No puedes agradar a todo el mundo

 

No sé si lo sabías, pero resulta que tengo una página de Facebook asociada a mi web.

Así que se supone que tengo que entrar en FB regularmente a actualizar la cuenta y eso.

Pero para qué te voy a engañar, a menudo acabo entrando a perder el tiempo  miserablemente con todas las chorradas que la gente cuelga allí.

Que para eso sirve realmente Facebook.

Así que terminé viendo un vídeo de uno que está en Inglaterra y que ha hecho un curioso experimento.

Me gusta el modo de pensar de ese chaval.

Resulta que estuvo un tiempo trabajando para una agencia, y su trabajo consistía en escribir reseñas falsas en Internet.

Sí, como lo lees.

Él se creaba perfiles, escribía reseñas falsas (a favor o en contra) en algún negocio, y le pagaban por eso.

Y no le pagaban nada mal, la verdad.

Pero el hombre no se sentía nada a gusto con eso.

Entendía la finalidad de esas reseñas y no le gustaba.

Engañar a la gente para que un negocio tenga clientes que quizá no se merece, o para que otro reciba menos clientes de los que quizá merezca.

Y todo porque un perfecto desconocido  ha escrito que tal sitio es  genial y que tal otro es una mierda.

Un poco tontos si somos, sí.

El caso es que le estuvo dando vueltas al asunto, y pensó, ¿y si en lugar de reseñas falsas, lo que fuera falso es el negocio?

Dicho y hecho.

Se montó un tinglado compinchándose con unos amigos para simular un restaurante en el patio (súper cutre) trasero de su casita.

Lo dio de alta en Tripadvisor.

Solo le pidieron un teléfono, que fue fácil de conseguir.

Hizo muchas fotos, unas de comida que no era comestible y otras de sus amigos pasándolo genial en su patio trasero.

Mientras fingían comer.

Luego se inventó un montón de tonterías para describir la filosofía de su restaurante.

Ahí se lo curró bastante para ser original.

Lo fue subiendo todo a su perfil de Tripadvisor.

Después le pidió a esos mismos amigos que fueran poniendo reseñas estupendas escalonadas en el tiempo sobre su visita al restaurante.

Y luego, a esperar.

Cuando empezó, estaba en el puesto 18.900 entre todos los restaurantes de Londres.

Y según pasaban los meses, iba subiendo.

Y subiendo.

Y subía cada vez más rápido.

El hombre pasaba mucho tiempo inventando excusas idiotas y haciéndose el interesante para despachar a todos los que le pedían reservas.

No podía aceptar reservas para un sitio que no existe.

Mientras tanto seguía ascendiendo en el ranking de valoraciones.

Las llamadas de socios capitalistas, agencias de representación, de turismo y de personas que querían enviar curriculums cada vez eran más frecuentes.

Se le fue un poco de las manos, la verdad, jajajajaja.

Finalmente alcanza el número 1 de Tripadvisor como el mejor restaurante de Londres.

Y nadie ha podido ir porque no existe.

Pero tampoco nadie lo ha comprobado ni ha intentado averiguar nada al respecto.

Todo correcto.

El vídeo sigue algo más, porque finalmente dan una cena para público real.

Y se tienen que esforzar mucho para mantener la mentira.

Es muy gracioso, la verdad.

Pero es previsible.

Está en nuestra naturaleza ser algo borregos.

Si la mayoría dice que está bien, está bien.

Si la mayoría lo hace, todos queremos hacerlo.

Si la mayoría dice que por ahí, vamos por ahí.

Es la sensación de pertenecer al grupo la que nos puede.

Y la sensación de estar perdiéndonos algo bueno mientras los demás lo disfrutan también nos arrastra bastante.

Este vídeo es una gran parodia de la fiebre actual del postureo y del ansia de destacar socialmente como sea.

De que otros se fijen en nosotros y nos admiren.

Aunque sea todo falso.

Que suele serlo.

No parece un problema si se trata de tener una buena experiencia en un restaurante de moda.

Pero si esto se aplica al día a día, entonces sí hay un problema.

Que tu perro no lo entiende.

Los perros no saben de quedar bien.

Ni de intentar caerle bien a todo el que les rodea.

Ni de hacer lo que otros hacen o dicen solo porque otros lo hacen o dicen.

Pueden esforzarse mucho por agradar y llevarse bien con su grupo.

Pero no con todo el mundo.

No tiene sentido.

Así que no entienden cuando las personas tratan de hacer justo eso.

Quedar bien con todos.

Agradar a todos.

Mucha gente invierte una gran cantidad de energía en agradar a todos cuando pasean con su perro.

Y lo pasan realmente mal porque no lo consiguen.

Y no lo consiguen porque es imposible.

Siempre habrá alguien que se molesta.

Que se ofende.

Que se enfada.

Es inevitable.

Prueba a enfocar tus esfuerzos en quedar bien con tu perro.

Con los desconocidos no.

Con tu perro.

Y nada más.

Entonces empiezan a pasar cosas.

Los que se molestan, se enfadan o se ofenden seguirá ahí.

Molestos, enfadados u ofendidos.

Igual que antes.

Pero tu perro cambiará su percepción de ti.

A mucho mejor.

Y eso se va a notar en la relación.

Él estará más tranquilo.

Y tú estarás menos ansiosa cuando pasees.

Porque quedar bien con tu perro consume mucha menos energía que quedar bien con todo el mundo.

Y además sí que es posible lograrlo.

Te puedo ayudar con esto.

Date de alta en el blog, como hacen todos, jajajaja.

No, en serio, si te das de alta, te envío una guía de bienvenida.

Con ideas para mejorar la convivencia con tu perro, y quedar de fábula con él.

También te mando un correo al día, cada día, con anécdotas como la que acabas de leer.

Que oye, si te ha gustado, sería tontería no leer otras, ¿verdad?

Pero solo puedes leerlas si te apuntas, no las publico en otros lugares.

Por el botón

 PD- Por si quieres echarte unas risas, busca “Vice tripadvisor” y podrás ver el vídeo.

error: Este contenido está protegido