para que ladre mucho más

 

Hablemos de maniobras e ideas que son lógicas para las personas, pero que para los perros no tienen ni pies ni cabeza.

Te cuento una idea muy popular en el mundo anglosajón, que me consta se usa también aquí en algunos centros.

La de usar un perro de peluche gigante para evaluar a un perro reactivo-agresivo-lo-que-sea-pero-lo-hace-mal con otros perros.

Llevas a tu perro que ladra y se lanza a por otro a un centro canino, y para evaluar sus reacciones le enfrentan a un perro de peluche.

Que simula ser un perro, mide 60 cm a la cruz, y lleva arnés y correa.

Y se mueve.

Eso sí, con las 4 patas tiesas, porque el entrenador va tirando de la correa mientras avanza hacia el perro evaluado.

No sé cómo reaccionan los perros que veo en vídeos frente a otros perros en situaciones normales en la calle.

Pero sí tengo claro cómo van a reaccionar cuando vean al engendro peludo perro de mentira.

Fatal, claro.

Imagina el panorama.

Eres un perro inseguro, o con miedos, o dolor, o con una socialización regular, o todo a la vez.

O simplemente eres introvertido y estás harto de los pelmas que te invaden el espacio y de que te lleven a sitios llenos de perros a los que no te apetece conocer.

Y ahora estás en un sitio extraño y desconocido, que huele a perro, pero no te han dejado explorar apenas.

Y aparece un señor al que tampoco conoces, y de pronto….

¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿Pero qué demonios es eso??????!!!!!!!

Así de primeras parece un perro.

Pero está rígido y desafiante.

Aunque tiene cara de póker, eso sí.

Todo el cuerpo tieso, y se mueve….. no sé si llamarle movimiento a eso.

No responde a mis señales, a ninguna.

Viene hacia mí, y me da más miedo que una película de M. Night Shyamalan.

Y lo más desconcertante y siniestro de todo: su olor.

No huele a perro.

No huele a hormonas, neurotransmisores, comida digerida, secreciones corporales, transpiración, grasa cutánea.

No huele a nada conocido.

Parece un perro.

Pero no ladra como un perro, no huele como un perro, no se mueve como un perro.

Así que será un pato.

En fin, creo que lo visualizas.

Cualquier perro, por sociable y amistoso que sea, se sentirá muy desorientado ante un peluche gigante con forma de perro.

Se lo puede tomar más o menos en serio.

Tener más o menos miedo.

Pero desde luego, normal no lo ven.

Y confundirlo con un perro, que me temo es la finalidad de esta exposición, ni de coña.

Así que igual es hora de ir dejando de tomar a los perros por hinvéciles.

Que no lo son.

Mira.

Yo en una ocasión me tropecé con un señor de plástico de tamaño real, que llevaba un casco de obrero, un mono de obrero y un chaleco reflectante.

Estaba en una cuneta de una autovía, en una zona en obras.

Y movía un banderín rojo para que los conductores bajásemos la velocidad.

Te digo que casi me da un infarto cuando veo aquel señor tan raro moverse.

De un modo tan mecánico, además.

Al verle en la distancia, pensé realmente que era un señor.

Al verlo más de cerca, sabía que era falso.

Pero lo de que se moviese.

Eso no me lo esperaba, menudo susto.

En fin, pobres perros.

Así que, si tu perro ladra sin conocimiento, lo mismo te gustaría que bajara un poco el volumen.

O la intensidad.

O que no te diera un infarto cada vez que explota a ladrar en casa.

Pues en la filosofía de la convivencia amable y empática tienes ideas para mejorar lo de los ladridos.

Nada de perros de peluche gigante.

Nada de pegarle sustos de muerte a tu perro.

(Ladrará más, por cierto)

Te apuntas en mi web a los correos diarios, y recibes esas ideas.

Desde luego, mejor que enseñarle mentiras, ya es.

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