengas que necesitar estas medidas a que tengas que lamentar no haberlas aplicado.

 

Siempre identificado

 

Lo primero puede sonar obvio, pero en España al menos todavía hay mucha gente que lo deja para más adelante, lo olvida, o simplemente no lo cree necesario o siente algún tipo de rechazo hacia el procedimiento: identifica a tu perro mediante microchip subcutáneo.

El microchip o transponder es un pequeño dispositivo de cristal biocompatible. En su interior tiene una bobina de cobre en la cual se ha grabado un número en forma de señal de corta distancia.

Se coloca mediante una inyección bajo la piel, generalmente en el lado izquierdo del cuello, y salvo averías excepcionales, permanece ahí toda la vida del perro.

Cuando se aproxima un aparato lector activado (que emite una señal) el microchip responde con su propia señal. Y el lector traduce esa señal a un número único. Ese número es el que corresponde a tu animal, sería como nuestro número de DNI.

Hay quien cree que el microchip permite encontrar al perro mediante esa señal, pero lamentablemente no es así.

La señal que emiten tanto el lector como el transponder son de corto alcance, apenas 20 centímetros máximo. Por lo tanto, no sirve para encontrar físicamente al perro. Sirve para saber a quién pertenece ese animal.

Y es que tras colocar el chip a tu perro, hay un segundo paso imprescindible: el número asignado debe asociarse a tus datos. Y eso se hace vía Internet.

Existen en España varias bases de datos y programas gestionados por los veterinarios clínicos, donde se introducen los datos del animal y del propietario y se asocian al número de microchip correspondiente.

Así, cualquiera con acceso a la base de datos puede saber quién es el cuidador de un perro tras haber obtenido el número de chip, facilitando la devolución del mismo.

La identificación animal es obligatoria desde hace años, en toda España.

Pero tiene un gran defecto. Bueno, más de uno, pero para lo que te interesa, hay uno realmente importante: es necesario un lector y acceso a una base de datos privada.

Esto suele implicar la intervención de un veterinario. Y aunque en teoría los cuerpos de seguridad (policía y guardia civil) tienen acceso a lectores y bases de datos, ellos también tienen horarios de trabajo, que es lo que ocurre con las clínicas.

Si tu perro se pierde un sábado por la tarde, alguien lo recoge y desea devolverlo, posiblemente no logre localizarte hasta el lunes por la mañana, como muy pronto.

Eso es un gran inconveniente.

Como ventaja es muy difícil de manipular, y en caso de robo o de conflicto con la persona que encuentre a tu perro (que se lo quiera quedar, vaya), te da respaldo legal: puedes demostrar sin lugar a dudas que tu perro es realmente tuyo.

En varias ocasiones he recibido en la consulta a personas que habiendo encontrado un perro adulto sin identificar, quieren quedarse con él, y al implantarle el microchip con sus propios datos son legalmente propietarios del animal. Eso puede complicar mucho que lo recuperes si logras dar con él. Así que es importante que lo lleve.

Pero también debes valorar otras opciones además del microchip.

 

Es importante que  pasee «vestido»

 

Lo segundo que debes hacer para prevenir una pérdida es ponerle un collar o arnés cuando esté suelto.

Siempre.

No sirve para encontrarlo de modo directo pero es una gran ayuda psicológica para lograr ayuda de terceros de modo voluntario.

Me explico.

La gente se encuentra perros con mucha frecuencia. Hay quien se involucra sin pensar nada, y los recoge y actúa en consecuencia.

Pero la mayoría, aunque le gusten los perros y se le cruce uno en el camino, piensa primero “¿tendrá dueño o está abandonado?”. “Y si está abandonado y lo recojo, ¿¿qué haré después con él??”.

Si la respuesta inmediata es “esto me va a complicar mucho la vida”, la reacción inmediata será “bueno, por aquí pasa más gente, ya se ocupará otro que tenga más opciones que yo de ayudar”. Y ya.

En cambio, si el perro tiene buen aspecto, y un collar o arnés en  buen estado, más cierta cara de despiste, la situación cambia.

El mensaje que llega es “este perro está realmente perdido, seguro que alguien lo está buscando, si lo recojo y trato de encontrar a su familia no me complicaré mucho la vida y ayudaré al animal”.

Es más fácil que un desconocido coopere si tu perro denota que alguien se está preocupando por él.

Quizá no suene bien, pero mi experiencia con perros sin dueño (¡¡ni chip!!) que aparecen por la clínica o llamadas telefónicas que explican justo esto desde hace años me dicen que las posibilidades de que alguien te ayude aumentan  notablemente si tu perro parece realmente perdido, y no hay nada que sugiera que lo  han abandonado.

 

Ponlo aun más fácil

 

Siguiendo con la línea de lograr la cooperación de desconocidos y anticiparnos a una posible pérdida, puedes lograr que de modo inmediato te devuelvan a tu perro de un modo sencillo y económico.

Coloca en su collar o arnés una chapa con tu teléfono.

“Menuda obviedad”, estás pensando.

¿Seguro?.

Echa un vistazo un día mientras pasees, a ver cuántos perros tienen una chapa visible con el teléfono de su dueño.

Yo lo hago, y sorprendentemente casi ningún perro la lleva.

Yo tengo incluso una chapa “neutra”, donde solo aparece mi teléfono, y se la pongo a los perros que dejan a mi cuidado o a los perros de mis amigos, cuando se quedan en mi casa unos días. Por si acaso.

Si pierdes a tu amigo, y alguien lo ve antes que tú y ve la chapa, las probabilidades de que te llame al momento son muy muy altas.

Con esta idea evitas la incertidumbre y la espera que supone la lectura del microchip.

Y la posibilidad de que la gente mire para otro lado para no complicarse la vida si el perro está abandonado o sin chip: nadie abandona a su perro con una chapa colgando del cuello.

La implicación de terceros en este caso es rápida y eficaz: no tienen que cambiar nada en sus vidas, ni responsabilizarse ni implicarse apenas. Solo tienen que hacer una llamada.

Incluso las personas a las que no les gustan los perros estarían dispuestas a hacerlo, solo por no ver a tu perro vagando de un lado a otro cerca de ellos.

En serio.

Por lo tanto, una chapa puede ahorrarte un gran disgusto y mucho tiempo de búsqueda, y facilitar enormemente la colaboración de terceros para que te ayuden espontáneamente.

Yo hace años que las compro vía Internet en el mismo sitio: ahorro tiempo y dinero.

En esta web tienen muchos modelos, en distintos colores, y funciona muy bien. En pocos días la tendrás en casa.

 

¿Y si lo pierdo en un lugar aislado?

 

Cuando paseamos por lugares muy tranquilos, por no decir desiertos, contar con ayuda de terceros parece una opción poco acertada.

En esas situaciones, tendrás que volverte loco a llamar y dar vueltas y más vueltas para encontrar a tu perro.

O de nuevo puedes anticiparte, y si crees que tu perro tiene facilidad para perderse o es algo escapista, elige la artillería pesada: colócale un localizador GPS.

He recibido muchas consultas respecto a estos dispositivos desde hace años, y he podido comprobar con el paso del tiempo que hemos pasado de disponer de localizadores GPS de gran tamaño, escasa eficacia y sobre todo, precio elevado (varios cientos de euros), a poder comprar localizadores GPS de pequeño tamaño y peso, alta efectividad y a precios realmente asequibles.

Existen muchos modelos, con lo cual decantarse por uno u otro puede resultar complicado.

Voy a ayudarte a simplificar la selección.

 

Cómo elegir un localizador GPS para tu perro

 

Lo primero es que tengas claro qué tipo de localizador GPS deseas comprar.

Hay dos tipos: el que funciona mediante señal de radio, y el que opera a través de satélites de posicionamiento (el verdadero GPS propiamente dicho). Algunos añaden al GPS la posibilidad de posicionar vía antenas de telefonía móvil (GSM).

Ambos tipos de localizadores GPS tienen sus pros y sus contras.

Vamos a verlos en detalle para que valores cuál es el más útil para ti.

 

Localizadores por radiofrecuencia

 

Estos aparatos emiten una señal de radio, y se venden junto con un receptor o mando que la recibe.

Como ventaja, no tienen gastos adicionales. Es un sistema cerrado que no requiere de soporte externo, ni Apps, ni Internet, ni empresas que cobren mensualidades por el mantenimiento del sistema.

Además, funcionan en lugares donde no existe la cobertura para teléfonos, que en montaña es un problema más frecuente de lo que crees.

Como inconveniente, el alcance de los de onda corta (la mayoría) puede llegar a ser realmente escaso. El mejor que he visto llega hasta un kilómetro, pero la mayoría se queda en unos cientos de metros, en el mejor de los casos.

Y eso si no hay obstáculos sólidos: las ondas de radio no pueden atravesar paredes ni muros de piedra ni montañas. Si lo piensas en zonas rurales hay sitios donde la radio no se oye nada bien.

Tampoco ofrecen ubicación exacta mediante coordenadas, ya que la comunicación entre el emisor y el receptor es tan solo por ondas.

Lo que hacen es indicar mediante el mando la proximidad o lejanía del emisor, con luces y/o sonidos. Según te aproximas al objetivo, pitan más rápido o las luces aumentan, según te alejas, lo contrario.

En según qué sitios puede ser un poco confuso el andar hacia un lado y hacia otro buscando una señal más intensa.

En el caso de los rastreadores de perros por radio de onda larga, el panorama es muy diferente.

Son más aparatosos, ya que requieren de antena, pero a cambio la distancia de localización es de muchos kilómetros, son precisos y funcionan casi en cualquier terreno.

Su único inconveniente es que superan en precio a los demás por mucho.

 

Localizadores GPS mediante satélite/antenas

Este sistema es el más común. El aparato dispone de un sistema de recepción de señal de satélites (GPS), y gracias a ellos genera una ubicación, que traduce a coordenadas.

Muchos localizadores GPS disponen también de recepción de señales de antenas de telefonía (GSM)  para compensar las zonas donde no se recibe bien la señal de satélite y no permite una ubicación correcta por ese medio.

Luego se comunica con otro aparato (un teléfono móvil), y le transmite dichas coordenadas cuando el teléfono que le requiere el dato contacta con el localizador GPS.

Por lo tanto el primer requisito que tienen estos localizadores GPS es que precisan de una tarjeta SIM.

Tienes que disponer de una línea de teléfono para el localizador, ya que tú le llamarás para que te dé su posición, y él contestará con ese dato (mediante mensajes de texto o direcciones web).

La mejor opción para que esto no te cueste dinero es comprar una tarjeta SIM de una compañía que te permita pagar (mediante contrato: las de prepago caducan cada X meses y pierdes lo que no usas) solo cuando haces uso de algún servicio, es decir, solo cuando la tarjeta emita SMSs o datos.

Mientras esté inactiva, no pagas nada. En Simyo, por ejemplo, tienen esa opción (yo tengo una tarjeta para mi localizador con esa compañía desde hace años). Seguro que en otras compañías también es posible.

Así que el funcionamiento es sencillo: enciendes el aparato, te aseguras de que esté al máximo de batería, colocas la tarjeta SIM (que debe poder activarse sin PIN, si no el localizador no funciona porque no tiene teclado numérico para desbloquear la tarjeta), y le pones el aparato a tu perro.

¡¡Y a pasear!!.

Si tu perro se pierde o escapa, llamas al número de teléfono de la SIM del localizador GPS.

En breve recibes un SMS con unas coordenadas. Introduce las coordenadas en Google Maps o sistema similar de navegación, y a recuperar a tu amigo.

Algunos te facilitarán una web donde aparecerá directamente la ruta a seguir, en lugar de coordenadas concretas.

 

Pero ¿qué localizadores GPS elegir?

 

Ya tienes claro cómo funciona cada sistema.

Y aun tienes dudas, porque hay docenas de modelos para elegir.

Así que a continuación tienes unas revisiones de los modelos de localizadores GPS que más se venden de ambos tipos, destacando sus beneficios sobre el resto y las funciones que aportan, así como los costes de mantenimiento, si los hay, para que te resulte muy sencillo decidirte por uno.

Después solo tendrás que asegurarte de que dispone de batería suficiente antes de los paseos, y fijarlo bien al collar o arnés de tu amigo.

Esto último es importante. Los perros se sacuden, se revuelcan por el suelo, juegan con otros perros…. Si el localizador no está bien fijado puede soltarse.

No perderás el aparato, pero puedes perder al perro mientras el aparato queda en el suelo.

Ahora con uno de estos localizadores GPS, si tu perro se pierde o escapa, lo recuperarás en un breve plazo de tiempo, y sin depender de terceros.

 

– LOCALIZADORES GPS/GSM

 

TRACTIVE GPS (sobre 50 €)

 

Este es uno de los dispositivos más vendidos, a pesar de numerosas críticas negativas sobre el coste de mantenimiento y el soporte técnico.

Aunque recibe señal de GPS, se comunica mediante antenas de telefonía móvil, lo que significa que si no hay cobertura telefónica, simplemente no funciona.

En lugar de tarjeta SIM comprada por ti, lleva incorporada una SIM interna.

Esto implica que depende de un servicio externo de pago que puede activarse y desactivarse cuando se desee: 5 euros/mes si contratas dos años por adelantado.

Si contratas mes a mes, el coste es de 7,50 €/mes. Aunque hay usuarios que dicen que la web de alta indica (y cobra) importes mayores.

 

Al parecer aquí algunos clientes tienen problemas, porque pagas el año por adelantado y si deseas darte de baja al mes, por ejemplo, te devuelven la diferencia.

Pero como la empresa que da soporte al sistema es extranjera, y no atiende por teléfono ni a menudo vía mail, solo te redirigen a preguntas/respuestas estándar, y no siempre en español, surgen inconvenientes.

Esta situación genera problemas con las devoluciones de importes, según algunos usuarios. Es algo a tener en cuenta.

También parece que hay problemas en caso de querer ejercer la garantía por fallos de funcionamiento. Hay que hacerse cargo de los portes (hasta Austria), y eso, desde España, es un coste superior al del producto.

El fabricante te facilita una aplicación para tu smartphone con la que poder hacer el seguimiento del dispositivo, que se comunica con las antenas de telefonía móvil para indicar su posición.

Por lo tanto es imprescindible que haya cobertura (3G) para que funcione.

Es compatible con iPhone (4, 5 y 6), iPad y Android 2.3 o superior, y también puede visualizarse el trayecto realizado por tu perro a través de un navegador web.

Destaca una interesante función, que es la de poder delimitar una zona segura. Si tu perro sale de esa zona, el localizador te avisa.

Por ejemplo, si marcas una finca como zona segura y tu perro se escapa habitualmente, recibirás aviso al instante.

Aunque un usuario afirma que solo da falsas alarmas, indicando que su perro sale constantemente del perímetro cuando no es cierto.

También te permite ver un trayecto en tiempo real, por lo que puedes saber por dónde se mueve y hacia dónde va al momento.

Pesa solo 35 gramos, y es muy pequeño (4 x 5 cm), como una caja de cerillas.

La batería tiene una duración de entre 2 y 5 días, según la demanda de comunicación con tu teléfono, y se recarga por completo en solo dos horas. Es de litio y puedes cargarla mediante USB.

Varios compradores explican que el sistema de carga está mal diseñado o que la batería muere a los pocos meses, dejando el aparato inservible.

Tiene una luz integrada que da visibilidad a tu perro por la noche o en vías transitadas por vehículos. Y algo  muy importante: es resistente al agua.

Lo que no trae es un collar de sujeción, solo el localizador GPS propiamente dicho.

Por lo tanto, debes fijarlo al collar o arnés de tu perro de un modo seguro para que no se suelte si se sacude o revuelca por el suelo con él puesto.

Y sobre este punto, hay usuarios que indican que el sistema de sujeción se rompe, y en tal caso ya no hay modo de sujetarlo al collar.

 

TK909 GPS PET TRACKER (sobre 50 €)

 

Este localizador GPS viene ya colocado sobre un collar de nylon, por lo que solo tendrás que ponérselo y listos.

A diferencia del modelo anterior, requiere de una tarjeta SIM externa, lo cual te da mucha libertad y elimina o reduce notablemente los gastos posteriores a la compra.

A día de hoy comprar una SIM es bastante económico, y como indicaba anteriormente, si elijes una compañía que te proporcione una buena oferta para SMSs, puedes pagar muy poco al mes, o pagar solo por los mensajes que la tarjeta emita, es decir, solo si la usas para localizar a tu perro, no abonando nada en caso contrario.

Eso sí, un detalle importante, la tarjeta SIM que coloques debe ser 2G. El aparato no soporta ni 3G ni 4G.

La batería es de ion-litio, incorporada al localizador, y se recarga mediante USB. Tiene una larga duración, variable por uso, pero tranquilamente más de una semana.

Estos localizadores GPS funcionan de la siguiente manera: realizas una llamada o envías un SMS a la tarjeta SIM que le has puesto, y responde con un mensaje donde facilita una dirección de Google Maps, así podrás ver en tiempo real por dónde se desplaza tu perro.

También dispone de una App y de un sitio web donde poder ver distintas variables como la velocidad de movimiento, la ubicación exacta, el historial de rutas, etc.

Y cuenta igualmente con la función de zona limitada: se puede marcar un perímetro que el perro debe respetar, y si sale de ahí, el localizador te avisa a tu móvil para que sepas que se ha escapado.

En cuanto a tamaño, mide un poco más que el anterior, 7 cm x 3,7 cm (y 2 cm de anchura), y pesa 45 gramos. No es el más indicado para mascotas pequeñas (si quieres, tienes un modelo algo más pequeño y ligero, con collar adecuado para perros pequeños y gatos, aquí).

Es resistente al agua, pero no es sumergible. Eso significa que soporta algo de agua como lluvia ligera o salpicaduras. Nada más.

Finalmente el manual de instrucciones está solo en inglés. Si no se te dan bien los idiomas tal vez necesites ayuda para hacerlo funcionar, 🙂

Aunque puedes consultar este enlace, donde hay un PDF en castellano con las instrucciones.

 

KIPPY EVO GPS (sobre 40 €)

 

Kippy Evo es un localizador GPS de cuidado diseño que se ofrece en varios colores.

Tiene varias funciones mediante su App, similares a otros localizadores de este tipo: zona limitada, seguimiento de los movimientos de tu perro, coordenadas y ubicación en mapa, etc.

Es resistente a golpes y además impermeable, lo cual es un plus importante para localizadores GPS para perros.

También desde la App puedes encender una luz LED que trae incorporada, para así visualizar fácilmente dónde está tu perro en la oscuridad.

De plástico fuerte y colores vivos, cuenta con una batería de larga duración: hasta diez días. Y se recarga mediante USB.

Posiciona a tu perro mediante señal de GPS. Y puedes obtener los datos correspondientes tanto en smartphones (iOS y Android) como en PC.

Lleva SIM interna asociada a Vodafone y Orange, lo que supone que dependes de un servicio de soporte externo. Si esas compañías no tienen cobertura en la zona de paseo, no funciona.

Y según varios usuarios, las conexiones que realiza con el GPS o no son realistas (muy baja precisión) o directamente pierde la conexión durante horas, lo cual reduce notablemente su eficiencia.

Parece que la eficacia es muy variable en función de la geografía del terreno.

También comentan problemas con la App, que se cierra cada poco, así como que la batería se descarga rápidamente si está en modo uso, no llegando a los dos días.

El soporte es italiano, lo que en caso de dudas o reclamaciones puede generar algún problema de idioma. Aunque esto parece que ha mejorado recientemente.

El fabricante ofrece un plan mensual por 8 €, anual por 60 € o bianual por 100 €.

En cuanto al tamaño, es pequeño, 6 x 3 cm (y 2 cm de anchura), y pesa 50 gramos.

No trae collar, así que lo adaptas al que quieras. Han diseñado un sistema de velcro para fijarlo donde desees.

Un extra es que también registra y mide el consumo de calorías y la actividad motriz de tu perro. Lo graba todo y luego puedes consultar distintos datos relacionados en la App.

Y como parece que han renovado el dispositivo hace poco mejorando su funcionalidad, han desaparecido todos los comentarios de los usuarios anteriores a junio de 2019.

 

PAG PET FINDER 4 G (SOBRE 30 €)

 

Los localizadores GPS de Pet Finder tienen un diseño ligero y son realmente pequeños, lo que lo hace muy interesante para gatos y perros pequeños. Aunque lógicamente también se puede emplear para perros grandes.

Se sujeta al collar con unas trabillas de silicona que vienen en la funda que incluye.

Dispone de tarjeta SIM ya incorporada, pero soporta 2G y 4 G, por lo que da una mayor precisión en las ubicaciones.

Es resistente al agua, y la batería es algo limitada, hasta 4 días con un uno de 2-3 horas diarias (lo que se traduce en 8-12 horas de funcionamiento continuado).

Tiene función de geovalla. Y es resistente al agua y al mal tiempo, además de impermeable.

Funciona descargando una App para el teléfono, desde la cual podrás configurar sus diferentes funciones.

Una curiosidad es que dispone de una función para localizar a tu perro en interiores, donde los localizadores GPS no suelen funcionar, empleando la red WLAN. También puedes activar luces led o sonido a distancia.

Y como la tarjeta SIM va incorporada, es preciso contratar un plan de mantenimiento de pago para mantenerlo operativo. Ese plan va desde los 4 euros/mes si pagas dos años por adelantado, hasta los 7 euros/mes si contratas meses sueltos.

En cuanto al tamaño, mide 4,2 x 5,2 x 1,5 cm (es de los más pequeños), y pesa 32 gramos.

No indica con qué sistemas operativos es compatible.

Las críticas que recibe este modelo son comunes a este tipo de localizadores GPS. En zonas de mala cobertura mediana el funcionamiento es lento o errático. También hay usuarios que afirman que no necesitan la funcion de posicionamiento continuo, pero no puede desconectarla y dejar el aparato en Stand By (gastaría mucho menos). 

Una compradora indica que el sistema de sujeción no está bien pensado para perros, que con sus movimientos, revolcones y juegos rápidamente rompen las correas de silicona, por lo que recomienda fijar bien el localizador mediante otro sistema.

Finalmente algunos usuarios indican problemas de resolución por parte del servicio técnico de la marca. Básicamente correos con respuestas automáticas que no se ajustan a sus dudas, o ausencia de respuesta. 

 

FINDPET LOCALIZADOR GPS ( sobre 60 €)

 

Localizadores GPS de diseño compacto y moderno, que sirve también para perros pequeños y gatos.

Funciona con tarjeta SIM que viene ya incluida, y cubre más de 180 países (Europa está totalmente cubierta). Como otros dispositivos que cuentan con SIM, con una mala cobertura móvil el funcionamiento será irregular.

Para activarlo hay que descargarse la aplicación del fabricante, que es gratuita, y viene en varios idiomas (castellano incluido). Eso sí, es necesario abonar una cuota mensual, desde 3 € al mes. Para que puedas valorar los costes, oscilan entre 3 euros/,es si contratas tres años por adelantado, y 6 euros/mes si pagas mensualmente.

Lleva una funda de silicona en la que se inserta el dispositivo, y que sirve para protegerlo del agua, aunque afirma que es resistente, pero no impermeable. Ojo con dejar que tu perro se bañe con él puesto.

 

 

También tiene función de perímetro limitado, entre otras funciones extra.

Es un localizador GPS bastante pequeño, ya que mide 4,6 cm x 3,6 cm x 1,6 cm. Y pesa muy poco, 20 gramos.

Compatible con iOS y Android. La batería se carga por USB. Tarda unas dos horas, y dura hasta cinco días, aunque con funcionamiento normal el fabricante especifica una duración de entre 2 y 4 días.

Tampoco hay suficientes opiniones de otros usuarios para poder valorar qué tal funciona.

 

WEENECT DOGS 2 LOCALIZADORES GPS (sobre 50 €)

 

Estos localizadores GPS se publicitan como el más pequeño para mascotas. Pues mide 6.5 x 4 x 1.8 cm, que es un tamaño bastante reducido. Aunque no es el más pequeño que hemos visto en esta selección. Tampoco el más ligero, ya que pesa 55 gramos. Eso sí, mencionar que el fabricante ofrece otro más pequeño para gatos.

No trae collar, pero está diseñado para acoplarse fácilmente a uno mediante una funda de silicona que permite adaptarse a collares de muchas medidas  

Este modelo trae ya incorporada una tarjeta SIM, por lo que requiere de un pago de suscripción anual. Eso sí, hay que destacar que en lugar de pertenecer a una compañía concreta, la tarjeta se conecta a la que esté ofreciendo cobertura en la zona, cambiando a otra compañía en caso de cambio de antena.

Lógicamente con mala o nula cobertura de telefonía, no funciona. Ah, además funciona con la red 2G, esto puede ser un limitante importante en algunas zonas. 

En cuanto al asunto de la suscripción, se ofrecen varias opciones. Una suscripción de pago por mes, a suspender cuando quieras, que cuesta 8 €/mes (con un mínimo de tres meses). Una suscripción de prepago anual con un pago único de 60 €, que se renovará cada año. Y una suscripción trianual con un coste de 90 €.

No hay un límite de distancia para las mediciones del localizador GPS, y envía posicionamiento a la aplicación del teléfono cada 10 segundos.

 

Se recarga por USB en dos horas, y la batería dura hasta 3 días, dependiendo de la potencia de la red y de cuánto se mueva el perro.

La app es compatible con iOS (10.3 o superior) y Android (4.1 o superior).

Dispone de algunos extras como vibración para entrenamiento del perro, o valla virtual. Y es impermeable hasta un metro, así que podrás dejar que tu amigo se bañe con él puesto.

Como inconvenientes, el producto no es español, y el servicio técnico solo atiende en inglés o francés.

Los usuarios señalan como principal inconveniente de estos localizadores GPS lo habitual en este tipo de dispositivos, la variable calidad de la ubicación según zonas. Para algunos el funcionamiento es fantástico, y para otros resulta un tanto impreciso, pero en general cumple correctamente su función.

 

POR ONDAS DE RADIO

 

DOG GPS X20+ (sobre 440 €)

 

Este modelo de localizadores GPS (que en realidad no funcionan con GPS) es actualmente de los más eficaces y versátiles del mercado cuando no contamos con cobertura móvil o los satélites no funcionan como deberían.

Funciona por ondas de radio de larga distancia, al estilo de los walkie-talkies, y es apto para distancias realmente grandes: hasta 20 kilómetros.

De ahí que el localizador tenga una antena de tamaño considerable.

Como todos los localizadores GPS mediante ondas de radio, no funciona con el teléfono, ni precisa de tarjetas SIM, ni de App, ni de proveedores externos.

Tampoco requiere de suscripciones o pagos periódicos.

El localizador va asociado a un  mando, que es el que recibe la señal y marca la ubicación del perro. El mismo mando puede recibir señal de hasta nueve rastreadores.

 

El collar está incluido, es de PVC muy resistente y sirve para cuellos de 30 a 65 cm.

Tanto el localizador como el mando son sumergibles y resistentes.

Se carga en 3 horas, y la duración de la batería para ambos dispositivos es de unas 40 horas.

El rastreador mide 7,7 cm x 4,5 cm x 2,9 cm, y pesa 142 gramos.

Así que no está pensado para perros pequeños, 🙂

El uso es muy intuitivo, y el mando incluye un sistema de enganche para fijarlo al pantalón.

Definitivamente, este rastreador para perros está diseñado para la montaña, para uso en condiciones duras y de gran aislamiento, y para perros que realmente se alejan bastante por el monte.

Si es tu caso, este localizador te va a evitar muchos sustos.

 

MINI GIRAFUS (sobre 90 €)

 

Este dispositivo funciona mediante ondas de radio de corta distancia.

Muy práctico en lugares donde no hay cobertura de móvil, ya que no requiere el uso de terminales, tarjetas SIM, o acceso a Internet.

El aparato emite una señal, y dispone de un mando que recibe esa señal y da indicaciones de lo cerca o lejos que está el perro.

Es un poco más complicado e inexacto de usar, pues no facilita coordinadas ni dirección: hay que hacer ensayo y error según la señal se reciba más fuerte o más débil en el mando a distancia, una especie de “frío-caliente”.

Y lógicamente solo ofrece esa función: indicar la dirección en la que se encuentra el perro.

A cambio es muy pequeño (3,8 x 2,5 cm) y ligero (4,2 gramos). Las baterías duran bastante, utiliza una pila de botón corriente en el localizador (hasta un mes) y pilas AAA en el mando a distancia. Están incluidas en la compra.

Por lo tanto este aparato no genera gastos posteriores. No requiere comprar una tarjeta SIM ni hay que contratar el servicio de una empresa para el uso de una App.

Tampoco será un problema que dicha empresa siga funcionando en unos años y dando soporte on line o desaparezca, como parece haber ocurrido con alguno de los modelos de localizadores GPS.

 

Incluye una funda de silicona para proteger el aparato, lo que sugiere que con esa funda podrá aguantar algo de lluvia, pero seguramente no sea impermeable. También viene con un collar.

Por lo tanto, este dispositivo es ideal para gatos o perros pequeños (por su ligereza) y para zonas donde no haya cobertura de móvil.

El inconveniente, su corto alcance.

Al funcionar mediante ondas de radio, los obstáculos físicos importantes (paredes, montes) interrumpirán la señal, y a distancias grandes simplemente el mando no podrá recibir nada.

El fabricante afirma que recibe señal hasta 500 metros en terreno despejado, aunque algún usurario relata distancias mayores de eficacia de hasta un kilómetro.

El manual está en inglés y alemán, lo que no es muy práctico, pero el manejo es bastante sencillo e intuitivo, por lo que parece que no es un problema.

Una opción interesante es que se pueden comprar varios localizadores GPS para un solo mando a distancia, en concreto cada mando puede recibir la señal de cuatro localizadores.

 

QR4G PLACA (sobre 6 €)

 

Quiero añadir este dispositivo, que si bien no es un localizador GPS propiamente dicho, ayuda a acelerar la recuperación de tu mascota si lo encuentra otra persona.

Es una chapa que pesa 20 gramos y mide unos 3 cm de diámetro. Es de plástico. Se sujeta a cualquier collar o arnés mediante una anilla metálica.

Sería el equivalente a la chapa metálica de toda la vida, pero en moderno y con más funcionalidad. Por lo tanto no necesita pilas o baterías.

¿Y cómo funciona? Pues lleva un chip en su interior que permite la lectura de datos al aproximar un smartphone a la chapa. El teléfono puede escanear mediante código QR o por NFC. También sirve introducir QR4G.com para activar el sistema.

Así puede leerse con cualquier smartphone, tanto Android como iPhone.

El usuario recibe, desde el teléfono de la persona que está con el perro, un email con las coordenadas de ubicación. Por tanto no requiere instalar una App en el móvil.

No tiene gastos de mantenimiento ni depende de la eficacia de satélites, pero necesita de la colaboración de terceras personas.

Cuando alguien encuentra al perro, solo tiene que acercar el teléfono a la chapa o bien teclear el código QR4G.com en un navegador. Entonces recibes en tu propio teléfono un email con las coordenadas de ubicación.

La idea es que utiliza el sistema GPS del móvil que lee la placa, y envía un mensaje a tu teléfono a través de dicho móvil.

No requiere de instalación de App en el teléfono.

En monte puede resultar poco útil: dependes de que alguien encuentre al perro, lleve un smartphone, sepa cómo funciona la placa y además que haya cobertura.

En zonas urbanas parece bastante más útil, es muy económica y no requiere mantenimiento ni gastos adicionales.

 

HAY MUCHOS MÁS LOCALIZADORES GPS PARA PERROS

 

He dejado fuera de la descripción muchos aparatos.

Existen docenas de modelos, así que me he centrado en los que pueden ser más útiles.

No he incluido los que funcionan mediante Bluetooth, que son muchos, debido a la corta distancia de localización (no suele superar los 15 metros). Tampoco los que son muy genéricos y no están preparados de ninguna manera para colgarlos en el collar del perro, o son demasiado grandes o poco resistentes, o incluso algunos que según sus usuarios, han perdido el soporte técnico o el acceso a la web/App.

Y ahora de un vistazo, una comparativa entre los distintos localizadores GPS para que te queden las ideas bien claras a la hora de elegir:

Marca Precio SIM Servicio de pago Batería Resistente al agua Collar incluido Compatibilidad Medidad/Peso
Tractive 50 € Interna Sí. Bianual (5 €-mes) 2-5 días Recarga en 2 horas Resistente e impermeable No Android, iOS, pc 4×5 cm/35 gr
Tk 909 50 € Externa (2G, no incluida) No Hasta 12 días Resistente Sin datos 7×3,7 cm/45 gr
Kippy Evo 40 € (Vodafone Orange) Sí. Mensual a bianual 60€ año Hasta 7 días Resistente e impermeable Android, iOS, pc 6×3 cm/50 gr
PAG Pet Finder 30 € Interna Sí, 7€/mes) Hasta 12 horas Resistente e impermeable Sin Datos 4.2×5.2/32 gr
FindPet 50 € Interna Sí (entre 3 y 6 €/mes) Hasta 5 días Resistente, no impermeable Android, iOS 4,6×3,6×1,6 cm/20 gr
Weenect Dogs 2 50 € Interna (multired, 2G) Sí, 7,9 €/mes (mínimo 3 meses) Hasta 3 días Resistente e impermeable No Android, iOS 6,5×4×1,8 cm/55 gr
Dog GPS20X 440 € Radio onda larga No 40 horas Resistente e impermeable No necesita. Alcance 20 km 7,7×4,5×2,9 cm/142 gr
QR4G 6 € Chip interno No No usa Resistente e impermeable No Android, iOS Código qr. Código webID 3 cm/20 gr
Mini Girafus 90 € Radio onda corta No Con pilas, varios meses Resistente (con funda) no impermeable No necesita. Alcance 500 metros 4×2,5/4,2gr

Y si después de leer el artículo aun no has encontrado lo que buscas, aquí tienes un listado de los localizadores GPS de rastreo para perros más vendidos:

Por qué mi perro me ladra cuando lo regaño

«Quiero saber por qué mi perro me ladra cuando le regaño» es algo que me preguntan a menudo. Y es que cuando corriges a tu perro, a veces te planta cara y te ladra. Y quieres saber por qué lo hace, qué significa y qué debes hacer al respecto. Pues te lo cuento.

¿Qué hago si mi perro me ladra cuando lo regaño?

 

La respuesta corta es “no le regañes”.

Vale. Ahora habrá gente que se esté partiéndo de risa.

Hablo en serio, y no es mi intención ofender a nadie ni burlarme.

Te explico lo que está pasando.

Para que veas que no es lo que tú crees que está pasando, y entiendas por qué no debes regañar a tu perro.

Incluso aunque gruña. O muerda.

 

Regañar no educa, genera respuestas defensivas

 

 

Veamos.

Tu perro hace algo que crees inadecuado. Le regañas.

Tú piensas que le estás educando.

Que así entenderá que eso que ha hecho está mal y que no debe repetirlo en el futuro.

Que así lo aprenderá y será un perro bueno.

Pero resulta que en la cabeza de tu perro está pasando otra cosa totalmente diferente.

Cuando le regañas, él simplemente percibe un conflicto social. Una amenaza.

Y emite señales para calmarte y para que dejes de amenazarle.

Él no entiende por qué estás así, solo entiende que estás enfadada.

Pero tú, bien porque no te has fijado, bien porque no sabes reconocer las señales, no te das cuenta de que tu perro te pide que pares y que te tranquilices.

Y sigues regañando.

Así que tu perro, que ve que su comunicación no funciona y se siente realmente en peligro, empieza a emitir señales de amenaza hacia ti.

Sí.

Él cree que le estás amenazando, así que ahora te amenaza a ti.

Y ahora tú entiendes la señal (te sientes amenazada y te da miedo) pero no entiendes por qué se pone así.

 

Y si no le puedo regañar, ¿cómo lo educo?

 

Bueno, después de leer esto, confío en que sí lo estés entendiendo.

Y por eso tu perro te ladra cuando le regañas, y no es buena idea regañar a tu perro.

Porque no entiende nada.

No aprende nada, y encima le das miedo.

Y cree que debe defenderse. De ti.

Que no quieres hacerle ningún daño.

Así que mejor utiliza la alternativa al regaño para educar.

La hay, y funcionan muy bien. Se llama educación canina amable y empática.

En cuanto la conozcas, vas a entender muchas cosas. No se dan premios, no se regaña ni se castiga, y se fomenta una convivencia en la que prima el bienestar del perro.

Si esto te resuena y quieres saber más, tienes todos los detalles en este artículo.

Y si lo que has leído te parece interesante, empieza por apuntarte a mis correos.

Mando uno al día, todos los días. Pero solo a quienes se suscriben.

También mando una guía con ideas para mejorar la convivencia con tu perro.

Muchas de esas ideas te serán muy útiles, así que venga, deja tu email, y empieza a leer.

El Martingale es un estrangulador

Collar martingale galgos

Si tienes un galgo y lleva un collar Martingale (para galgos, te han dicho), lo que viene a continuación te interesa. Y mucho.

COLLAR MARTINGALE PARA GALGOS ¿QUÉ ES?

El collar Martingale para galgos es un modelo de collar muy característico. De unos cuatro centímetros de anchura, con base de cinta de nylon, suele estar forrado de tela de bonitos colores y dibujos.

Es un modelo de collar muy popular para galgos, aunque no es raro verlo en otras razas de perros o mestizajes.

Tiene una gran anilla donde sujetar el mosquetón de la correa, y una hebilla que permite ajustar el tamaño del collar al cuello del perro.

Y aquí es donde empiezan los problemas con el collar Martingale para galgos.

 

¿CÓMO FUNCIONA EL MARTINGALE?

Voy a ser directa y breve: el collar Martingale es un collar estrangulador.

Este modelo de collar, de uso muy popular entre los galgos, está diseñado para cerrarse cuando hay tensión en la correa. Es decir, tiene cierto tamaño en reposo, y se empequeñece cuando la correa se tensa, cerrándose alrededor del cuello del perro y haciendo presión sobre el mismo.

De este modo se compensa una peculiaridad de la anatomía de  los galgos: el cuello en su parte superior es más ancho que la parte más ancha de la cabeza.

Por esta razón, cualquier collar fijo, por mucho que se apriete, se sale fácilmente si el galgo decide tirar hacia atrás, por ejemplo porque se asusta. Y si esto ocurre, el perro queda libre. Puesto que está asustado, como buen galgo, echará a correr a lo loco, y a ver quién le pilla ahora.

Así que se propone este modelo de collar Martingale para impedir las fugas de los galgos cuando tienen miedo y tratan desesperadamente de huir.

Si estás pensando que el Martingale de tu galgo no aprieta el cuello de tu perro, y por lo tanto no estrangula, porque tiene tope, piensa que para que el Martingale para galgos sea eficaz (y que no se salga cuando el galgo forcejee con él), el tope debe estar puesto a un tamaño INFERIOR al del cuello del perro.

Por lo tanto, funciona porque aprieta, es decir, estrangula.

¿EL MARTINGALE PARA GALGOS HACE DAÑO?

La respuesta corta es sí.

Sigue leyendo si quieres que te la argumente.

Piensa en las veces que tu galgo intenta huir de algo que le atemoriza, y no solo no lo consigue, sino que encima se le corta la respiración.

O las veces en que, a propósito, o sin darte, cuenta tiras de la correa (y le estrangulas).

O cuando tu galgo intenta realizar acciones cotidianas, como saludar o jugar con otro perro, o acercarse a una persona o a algo que le llama la atención, y la correa se tensa (y el collar le estrangula).

En todos esos momentos, tu (posiblemente miedoso) galgo está recibiendo un castigo sin que te des cuenta.

Eso no le ayuda, y aumenta (mucho) su miedo. Así que cuanto más timepo lleva el Martingale para galgos, más opciones tiene para incrementar su miedo.

Y cuanto más miedo tiene, más convencida estarás de que debe llevar ese modelo de collar, porque si no, se escapa.

ALTERNATIVAS AL COLLAR MARTINGALE

Si usas un Martingale porque te parece bonito, hay collares para galgos igualmente bonitos que no aprietan (eso sí, se salen por la cabeza si el perro retrocede y tira hacia atrás).

Si lo usas porque tu perro es muy miedoso, y te preocupa que escape de golpe y lo atropelle un coche, elige un arnés antifuga pensado y diseñado expresamente para la anatomía del galgo.

Pero evita usar un dispositivo que castiga inadvertidamente a tu amigo varias veces al día.

Incluso aunque sea la asociación para galgos la que te ha dicho que se lo pongas, o te lo haya vendido/regalado al adoptar a tu galgo. Lo mejor que puedes hacer por tu perro es tirar ese collar a la basura.

Mucha gente se enfada con este asunto. Ellos sabrán porqué.

Pero luego se quejan de lo miedosos que son sus galgos (y otros perros con este tipo de collar), y no lo entienden, ni saben qué hacer para cambiar eso.

Yo si lo sé. Ahora tú también.

Si es que no te has enfadado, claro.

Yo también tengo galgos. Y no son miedosos. No llevan un Martingale para galgos.

Lo llevaban cuando los adopté, y tenían miedo, pero les cambié el collar.

Cambié más cosas, claro, pero primero el collar.

Si quieres saber qué más cosas no dan miedo a los perros y les permiten llevar una vida más placentera, puedes apuntarte en el formulario.

Y si tu perro tiene miedo y no sabes cómo ayudarle, pues igual.

¿Y qué pasará si te apuntas?

Que te llegará un libro (gratuito) con ideas para mejorar la convivencia diara con tu perro.

Y un correo diario con historias y reflexiones sobre educación canina amable.

Para mí que si vives con un perro, te interesa

 

5 cosas que puedes hacer si tu perro tiene miedo en la calle

como pasear a un perro miedoso

Pasear a un perro miedoso no es nada sencillo.

En cuanto está en la calle trata de huir de todo, ladra a muchos estímulos, tira de la correa constantemente, y soltarle es peligroso porque cuando se asusta no atiende a la llamada.

Entonces, ¿qué puedes hacer para mejorar los paseos y ayudarlo? Te lo cuento en este artículo.

Mi perro es muy miedoso en el paseo ¿qué hago?

 

Es muy habitual que un perro pase miedo en la calle.

Algunos pasan tanto miedo que parece que todo les asusta, y no quieren ni andar.

Y te gustaría saber cómo pasear a tu perro miedoso.

En este artículo quiero darte algunas ideas para ayudarte si tu perro es de los que manifiestan su temor mediante la huida o la congelación, ya que los perros expresan el miedo de muchas otras maneras y a menudo las personas no lo reconocen como tal.

Me refiero por lo tanto al clásico “perro asustadizo”.

Hay muchas razones por las que un perro intentará huir en la calle, y generalmente se suman unas a otras.

Tu trabajo entonces como cuidador es lento y tedioso, pero imprescindible.

En cualquier protocolo de modificación de conducta te dirán que mientras se trabaja la gestión del miedo, el perro debería evitar exponerse a las causas de ese miedo.

Sin embargo, en la vida real hay un obstáculo bastante serio a la hora de pasear con un perro miedoso en la calle.

Y es que, a menos que dejes de sacarle al exterior (medida muy a tener en cuenta en perros que tienen auténtico pánico a salir), lo estarás exponiendo varias veces al día a numerosos detonantes de miedo.

Que además, en general, escapan a tu control.

Y esto termina siendo un paso adelante y dos hacia atrás.

La recuperación será por tanto mucho más lenta aún.

Así que te explicaré algunas acciones que puedes llevar a cabo para que la paciencia no se te agote y la frustración no te venza. Son ideas para pasear a un perro miedoso que no implican adiestramiento o entrenar nada.

Tu perro necesita tiempo (a veces mucho) para lograr superar sus miedos.

Y tú eres todo su apoyo, no puedes fallarle.

 

1- CAMBIA DE ACTITUD

 

Lo primero es cambiar de actitud.

Tu perro tiene problemas, es verdad, pero no es el fin del mundo.

Y tú eres su referente, es a ti a quien mira de reojo cuando algo empieza a resultarle incómodo, y puede que sea hacia ti hacia donde vaya cuando algo le supere, buscando refugio y apoyo.

Hay actitudes que ayudan y actitudes que boicotean todo avance a la hora de pasar a un perro con miedo.

Veamos tres ejemplos:

Vas por la calle. Te dan mucho miedo las palomas (el miedo es libre).

Te acompaña tu mejor amigo, que conoce ese miedo.

Él ve una paloma, y se anticipa.

Tú aun no has visto nada.

# 1 # «¡¡A ver!!, ¡¡tranquilo, vale??!!, ¡¡NO-PA-SA-NA-DA!!, ¡¡¡¡Solo es una paloma, tranquilo, no es nada, no tengas miedo, caaaalmmaaaa!!!!!.«

No la viste, pero ya la estás buscando, con el corazón a mil y los ojos desorbitados.

Mala estrategia, actitud equivocada.

Así no te ayuda, más bien al contrario.

# 2 # «Otra paloma. A ver qué hace este ahora. ¡¡A ver, mira, una paloma, solo es un pajarito, es inofensivo!!, ¡no entiendo porqué te pones así, ¿es que no ves que no hace nada?!, anda, vamos a acercarnos para que veas que no te va a pasar nada

Así tampoco te está ayudando.

Los miedos no se resuelven razonando ni dejándote solo ante el peligro.

# 3 # » (Susurrando y sonriendo) Vaya. Una paloma. Bueno, no te preocupes, ¿la has visto?, ¿sí? (tras ver tu señal de incomodidad), vale, ¿vamos por otro lado?. ¿Prefieres cruzar, o dar la vuelta?. Como tú te sientas más cómodo, estoy aquí para apoyarte.»

Esto es otra cosa.

La situación es la misma.

La reacción de tu perro es la misma.

La tuya es la que puede cambiar.

Ofrecer apoyo y comprensión mientras paseas con un perro miedoso es mucho más eficaz que mostrar nerviosismo y alterarte tú antes que nadie, o que tratar de razonar y enfrentarse al miedo a las bravas.

Tu perro se irá mostrando más confiado y tranquilo a tu lado si nota una actitud de comprensión y aceptación, lo cual ayudará a que sus reacciones sean cada vez menos intensas.

Así que respira hondo, observa a tu perro para saber cuándo empieza a sentirse levemente incómodo, y actúa con calma  y decisión en ese momento.

Pero dándole todo tu apoyo y comprensión.

 

2- DALE ESPACIO O SÁCALE DEL PROBLEMA

 

Cuando tu perro se asuste, una opción muy valiosa es darle espacio.

Si algo que hiciste le dio miedo, da uno o dos pasos atrás, sonríe y mantente quieto hasta que se relaje.

Si algo ajeno a ti le provoca ganas de huir, acompáñale a un sitio seguro, sácale del problema, con ligereza pero con calma.

No hace falta que digas nada, simplemente permite la huida (controlada, para evitar accidentes).

Si tiene tanto miedo que solo quiere esconderse, permíteselo.

Tu vehículo, un portal, o directamente a casa.

Fin del paseo, ya tuvo suficiente por ese día.

3- ACOMPÁÑALO

 

En muchos lugares se comenta que no se debe prestar atención a tu perro cuando se muestra asustado, para no reforzar su comportamiento.

Y esto te dicen que debes hacerlo mientras paseas a un perro con miedos.

Sin embargo, la mayoría de las conductas que presenta un perro asustadizo no son condicionadas (aprendidas) sino involuntarias, por lo que no vas a reforzarlas (premiarlas), ni para bien ni para mal, hagas lo que hagas.

Si le regañas o castigas por mostrar comportamientos de miedo, o por las conductas asociadas a esa emoción, como tirar locamente de la correa, hacerse pis, saltarte encima o desobedecer la llamada y salir corriendo, no impides que esas conductas sigan apareciendo.

Eso sí, puedes empeorarlo todo simplemente porque añades más miedo a la ecuación, y el único refugio con el que contaba tu perro (tú) ha resultado no ser seguro.

También puedes ignorarle, pero ignorar mientras paseas a un perro con miedo eso no le ayudará.

De nuevo su intento de refugiarse en ti le fallará.

No aumentará el miedo, pero tampoco será una ayuda.

Y hay momentos en que tu perro solo cuenta con tu ayuda.

Si el estímulo que produce el miedo se ha presentado a baja intensidad, y tu perro mantiene aun el control de sí mismo, ignorar sus reacciones sí puede ser de ayuda.

No tanto porque al ignorar la conducta vaya a desaparecer (para eso primero tendría que haberla aprendido, y el miedo no se aprende), sino porque si duda, y te ve tranquilo e indiferente puede replantearse que tal vez no es para tanto.

Si eres su referente emocional, esto puede ser eficaz.

Si todo el mundo a tu alrededor mantiene la calma cuando tú empiezas a perder la cabeza, puede que te pares a pensar en ello, y pensar es un buen antídoto contra el miedo.

En cambio, prestar atención a tu perro en un momento de miedo intenso sí puede ser de ayuda, si te ciñes a la actitud adecuada.

Puedes susurrarle algo bonito, darle caricias lentas y sonreírle mucho.

Que sepa que le quieres, que le entiendes y que estás ahí.

No puedes premiarle por tener miedo.

No puedes reforzar conductas viscerales asociadas al miedo.

Pero quizá logres rebajar sus niveles de miedo y así él consiga pensar un poco y sentir un poco menos de miedo.

O quizá consiga controlar mejor su miedo si está acompañado y se siente protegido.

Así que no tengas reparos en hacerle caso a tu perro cuando se asusta mientras estáis paseando.

Solo si crees que tu actitud será nerviosa o  alterada y puede empeorar más su percepción de peligro, entonces es preferible cierta indiferencia (pero un par de caricias largas y lentas sí le puedes dar, ¿no?).

 

4- DISMINUYE LA CARGA DE ESTÍMULOS

 

Las personas en entornos urbanos no somos conscientes de la enorme cantidad de estímulos visuales, sonoros, olfativos e incluso táctiles que nos “atacan”  cada minuto que estamos en la calle.

Pasear a un perro con miedo por la calle implica que esta gran cantidad de estímulos será una sobrecarga para su sistema nervioso, que no puede gestionar tanta información a la vez.

Los miedos se van sumando, y tu perro miedoso termina por perder el control.

Una ayuda importante que puedes llevar a cabo es reducir la cantidad de estímulos cotidianos a los que expones a tu perro en cada paseo.

Aunque pienses que no le dan miedo, todo suma, y si “detenemos” el entorno le damos una cierta paz mental que le permite gestionar mejor ese miedo concreto, en lugar de tener que concentrarse en todos los potenciales peligros de la calle a la vez.

Opta por pasear a tu perro miedoso a horarios en los que apenas haya gente, otros perros, vehículos y movimiento en general.

Elije lugares donde haya poca estimulación en general, como playas vacías, grandes parques, o si no hay opciones, campo en las afueras de la ciudad.

Cambiar los horarios para pasear a un perro con miedos en la calle, para salir a las horas más tranquilas, también sirve.

Te llevará tiempo y te complicará la vida, pero piensa que es una medida temporal que se aproxima a “no expongas a tu perro a la calle” sin llega a ser un “no lo puedes sacar de paseo las próximas semanas”.

 

5- DALE PEQUEÑAS TAREAS

 

Dale algo en lo que concentrarse.

El miedo y la concentración tienden a antagonizarse, salvo cuando la concentración está buscando el miedo.

Si le das alguna tarea sencilla a tu perro en cada paseo, le ayudas a desconectar y a pensar algo más y emocionarse algo menos.

Esto es la base de cualquier programa de gestión de miedo: piensa más, asústate menos.

¿Y qué puede hacer?.

Todo lo que se te ocurra, según tu entorno y su personalidad.

Los juegos de nariz, que pueden complicarse tanto como desees, son la estrella.

Pero también puedes pedirle ejercicios sencillos en el mobiliario urbano, como pasar por debajo de un banco, y luego subirse a él, caminar por el borde de una gran jardinera, rodear bolardos o saltar por encima.

Puedes esconder su juguete favorito tras algún obstáculo, atándole a cierta distancia, para luego soltarle y que lo busque.

Piensa qué pequeñas cosas le puedes pedir para que hagáis juntos durante el paseo, y anímale a superar pequeños retos.

 

Y éstas son distintas acciones que puedes llevar a cabo para ayudar en cómo pasear a un perro miedoso.

Este tipo de ayudas son las que ofrezco a mis clientes para que puedan mejorar la gestión de miedos de sus perros.

Son ayudas para ellos mismos. Porque no solo ayudo al perro. También a la persona que lo acompaña.

Porque a menudo las personas necesitamos más ayuda que los perros.

Y los perros solo necesitan espacio y tiempo.

Si quieres aprender más ideas en esta línea, te las cuento en los correos que mando a diario a mis suscriptores. Te apuntas dejando tu email aquí abajo:

 

Qué es la educación canina amable y respetuosa

Existe mucha confusión acerca de las distintas filosofías y modalidades de educación canina.

Te explico en qué consiste exactamente la educación canina amable y empática, y te cuento qué NO es, para que no te engañen y te intenten confundir con conceptos equivocados.

¿Qué es la educación canina amable y respetuosa?

 

En eduación canina hay distintas corrientes. Toma fuerza la educación canina amable, también llamada empática y respetuosa. Te explico por qué.

Frente a visión utilitarista del perro, o la reducción a la conducta y a la acción/reacción, la educación canina amable considera al perro como un todo. Se apoya en que el perro es un invididuo con emociones, capacidad de razonamiento, estructuras sociales,  y sistema comunicativo complejo.

En la educación canina empática se da mucha importancia a sus necesidades de especie y a la integración en un entorno familiar humano.

La educación canina tradicional tiene una visión del perro como herramienta. Debe cumplir una función. El perro se ha entrenado durante muchos años para rescate, policía, búsqueda de personas, ataque y defensa, pastorear animales, guardar propiedades, para la guerra, para tirar de carros y trineos… En resumen, para realizar un trabajo útil para las personas.

A día de hoy, donde el 95 % de los perros no tiene trabajo, y se limitan a convivir con una familia humana, la visión persiste, y el perro debe ser entrenado para una función exclusivamente: dar compañía sin dar problemas.

Y como se ignora por completo su comunicación, sus necesidades y sus conductas naturales, muchos perros dan problemas.

Entonces, la visión tradicional propone adiestrarlos y educarlos como solución a las conductas indeseables por las personas. A menudo, ese adiestramiento, sobre todo cuando es en cachorros, se convierte en la causa de mayores problemas de conducta. O, simplemente, agrava los existentes.

 

¿Cuál es la alternativa?

 

En la educación canina amable y empática se promueve conocer al perro, sus conductas naturales, su comunicación y sus necesidades, y a partir de ahí, se busca proporcionarle el mejor estilo de vida posible para cubrir todo eso.

Sus conductas, como consecuencia de este trabajo, cambian (pero cambiar las conductas nunca es el objetivo), y los problemas de comportamiento desaparecen o se mitigan notablemente.

En caso de que el problema de comportamiento fuera en realidad una conducta natural de la especiel, se entiende que el problema lo tiene la persona, no el perro, y no se interfiere en el mismo.

 

¿Como aplicar la educación canina amable y respetuosa?

 

Dicho de un modo breve: la educación canina amable y respetuosa no busca enseñar trucos al perro, ni pretende que obedezca órdenes.

Tampoco se centra en cambiar sus conductas, y menos aún en inhibirlas.

Aboga por formar a las familias para que conozcan a fondo a su perro y a la especie, y, a partir de ahí, le ofrezcan la mayor calidad de vida posible, respetando sus necesidades y conductas naturales.

Solo así se consigue un perro maduro, feliz, equilibrado y bien integrado en su entorno.

 

¿Cómo educar a un perro sin violencia?

 

La educación canina amable y empática nace por el interés de muchas personas de educar sin violencia.

Esto ocurre como contraposición a los sistemas tradicionales educativos, donde hay que imponese al perro a toda costa (teoría de la dominancia), y donde se incluyen acciones violentas como voltearlo, darle toques, tumbarlo e inmovilizarlo contra el suelo, etc.

Y para evitar los modos conductistas basados en el castigo positivo, con empleo generoso de herramientas mal llamadas educativas. Estas herramientas infligen dolor, y funcionan por el miedo que causan. Seguro que las conoces: collares eléctricos, estranguladores, martingale, de pinchos, cabezadas halti.

Nada de esto tiene cabida en la educación amable y empática. En esta filosofía prima el respeto al perro, el conocimiento y satisfacción de sus necesidades como especie y como individuo, la atención a su comunicación, y el favorecer su desarrollo como perro, y no como herramienta para satisfacer las necesidades y deseos humanos.

No se busca la modificación o desaparición de las conductas, sino que se consideran indicadores del estado emocional del perro y de cómo están de bien (o mal) cubiertas sus necesidades.

En el conductismo, en cambio, que se utiliza ampliamente en la educación canina, prima el cambio de las conductas visibles por distintos medios.

Si se emplea un sistema de refuerzo positivo, se considera que la violencia está exenta del proceso de educación del perro, por lo que hay quien dice que se puede educar a un perro sin violencia mediante premios y golosinas.

Sin embargo, al dirigir sus conductas a nuestra conveniencia, anulando su voluntad, ignorando su comunicación y estado emocional, y pasando por encima de sus necesidades para imponer las nuestras, en realidad sí se ejerce violencia. Solo que no es física, sino emocional y psicológica, que es mucho menos evidente y visible, pero que también termina por pasar factura en la convivencia.

 

¿Cuál es la mejor manera de educar a un perro?

 

Esta pregunta tiene una difícil respuesta. Porque para eso debemos definir exactamente qué entendemos por «educar», y aquí cada uno puede entender algo diferente.

 

Adiestramiento tradicional

 

Si la finalidad es anular conductas que no nos gustan o nos parecen inaceptables, entonces la mejor manera de lograrlo es, sin duda, el adiestramiento tradicional. Usando la fuerza, el miedo y el dolor se logra inhibir casi cualquier conducta.

Personalmente pienso que si esto te parece bien, no deberías tener perro. Tal vez peces de colores, que no dan guerra y no hay que andar manipulando para que se porten de ciertas maneras.

Y ojo, no te lleves a engaño, el que te cuenta que hay herramientas que «bien usadas no hacen daño» ya admite que hacen daño. En ese caso, pregúntale por qué funcionan cuando se usan «bien».

La realidad es que si no hacen daño, no funcionan, porque esa es la razón de ser de dichas herramientas: hacer daño y provocar miedo.

Tampoco te dejes seducir por el que te cuenta que puede positivizarse cualquiera de esas herramientas, porque te miente. Te dice lo que quieres oir, no la realidad. Os hará mucho daño, a tu perro y a ti.

Por último, si algún profesional te cuenta que la única manera de educar a TU perro (que es muy especialito) es usar ese tipo de manejos y de herramientas, porque ya se ha probado el refuerzo positivo y no ha funcionado, huye.

Primero, hay otro modo (sí, la educación canina amable, que no usa premios ni herramientas), y segundo, lo que te está diciendo realmente es que ÉL, como profesional, no sabe gestionar o comprender a tu perro, y por eso recurre a lo que no falla: el miedo y el dolor. No lo permitas, nunca.

 

Adiestramiento con refuerzo positivo

 

En cambio, si buscamos enseñarle trucos y hablidades al perro, la elección está clara. El adiestramiento mediante refuerzo positivo da excelentes resultados. No cambiará sustancialmente las conductas del perro, y tampoco garantiza una buena obediencia, pero no le dañará físicamente ni le atemorizará.

En ocasiones, el adiestramiento en positivo puede resultar útil si lo que se busca es evitar ciertos comportamientos o que el perro deje de hacer ciertas cosas.

Si la motivación para los comportamientos a modificar no es muy alta, el resultado será el deseado.

En cambio, si la respuesta emocional del perro es muy intensa y es la base de la conducta que se quiere evitar, o hay una gran motivación instrínseca para llevarla a cabo (un ejemplo sencillo: perro macho siguiendo a perra en celo), el adiestramiento mediante refuerzo positivo no servirá de nada.

 

Educación canina amable

 

Así que nos queda la educación canina amable y empática. Es la mejor manera de educar a un perro, porque no le educamos nosotros, que no somos perros y sabemos poco de perros.

Se educa él solo a base de exposiciones y experiencias en la vida real, oportunidades de aprendizaje, seguimiento y observación de otros perros adultos, con el acompañamiento y guía de las personas de referencia para él.

 

¿Qué es el adiestramiento en positivo?

 

Suele haber confusión entre el adiestramiento en positivo y la educación amable y empática.

Se considera que el adiestramiento en positivo, o educación en positivo, es respetuosa con el perro. Pero se considera esto porque no se le agrede físicamente, ni se le atemoriza para que haga lo que deseamos.

Sin embargo, es importante diferenciar, porque la base de la que se parte es totalmente distinta.

El adiestramiento o la educación canina en positivo, o basado en el refuerzo positivo, consiste en premiar al perro cuando realiza las conductas deseadas, retirando la atención o la recompensa si no actúa como queremos. Y ya. En teoría no se aplican castigos, no se corrige al perro y se le respeta.

 

¿Qué falla?

 

En la práctica esto  no es cierto. Por dos motivos:

1- El refuerzo positivo siempre va acompañado de castigo negativo. Piénsalo, retirar la atención si el perro la considera valiosa, es un castigo negativo. Negarle la recompensa que está esperando es también un castigo (negativo). Lo uno va la mano de lo otro, esto es ciencia y son las leyes del aprendizaje, no es discutible ni negociable.

2- Muchos adiestradores y educadores dicen emplear refuerzo positivo en exclusiva porque usan comida en sus protocolos. Y se quedan tan anchos. Eso sí, cuando el perro rechaza la comida, te dicen que debe ayunar dos o tres días. Se acabó el refuerzo positivo, y entramos en «modo supervivencia». O te sueltan que van a positivizar cosas a lo loco, hasta un collar eléctrico lo positivizan. ¿En serio? ¿En qué universo paralelo crees que alguien puede considerar positivo recibir una descarga eléctrica? Mira, te doy cien euros si te aguantas esta descarga. Vale, te llevas los cien euros, pero ¿te gusta recibir descargas?. Y luego están los que  alternan comida con correcciones, o meten herramientas que implican castigo positivo revistiéndolas de mucha verborrea para disimular lo que realmente están haciendo.

 

¿Cómo conocer mejor a tu perro?

 

Conocer a tu perro es algo fundamental para convivir y que ambos estéis satisfechos de esa convivencia. El mejor camino para conseguir esto es formarse sobre comportasmiento canino.

Relee la frase anterior, he dicho sobre comportamiento canino, no sobre cómo educar perros, ni cómo enseñarles trucos, o cómo conseguir que obedezcan o que dejen de hacer ciertas cosas.

Y la mejor formación puedes obtenerla si te centras en la filosofía de la educación canina amable y empática.

En ese tipo de formación vas a conocer las necesidades reales de los perros. Luego revisas a tu perro, y ajustas lo que corresponda. Esto ya resuelve muchos de los mal llamados problemas de comportamiento.

También sus fases del desarrollo, es imprescindible saberlas para favorecer el paso de tu perro por las mismas en lugar de entorpecerlo, bloquearlo o preocuparte pensando que esas fases son problemas.

Aprenderás sobre comunicación canina, entre perros y contigo. No para decirle a tu perro lo que tú quieres y que te entienda, sino para que tú le entiendas a él y puedas apoyarlo y acompañarlo cuando te necesite, o responder a lo que te pide.

También, y esto es básico pero casi nunca se tiene en cuenta, conocerás las conductas  normales de los perros. Una vez sabes de estas conductas, te das cuenta de que mucho de lo que te preocupa, o de lo que otros te dicen que es un problema, es algo totalmente habitual en la especie. Y no solo no debes impedirlo, sino que te conviene favorecer que tu perro pueda realizar esas conductas. De ese modo será un animal equilibrado y feliz.

Así que, definitivamente, si tu perro es tu mejor amigo y forma parte de tu familia, olvida la visión utilitarista que te venden por todas partes, y céntrate en formarte y en aplicar la filosofía de la educación canina amable y empática. No te arrepentirás, y podrás disfrutar de una relación de complicidad con tu perro como ahora no puedes ni imaginar.

Y si has llegado hasta aquí, y te interesa lo de la educación canina amable, apúntate a recibir un correo diario con reflexiones e ideas en esa línea. Deja tu email, y recibes la primera ya mismo.

A tu perro le da igual

Herir tus sentimientos

 

Mira, hoy te cuento un enfoque algo distinto sobre una pregunta popular en foros y debates de comportamiento: la protección de recursos

Cómo la evitamos y tal.

Cómo hacemos para que el perro no defienda la comida, el sofá, la pelota.

Que resulta que voy a tocarle las pelotas a mi perro mientras come, y me gruñe o intenta morder.

Que quiero tirarle la pelota, y cuando se la voy quitar, me muerde.

Que se ha subido al sofá, y al tirarle del collar para bajarle, me gruñe.

Ya sabes, esas cositas que pasan cuando tienes perro y quieres imponerle las normas de la casa.

El caso es que el veredicto suele ser unánime (no aceptamos dominancia como animal de compañía):

Tu perro está protegiendo sus recursos.

Y tu trabajo es hacerle ver que esos recursos no son suyos, sino tuyos, y se los das porque quieres

Pero se los puedes quitar cuando te dé la gana, por la misma razón.

Y a partir de esta respuesta, cada cual suelta lo que se le ocurre para resolver el problema, y que el perro deje de comportarse como un pandillero.

Que al fin y al cabo no está en su casa.

(Oh, wait…)

Hasta aquí, lo normal.

Ahora bien.

¿Y si cambiamos el enfoque?

¿Y si planteamos que el perro no está defendiendo un recurso, sino que se defiende a sí mismo?

Mientras come, mientras duerme, mientras juega, se siente amenazado por la situación, y debido a ciertas cuestiones (genética, antecedentes, estado de ánimo, experiencias previas…) opta por defenderse.

Habrá quien piense que esto no tiene sentido, “yo no estoy amenazando a mi perro”

(Y yo creo que “demostrar quién manda” lleva una amenaza implícita, pero igual soy algo lerda y no me entero)

Pero piénsalo, cuando se le quita la comida al perro.

Se le echa del sofá.

O se le quita un juguete (o lo que sea) de la boca.

¿Se le suele pedir por las buenas y por favor?

“Va, Firulais, no seas así, baja del sofá, por favor, que me lo vas a poner perdido de pelos y luego la suegra me da la tarde con el tema, sé majo, anda, baja ya”

“Hooola, Toby, te voy a meter la mano en la comida un momentito, pero sin malos rollos, ¿eh?, solo será un segundo y luego puedes seguir con lo tuyo, sin acritud”

“¿A ver, Laika, me dejas un segundo ver qué es eso que te has metido en la boca, por favor? Es un momentito y luego te lo devuelvo, ¿sí?”

Seguro que las conversaciones son igualitas a estas.

JA.

Lo normal es que la persona que quiere quitarle algo al perro (el “recurso”) se enfrente a él.

Tanto verbal como corporalmente.

A veces con muy mala leche.

Y la respuesta, simplemente, es de evitación del conflicto social que se acaba de crear.

Puede ser evasiva (el perro se aleja)

Puede ser apaciguante (el perro hace el payaso o se tira panza arriba y cosas por el estilo)

O puede ser defensiva (gruñidos, ladridos, muerdo que va)

El recurso da un poco igual.

Es el conflicto social por el enfrentamiento persona-perro lo que produce la respuesta negativa.

Y ahora, el enfoque opuesto:

Es la persona la que está protegiendo recursos.

MI sofá.

MI pelota.

MI comida (para perros, pero es mía, que la he pagado yo)

Y no sé, no he oído nunca a nadie consultar sobre cómo resolver eso.

Termino.

También es posible que, en más de una ocasión, la respuesta del perro no sea de protección de recursos, ni de sí mismo.

Es solo una manera clara de decir “eres una pelmaza y me estás cabreando porque me ahogas y no me dejas vivir, plasta, más que plasta, déjame en paz”.

O sea, el perro se enfada, y como perro que es, lo dice, sin tapujos, y sin importarle si hiere o no sentimientos.

Y entonces soltamos lo de la protección de recursos.

El recurso da igual.

Lo que no da igual es nuestra actitud.

Y lo invasivos y pesados que pueden llegar a ser algunos.

Míralo así, a ver si te cuadra.

Y si te encaja y te apetece leer más reflexiones como ésta, apúntate a los correos que envío a diario a mis suscriptores.

¿Cómo?

Dejando tu email en el formulario de aquí debajo. 

 

error: Este contenido está protegido