Sea de la raza que sea
Sobre las etiquetas y la falta de autocrítica.
Navegando por YouTube me salen vídeos de perros a montones.
El algoritmo me bombardea con esos vídeos.
Y claro, muchos son de huskies, así que al final pico.
Me veo algunos vídeos sobre cómo son los huskies, sus ventajas e inconvenientes, el mucho pelo que sueltan y lo monos que quedan en Instagram.
Luego leo los cientos de comentarios, y es curioso.
Si los copias y los pegas en otros vídeos de huskies, no se notaría
Parece que la misma persona hubiese escrito lo mismo docenas de veces.
El comentario tipo repetido hasta el infinito es: los adoro, son unos perros hermosos, aunque no me hacen ni caso y se escapan en cuanto tiene la oportunidad.
Es verdad.
Se escapa siempre.
El mío también.
Y el mío.
Y es que ni caso, ¿eh? En casa es muy atento, pero en la calle ni me mira.
Anda, igual que el mío.
Y el mío.
Y el mío es re terco.
Pues como el mío, si le saco menos de una hora, no hay ni modo de volverlo a casa.
Y así siguen durante cientos de comentarios.
A un lado y al otro del charco.
Pero los adoramos igual, concluyen.
Así que ya sabes: el husky es desobediente, escapista y testarudo.
Suelta pelo y los adoramos igual.
Se echa de menos un poco de autocrítica aquí.
¿No?
Nadie, absolutamente nadie, se pregunta a sí mismo (al menos en la pantalla) ¿por qué no me hace ni caso?
¿De qué se escapa mi perro, es que no está bien a mi lado?
No.
Todas las conductas son las propias de la raza.
Todos se portan así.
Y por lo tanto la culpa única y completa es del perro.
Asunto zanjado.
Mira.
Si tuviese tiempo y ganas, me dedicaría a trolear en estos vídeos diciendo que mis huskies no se escapan.
Que me obedecen (casi) siempre.
Y que a mí a re terca no me gana un bicho peludo de 25 kilos por muy ruso que sea.
Seguro que iba a ser unas risas.
No resolvería nada, pero me iba a quedar a gusto.
Aunque claro, la ausencia de autocrítica lleva a concluir que soy una afortunada.
O que mis perros en realidad no son puros.
O algo así.
Como si existiese el gen de la desobediencia.
Y el del escapismo.
(Escucha ese ruido: es Mendel revolviéndose en su tumba)
Bueno.
Que da igual si tienes un husky.
O un border collie.
O un braco de Weimar.
O un pastor vasco.
O un “nise”, que lo llaman por aquí.
Tu perro tiene ciertas reacciones ante el entorno que tiene que soportar.
Y esas reacciones si están predeterminadas por genes.
De ahí que sea tan fácil ponerle etiquetas a los perros según su raza.
Y ciertas razas, ante ciertos entornos, muy habituales por otro lado, responden con alejamiento.
Con destructividad.
Con movimiento perpetuo.
Con indiferencia hacia su guía.
Y para resolver eso, puedes mirar vídeos de la raza X en YouTube.
Y leer cientos de comentarios copiados unos de otros, que ni aportan nada ni se preguntan o cuestionan nada.