Culpabilidad canina

En el anterior post te mostraba la clásica escena de culpabilidad canina. Un error muy común al extrapolar nuestra propia conducta a lo que hace el perro.

Los perros no tienen moral. No diferencian entre bien y mal, tan solo entre aquello que les es útil o les interesa y lo que les molesta o les asusta, preocupa, hace daño, etc. Tampoco se proyectan hacia el pasado (lo que hicieron hace un buen rato) y el futuro (lo que pasará mucho más tarde como consecuencia de mis acciones).

Por lo tanto, no expresan culpabilidad. Las escenas que se veían en el vídeo son muestras de apaciguamiento mezclado con miedo.

Los perros son especialistas en convivir y en reducir roces entre individuos. Las miradas que se giran, los ojos un poco en blanco, el cuerpo encogido, el rabo entre las patas, la actitud huidiza….. en un contexto en el que otro individuo muestra claramente enfado son señales de apaciguamiento y calma. No de culpa.

¿Cómo comprobarlo?. Si estás plenamente convencido de que tu perro «sabe que hizo mal», puedes hacer una sencilla prueba.

Repite la acción por la que regañaste a tu perro cuando éste no esté presente. Por ejemplo, destroza una sandalia o haz pedazos un rollo de papel higiénico.

Luego le pides que se acerque, y le echas la misma bronca que si hubiese sido él. Verás exactamente la misma expresión de culpa.

 

El perro guardián

Ahora echa un vistazo a este vídeo: 

 

Se ve atemorizante. Un perrazo defendiendo su territorio de posibles intrusos. Es posible que si el intruso entra en el espacio del perro termine llevándose un mordisco, pero desde luego no es valentía ni fiereza lo que muestra este perro.

¿Qué te parece a ti?, ¿qué ves en la expresión corporal de este perro?

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