«Quiero saber por qué mi perro me ladra cuando le regaño» es algo que me preguntan a menudo. Y es que cuando corriges a tu perro, a veces te planta cara y te ladra. Y quieres saber por qué lo hace, qué significa y qué debes hacer al respecto. Pues te lo cuento.

¿Qué hago si mi perro me ladra cuando lo regaño?

 

La respuesta corta es “no le regañes”.

Vale. Ahora habrá gente que se esté partiéndo de risa.

Hablo en serio, y no es mi intención ofender a nadie ni burlarme.

Te explico lo que está pasando.

Para que veas que no es lo que tú crees que está pasando, y entiendas por qué no debes regañar a tu perro.

Incluso aunque gruña. O muerda.

 

Regañar no educa, genera respuestas defensivas

 

 

Veamos.

Tu perro hace algo que crees inadecuado. Le regañas.

Tú piensas que le estás educando.

Que así entenderá que eso que ha hecho está mal y que no debe repetirlo en el futuro.

Que así lo aprenderá y será un perro bueno.

Pero resulta que en la cabeza de tu perro está pasando otra cosa totalmente diferente.

Cuando le regañas, él simplemente percibe un conflicto social. Una amenaza.

Y emite señales para calmarte y para que dejes de amenazarle.

Él no entiende por qué estás así, solo entiende que estás enfadada.

Pero tú, bien porque no te has fijado, bien porque no sabes reconocer las señales, no te das cuenta de que tu perro te pide que pares y que te tranquilices.

Y sigues regañando.

Así que tu perro, que ve que su comunicación no funciona y se siente realmente en peligro, empieza a emitir señales de amenaza hacia ti.

Sí.

Él cree que le estás amenazando, así que ahora te amenaza a ti.

Y ahora tú entiendes la señal (te sientes amenazada y te da miedo) pero no entiendes por qué se pone así.

 

Y si no le puedo regañar, ¿cómo lo educo?

 

Bueno, después de leer esto, confío en que sí lo estés entendiendo.

Y por eso tu perro te ladra cuando le regañas, y no es buena idea regañar a tu perro.

Porque no entiende nada.

No aprende nada, y encima le das miedo.

Y cree que debe defenderse. De ti.

Que no quieres hacerle ningún daño.

Así que mejor utiliza la alternativa al regaño para educar.

La hay, y funcionan muy bien. Se llama educación canina amable y empática.

En cuanto la conozcas, vas a entender muchas cosas. No se dan premios, no se regaña ni se castiga, y se fomenta una convivencia en la que prima el bienestar del perro.

Si esto te resuena y quieres saber más, tienes todos los detalles en este artículo.

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