Esta es la pregunta que oigo con más frecuencia, en relación al (buen) comportamiento cotidiano de mis perros.
¿Cómo consigo que mi perro se porte bien?
“Qué tranquilos son, qué buenos, qué obedientes….:” son frases habituales de quienes los conocen de a diario, y de quienes los acaban de conocer.
Algunos añaden el consabido “¡qué suerte!”, como dando a entender que los perros son de un modo inmutable, y que me han tocado los buenos, igual que te puede tocar la lotería o el premio de una rifa.
Antes, cuando me preguntaban “¿cómo lo haces?», me planteaba lanzarme a un discurso enumerando maneras de lograr que un perro sea así.
Pero era eso, un discurso, y además de terminar siendo tedioso y poco útil, me daba pereza repetirlo una y otra vez.
Así que después de pensar mucho en ello, he logrado resumir en muy pocas palabras cómo hago para que mis perros sean obedientes, nobles, tranquilos, pacientes, educados…..
Deja de regañar y corregir
Y así se lo cuento a quien me pregunta «¿cómo lo haces?”.
“Sencillo: nunca les castigo, ni les regaño, ni me enfado con ellos. Hagan lo que hagan”.
Eso ya suena lo bastante llamativo como para que muchos se interesen.
“Pero entonces, ¿qué haces cuando se portan mal?”.
Ese es mi trabajo: anticiparme a todo para que no puedan portarse mal.
No les doy la oportunidad de portarse mal.
Se lo pongo fácil para que solo puedan hacerlo bien, para que no puedan fallar.
Y así todos contentos.
“Ya, bueno, pero alguna vez harán algo mal”.
Obviando el hecho de que el que algo esté “bien” o “mal” es muy subjetivo, y lo que a un dueño le horroriza a otro le resulta indiferente, la respuesta es predecible.
Claro.
A veces hacen algo que me desagrada.
Pero en ese caso, el problema es mío, no de ellos.
¿Me robaron la cena?.
No debería haberla dejado a su alcance.
¿Metieron el morro en la basura?.
El cubo no debería estar a su alcance.
¿Estropean las flores de las macetas?.
Tal vez están demasiado cerca del suelo.
¿No han venido cuando les llamo?.
Quizá exijo mucho, o estaban haciendo algo muy interesante (y simplemente tardarán un poco más en venir), o no me oyeron, o soy aburrida y aguafiestas.
¿Toman cosas del suelo?.
Bueno, si le doy menos importancia a ese asunto, seguramente perderán interés y apenas tendrán esa conducta.
Y de paso me pongo en su lugar: si en vez de trozos de pizza, cucuruchos de helado, restos de bocadillos y otros desperdicios -no lo olvidemos, comestibles- hubiese billetes de 10, 20 y 50 euros, ¿¿no los recogeríais vosotros también??.
Yo desde luego no dejo ni uno, se enfade quien se enfade.
Cambia de mentalidad
En resumen, si se portaron mal, puedo flagelarme todo lo que quiera por no haberlo anticipado y estar más hábil la próxima vez, que la habrá seguro.
Regañar, castigar o tratar de corregir esas conductas QUE YA OCURRIERON no funciona, ya que las siguen presentando, y además mina la confianza de mis perros y les induce a tenerme miedo.
“Ya, lo entiendo, pero es que tenías que conocer a mi Toby, con él no se puede, es que es liarla en cuanto te das la vuelta”.
Y sin embargo Toby no hace nada que no se le haya ocurrido antes a otro perro: roba ropa interior y zapatillas, roba comida, tira de la correa, salta sobre la gente, ladra a otros perros, cava hoyos, intenta perseguir gatos, mordisquea y rompe objetos…..
Lo normal en un perro.
Luego se puede anticipar prácticamente todo.
Y para lo que no, siempre te queda la distracción: una llamada alegre en voz baja, una gran sonrisa, un “hazme caso un momento, que te voy a contar una cosa muy interesante (más que eso que viene por allí)”, y la situación está bajo control.
Porque esa es otra cosa que les digo a quienes preguntan “¿cómo lo haces?”.
Sonriendo.
Sonriendo mucho.
Siempre que mis perros me miran, tienen que encontrar una sonrisa.
Una sonrisa que les diga, sin lugar a dudas, que hagan lo que hagan, se porten como se porten, a mi lado tienen a una amiga, a alguien que les quiere tal y como son y en quien se puede confiar.
Otro de los pilares básicos de mi servicio.
Amabilidad, anticipación y cambio de perspectiva.
Funciona.
En serio.
Igual leído te genera cierta resistencia, porque no puedes creerte que sea tan fácil.
Lo entiendo.
Yo pensaba lo mismo.
Que había que hacerlo complicado y controlarlo todo.
Pero no.
Es sencillo.
Cambiar el chip no es tan sencillo, ni de lejos.
Pero se puede.
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Aunque si prefieres seguir complicándote la vida, siempre habrá otros que te ayuden, claro.
Hola, tengo una perra de 3 años, la adopte cuando tenía 2 años y medio y sufre de ansiedad por separación, no la puedo dejar sola, aunque la deje con mi marido también llora y no quiere salir a la calle con él, estoy intentando dejarla sola periodos de tiempo pequeños, pero tan pronto salgo por la puerta empieza a llorar y ya no sé que hacer, porque ella sufre mucho cuando no estoy con ella. ¿Qué podría hacer para que no sufriera por mi ausencia? Gracias, un saludo
Hola, Marisol:
Muchas gracias por comentar. La ansiedad por separación es un problema que viene influenciado por muchos factores (por ejemplo el abandono, 🙁
Las salidas cortas son una manera de intentar corregir el problema, pero es la medida que se aplica al final, después de un protocolo que va encaminado a aumentar la independencia y la seguridad del perro en sí mismo. A menudo, en casos que no son graves, ni siquiera es necesario ensayar salidas cortas, porque con las modificaciones relacionadas con el día a día para mejorar la autoestima del perro éste ya se siente lo bastante bien como para poder quedarse solo.
En el blog tienes artículos que te darán ideas para mejorar la relación con tu perro, y hay un artículo específico para empezar a trabajar el problema ANTES de abordar el problema. Es decir, hay que trabajar en primer lugar cuestiones aparentemente no relacionadas con los momentos en que tu perra se queda sola. Si no no lograrás ayudarla.
Si con el material disponible en el blog tienes suficiente, genial. Si no, dispones de un curso aquí, diseñado específicamente para ayudar a perros con ansiedad por separación.
Y si no te animas a hacerlo por tu cuenta, también puedes pedir una cita para una sesión preliminar aquí, así podemos hablar y valoro si puedo ayudarte de modo personalizado.
Un abrazo
Tengo una perra que pide a los perros con que se encuentra, mediante ladridos, que se alejen. Es como si quisiera que nadie accediese a un perímetro delimitado. Hasta ahí bien, ya que los perros la entienden, no así los dueños, que se suelen asustar, yo se lo explico y pido que observen a su perro. El problema viene cuando estamos en un sitio dónde hay más perros, Kenya, aparte de no querer que se le acerquen, no soporta que los perros jueguen, aunque no le digan nada, ella se lía a ladrarles sin parar, incluso se acerca al lugar dónde están jugando. Es desesperante !
Hola, Teresa:
Gracias por tu aportación, hay más gente que se encuentra en tu misma situación.
Vas bastante avanzada, puesto que te has fijado en Kenya y entiendes que está pidiendo espacio a los demás perros. Es muy positivo que seas tan observadora y sensible con ella.
Eso indica que le molestan, le hacen daño (o ella lo cree así), le asustan de algún modo, no tiene habilidades sociales y por lo tanto no se siente cómoda en proximidad de otros perros, o simplemente es algo tímida o introvertida y no le gusta relacionarse con otros perros.
Tendrá sus razones.
Entiendo que es desesperante que ella no quiera relacionarse y que además se lance a ladrar a los que juegan cerca de ella.
Pero te recuerdo, por si no la conoces, una estrofa de una canción de Joan Manuel Serrat, «niño, deja ya de joder con la pelota. Que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca».
Cuando estamos nerviosos o molestos o estresados, todo lo que se mueve a nuestro alrededor, hace ruido o monta jaleo nos ofende y molesta. Y tratamos de pararlo. De que nada se mueva y haga ruido en un (inútil) intento de parar nuestro caos interior.
A muchos perros les ocurre lo mismo. Cuando el estrés les supera, simplemente intentan que nada a su alrededor se mueva o haga ruido, y lo intentan «regañando» a los demás.
Es posible que eso sea lo que intenta hacer Kenya.
Así que tus opciones son asumir que en su personalidad no entra el relacionarse con otros perros, que ni los quiere cerca (como el que no traga a los niños) y por lo tanto no llevarla a sitios donde haya más perros.
O bien empezar a analizar vuestro día a día, tu manejo, su salud, su alimentación, descanso, actividades y juegos que hacéis, etc. para realizar un buen estudio de sitios donde podrías intervenir para mejorar su calidad de vida y reducir estrés al máximo.
Si su estrés baja, su caos interior también. Si está más tranquila, será más tolerante.
No digo que así se haga amiga de todos, pero es muy posible que no se altere tanto por todo y gane en calidad de vida (y tú con ella, jeje)
Un abrazo
Buenas. Me gusta lo que escribes pero no estoy de acuerdo =) con lo de quitarle todo de en medio para anticiparme a que algo «malo» no lo haga tu perro. Yo tengo un husky, y yo lo hice al revés. Le puse todos los estimulos delante por la casa, y mediante sus juguetes etc le enseñé que lo demás no tenía que interesarle pero sus juguetes etc, sí. Y me ha funcionado bastante bien. También es verdad que hay que anticiparse a otras cosas para que aprenda que eso no es lo correcto, pero lo que te decia, sobre las cosas de la casa etc no lo veo igual =). Pero es mi opinión.
¡Hola, Alba!
Me encanta tu aportación, en serio.
Así podemos exponer y debatir distintas opciones. Lo que yo enseño no es la «única» manera, y quizá no sea la mejor (mi experiencia me dice que con el tiempo evolucionamos, así que igual en unos años hago las cosas de otro modo, jeje), pero ahora mismo es la que veo más eficaz, amable y sencilla.
Aunque al principio anticipar pueda no parecer sencillo, en cuanto se hace hábito es tan sencillo que no me explico cómo no lo hacemos a todas horas, 🙂
Así que ahora me gustaría que me dieras más detalles. Colocas estímulos a mano para tu perro (entiendo que cachorro, no?), por ejemplo un móvil, un mando a distancia y unos zapatos de piel (pongo estos por ser algo que los perros destrozan habitualmente y que a menudo tienen a su alcance). Y luego ¿ofreces juguetes y juegas con él? ¿dejas juguetes y le permites elegir la «opción correcta»? ¿le corriges de algún modo si prefiere el mando a distancia a tu opción, y si es así, de qué modo? (si es que te ha pasado)
En caso de que le ofrezcas sus juguetes y juegues con él, seguramente elija juguetes (porque implicarían interacción social), pero ¿has comprobado si sigue siendo eficaz cuando tú no estás (desaparece la interacción social, solo hay diversos objetos entre los que elegir).
Dame más detalles, por favor. Así todo el que lea esto podrá tener más opciones aparte de lo que yo comento.
Un abrazo, y gracias de nuevo
Hola Irene, ya he escrito otros dos mensajes anteriores en otros dos artículos y aún no se han publicado…pero lo intento de nuevo. En este caso te cuento lo siguiente…Estaba ya desesperada, pensando en comprar un collar de vibración para mi perra (colli/podenco, de unos 11 meses). Entonces te encontré y comenzamos a hacer cambios, y guauu magia potagia…en algunas cosas, en otras aún sigo preocupada y no sé cómo manejarlas. Vivimos en una finca vallada en un entornor rural, con vecinos con gallinas. Yo atepe todos los agujeros de la malla para no tener que estar vigilando a India constantemente, pero ya lleva dos veces esta semana que cava la tierra y pasa por debajo de la malla. Cuando va a hacer eso yo lo noto, cambia su cara, su energia, se transforma…y la llamo suave o intento distraerla pero ya ha hecho click y pasa de todo, solo piensa en gallinas!!! Temo que algún vecino le pueda hacer algo o qué coma veveno por ahí. Desde que te leí intento no regañarle pero aquí no puedo, me puede el miedo de que haga daño a otras (gallinas) o le han daño a ella. Ya sé que no tengo que pretender controlar todo, pero esto para mí es muy importante. Gracias. Y espero que me leas
Hola, Sira:
Están publicados en 24 horas tras escribirlos como máximo. El filtro que hay es solo para evitar spam y publicidad (o comentarios groseros, que hasta ahora no he recibido). El resto se publica todo.
Y además lo contesto todo.
Así que echa un vistazo a esos dos artículos en los que has comentado, son Qué puedes hacer si tu perro tiene.… y Erradicando el castigo de la vida de tu perro.
Entiendo el problema que tienes con las gallinas. Es muy común que ocurra esto en huskies y sus cruces, les viene de serie. Pero me reitero en lo que te cuento en las otras dos respuestas. No hay respuestas sencillas a tus preocupaciones.
Salvo la obvia: impide el acceso de Sira a las gallinas. ¿Cómo? Métela en casa. O gástate una pasta en hacer una valla seria (con hormigón por debajo del suelo y con altura suficiente, y fuerte, para que no sirva morderla).
Regañarla te sale porque estás frustrada y preocupada de las posibles consecuencias. Es lógico.
Pero eso no hará que su conducta cambie. Solo servirá para dos cosas: que no lo haga cuando tú estés mirando, y que te tenga miedo. Y lo segundo va a ocasionar problemas por otro lado, problemas que también te van a preocupar, y mucho.
No puedo ayudarte por esta vía con ese asunto, lo siento, porque más allá de las dos soluciones sencillas que te comento, no se puede hacer nada. Vives con un depredador y la gallina es la presa más fácil del mundo, y las tiene delante de las narices.
Un abrazo