Hoy te voy a hablar de una peli.

Ya tiene unos cuantos años, lo mismo la has visto.

Pero igual no, así que te cuento.

Se titula “Danny, the dog”.

Pero si llevas mal el inglés, te traduzco: “Danny, el perro”.

Va de un mafioso de medio pelo que un día se encuentra al pequeño Danny abandonado en la calle, y se lo lleva a su casa.

Y le entrena para que ataque cuando le quita el collar.

Bueno, en esta peli salen unas cuantas patadas voladoras y tal.

Pero no muchas.

A mí no me gustan las pelis de patadas voladoras, y ésta me encanta.

Y es porque las patadas son algo secundario, la trama es la verdadera protagonista.

Hay otras películas donde la trama es la excusa para que todos se peguen y exhiban sus habilidades dando patadas voladoras.

No es el caso.

Bueno.

Danny crece, y le queda muy clara la mecánica: te quito el collar, te tiras a por el que esté delante y lo machacas.

Es todo.

Y así, el mafioso de medio pelo va visitando a gentuza que le debe dinero, para pedirles que le paguen.

Y si no pagan, les azuza a Danny.

El resto del tiempo Danny vive en una jaula bajo la oficina del mafioso de medio pelo.

Tiene un peluche para jugar, y una lata vieja como comedero.

Y nada más.

Los tipos que trabajan para el mafioso se meten con él y le humillan, aprovechando que está en la jaula.

Porque si no, no hay huevos, no sea que Danny se defienda.

Luego pasan un montón de cosas más, pero esas no te las voy a contar, mejor ves la película.

Pero el detalle más relevante de esta peli es este: no sale ni un solo perro en todo el metraje.

Espera.

Sí.

Sale uno, durante unos 30 segundos.

Un bull terrier, esperando junto a su cuidador, en la sala de espera del dentista.

Se nota que no se ha rodado en España, jajajajajaja.

Pero ningún otro perro.

La película es un excelente ejercicio de empatía.

Y por eso deberías verla.

Y luego pensar.

Estoy segura de que esas dos horas te van a ayudar mucho más que las 6 temporadas del encantador de perros.

Aunque en ese caso el listón está bastante bajo, la verdad.

Yo promuevo exactamente eso: empatía hacia tu perro.

Es más fácil comprenderle y ser paciente y ponerse de su lado cuando empatizas con él.

Que no tiene nada que ver con humanizarle.

Explico lo de la empatía y lo de humanizar perros a mis clientes.

Te lo puedo explicar a ti también, si quieres.

Te quitas una gran carga de encima cuando tienes claras estas ideas.

Y estás mucho más cerca de resolver los problemas de tu perro (y los tuyos).

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También solo con eso vas a aprender mucho más que con cualquier programa de la tele, garantizado.

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