como tú quieres

 

Imagina que la ilusión de tu vida es tener un acuario.

Uno grande, enorme, lleno de plantas y con peces de brillantes colores y movimiento ondulante.

Con mucha luz, y un agua azul cristalina.

De esos que resulta hipnótico mirar.

Una vez que lo tienes, te quedas pensando.

Mantener esto es mucho trabajo.

Sería menos trabajo si los peces no se comportaran así.

Es decir, ¿por qué tienen esa manía de estar siempre bajo el agua?

Si salieran fuera cuando tú quieras, podrían manchar fuera del acuario, y habría menos que limpiar.

Además, el mantener tanta agua a 24º es también un problema.

Resulta que los muy señoritos tienen que estar en un agua a 24-26º, ni más ni menos.

¿Y eso por qué?

Lo mismo a ti te viene mejor dejar el agua a temperatura ambiente.

O sea, 18º en invierno, y como 30º en verano.

Pero vamos, si tú lo puedes aguantar, pues que se aguanten ellos también.

¿No?

Es que no hacen más que exigir y pedir que las cosas sean como ellos quieren.

La luz no vale cualquiera.

Tienen que ser unos tubos especiales muy caros, que simulan la luz solar.

Pues tú no ves la diferencia con los tubos de la cocina.

Excepto en el precio, ya que cuestan cinco veces menos.

Y te han dicho que esos tubos “pierden intensidad”, o no sé qué.

Y por eso hay que cambiarlos cada año.

Ya, claro, y qué más.

Siguen dando la misma luz, ¿a que sí?

A ti te parece que es una tontería.

Que esos peces son animales caprichosos que tratan de llamar tu atención y dirigir tu vida a su antojo.

Y no estás dispuesta a consentirlo, porque si no ya se sabe que entonces mandan ellos.

Así que a partir de ahora vas a imponerles unas normas muy claras.

Vas a ignorar todo eso que te han dicho que necesitan, y a dirigirles con una energía calmada y firme.

Para que se porten como tú deseas.

Y se dejen de tanta tontería y tanta exigencia.

Que quede claro quién es el que manda en tu casa.

Vale.

Si te parece bien, adelante.

Aunque luego no te extrañes si los peces empiezan a comportarse de modos extraños.

Enferman.

O directamente mueren.

Si todo esto te suena a despropósito, te ofrezco un enfoque diferente.
 
Con el que aprenderás a entender y conocer a tu perro.
 
A responder a sus necesidades (que no exigencias) y a darle lo que le hace falta (nada de tonterías)
 
A detectar si está enfermo o tiene dolor antes de que sea obvio.
 
A ofrecerle actividades que le ayudan a ser mejor perro y de paso le divierten.
 
A comunicaros mejor durante el paseo para que sea una situación agradable para los dos.
 
En resumen.
 
Aprenderás cómo darle la mejor calidad de vida posible a tu perro.
 
Y el resto vendrá solo.
 
Si te suena bien, apúntate para recibir los correos diarios, y a ver qué pasa.
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