Falacias circulares y perros

 

Cuando tenemos que justificar conductas cuestionables, cualquier argumento sirve, supongo.

Y cuando eso ocurre, entramos en el juego de dar información contradictoria.

Verás, yo digo una cosa.

Otros profesionales me respaldan.

Otros dicen algo totalmente opuesto.

Y otros profesionales les respaldan.

Y a ti te toca averiguar quién dice la verdad.

Y de quién te puedes fiar.

Así que me he encontrado con este texto en un blog de un adiestrador (las cursivas entre paréntesis son mías):

“Por qué los collares de púas no son realmente malos:

Cuando piensas en un collar de púas, sin saberlo mejor, imaginas que las púas puntiagudas se introducen en la garganta de tu perro cada vez que se ejerce presión sobre la correa (pues  piensas bien, aunque es cierto que no son puntiagudas, sino romas).

Mucha gente cree que el objetivo de un collar con puntas es causar dolor cuando tiran para detener el comportamiento por completo. Esto es simplemente falso. (porque lo digo yo, no?)

En realidad, los collares de pinchos raramente le causan dolor a su perro. Cuando lo hacen, es debido a una mala ubicación y un uso incorrecto (este argumento está un poco gastado ya, pero es eficaz: si hace daño es porque eres una inútil que no sabe usarlo, deja paso al “pofesional”)

El collar de púas fue inventado por un especialista en comportamiento animal y un veterinario que quería proteger a los perros (falacia de autoridad para que no discutas, un veterinario y un especialista en comportamiento animal jamás querrían dañar a un perro ¿verdad? ¿VERDAD?).

Tal vez se esté preguntando ¿cómo un collar de dientes mantiene a mi perro a salvo?

 Así es cómo.

 La forma en que se hace un collar de pinchos distribuye uniformemente la presión alrededor del cuello del perro (decir esto es como afirmar que unos zapatos con 12 cm de tacón distribuyen el apoyo del pie uniformemente sobre el suelo). Un collar plano tradicional ejerce presión directamente contra la tráquea del perro y, de hecho, puede colapsarla.

Esto puede resultar fatal. En realidad, no es seguro que un perro tirador extremo use un collar plano por esta razón. Muchos dirán, ¿por qué no usar un arnés antitirones en su lugar? Los arneses antitirones están relacionados con causar daño articular y muscular (esto es cierto, añadir algo de verdad a tu argumento le da solidez. Porque claro, no hay documentado ningún daño con el empleo de collares de pinchos. Ah, espera, solo si se usan mal o se colocan mal. Argumento circular e irrebatible. Diez puntos para el profesional).

Estos arneses pueden ser igualmente peligrosos. Un collar con puntas es la opción más segura en casos de tiradores extremos, porque solo causa lesiones cuando se usa de una manera para la que no fue diseñado (de nuevo argumento circular). Con la presión distribuida uniformemente alrededor del cuello, la tráquea y la garganta del perro están protegidas contra el colapso. 

Los collares de pinchos, contrariamente a la creencia popular, no lastiman en absoluto a su perro cuando se colocan correctamente. Coloqué uno alrededor de mi propio cuello y tiré tan fuerte como pude, y ni siquiera tenía una marca roja (ya, esta demostración es habitual, pero déjame tirar a mí tan fuerte como pueda y verás salir tu tráquea por tu cogote. Te lo garantizo. Y es que el ángulo y la fuerza con la que tú tiras de tu propio cuello no es el mismo que el que hace la correa sobre el cuello del perro).

La colocación de la cadena corredera, junto con el ángulo de los dientes, evita que los dientes se muevan lo suficientemente cerca entre sí como para pellizcar. Cuando se ejerce presión en este collar, las puntas se acercan en oblicuo, no rectas”.

Hale, ya me he despachado a gusto.

Ahora te toca a ti pensar por ti misma para decidir quién miente y quién dice la verdad.

Yo solo añadiría una cosa, un detallito sin ninguna importancia que este tipo de argumentarios parece olvidar por sistema.

¿Para qué necesitas realmente proteger el cuello de tu perro con un montón de pinchos?

¿No sería más sensato, lógico y cómodo para todos indagar en las razones que llevan a tu perro a tirar como un poseído, y trabajar sobre esas razones?

Si lo planteas así, no necesitas un collar de pinchos.

Ni un collar estrangulador.

Ni un arnés antitirones.

Ni una cabezada halti.

En realidad, ni siquiera necesitas un adiestrador que te explique cómo colocar y usar “correctamente” ninguno de esos artilugios.

Necesitas conocimientos, aprendizaje, observación, algo de práctica, y deseos de darle a tu perro lo mejor que puedas darle.

Ahora toca decidir.

Si te convence lo del collar lleno de salientes que se hunden (de modo uniforme) en el cuello de tu perro para que deje de tirar, pues ponle uno.

Si te parece que el razonamiento no tiene ni pies ni cabeza y pasas de ponerle a tu perro un chisme que recuerda sospechosamente a un instrumento de tortura medieval, pues empieza a trabajar lo del conocimiento.

Y entonces ya no tendrás que sentir toda esa confusión cuando recibas argumentos contradictorios, respaldados en ambos casos por muchos profesionales.

Podrás decidir por ti misma qué es lo mejor para tu perro y para ti.

Y casi seguro que aciertes, casi siempre.

Pero al menos cuando te equivoques, no será a costa de descubrir que un collar lleno de pinchos metálicos sí hace daño a tu perro, lo coloques donde lo coloques y lo uses como lo uses.

PD- Parece que sobre el arnés de paseo de toda la vida como modo de salvaguardar el cuello del perro no se le ha ocurrido argumentar nada. No se me ocurre por qué.

PD2- Tampoco comenta nada sobre el otro nombre que recibe este collar: de castigo. No encaja con su argumento, así que igual es por eso.

PD3-  Por el enlace si no te molan las herramientas medievales, ni para tu perro ni para nadie, y te apetece recibir una reflexión o una historia como ésta en tu correo, todos los días.  

error: Este contenido está protegido