husky siberiano

Una de las muchas cosas que ocurren cuando llevas a tu perro a lugares tranquilos donde puede estar suelto, y adaptas tu ritmo al suyo

(en lugar de pedirle lo contrario, como suele hacerse)

Es que a menudo tu perro se detendrá en lugares al azar, fijará la mirada en el infinito, y empezará a oler.

Cuando lo haga, acércate, sigilosa, y mira. No te lo vayas a perder.

Observa cómo se mueven las aletas nasales.

Cómo orienta el hocico a un lado o a otro.

Cómo se concentra en el aire que aspira.

¿Sabes que pueden dirigir el aire hacia uno u otro orificio nasal para procesar el olor con una parte u otra del cerebro?

Puedes verlo si te fijas mucho, cómo a veces solo es una aleta la que se mueve.

Es fascinante.

Y cuando veo eso, y lo veo mucho, mi cerebro empieza con sus pajas mentales.

(Es que el paisaje lo tengo muy visto)

Y pienso en el superpoder de oler, y en lo mágico que es.

Si nosotros tuviésemos la nariz de un perro, podríamos diagnosticar algunas enfermedades, anticipar las caídas de azúcar o los ataques de epilepsia.

Sabríamos si una persona está estresada o asustada o feliz, sin ni siquiera verla.

Podríamos encontrar trufas en nuestros paseos por el campo, valorar el estado de la comida e incluso discriminar sus ingredientes

Encontrar a alguien perdido en un bosque, detectar si una herida se está infectando, localizar explosivos y minas.

Seriamos capaces de saber si una mujer está embarazada, si el compañero de viaje en el avión esconde drogas, o si ese pescado que nos dicen es fresco en realidad es congelado.

Y eso solo para empezar.

Definitivamente, es un superpoder.

Y, aun así, a muchos perros no se les deja apenas oler nada, ni detenerse a explorar con su nariz, ni investigar o reconocer los olores de aquello que les rodea

Muchas personas se quejan de que su perro todo lo quiere oler, o de que se pasa el día oliéndolo todo.

Que es muy pesado por querer hacer eso.

Y le niegan el uso del superpoder que nosotros nunca tendremos.

Igual hay algo de envidia aquí, después de todo.

Bueno.

Hay otro superpoder, que, aunque seas humano, puedes adquirir con la práctica y dedicación.

El superpoder del conocimiento.

Si lo combinas con la experiencia, obtienes el superpoder de la sabiduría.

No es tan chulo como lo de la nariz, pero también está genial.

Tengo formaciones que te permiten tomar un atajo para lograr esos superpoderes.

Y puedes empezar por apuntarte abajo, y recibir un correo cada día, con reflexiones y consejos sobre educación canina amable.

Y de regalo, un libro para mejorar la convivencia con tu perro. Y a partir de ahí, ya vas practicando.

PD1- Este superpoder neutraliza por completo el pseudo-superpoder que otorga el efecto Dunning-Kruger, muy presente en todos los parques caninos del planeta, y que seguro que tienes que soportar a diario

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