“Creíamos que teníamos las respuestas, pero era la pregunta la que estaba equivocada” (Bono)

Algo muy habitual cuando un dueño tiene un problema con su perro es que me pregunte: ¿qué tengo que hacer para que mi perro deje:

De tirar de la correa?

De saltar sobre la gente?

De ladrar a otros perros?

De……?

Bien.

Pues lo primero que hay que hacer es plantear la pregunta correcta.

 

¿Cómo hago para que mi perro no….?

 

Cuando pides que tu perro deje de hacer algo, normalmente le estás pidiendo que no haga nada.

Y eso no funciona.

El perro (y las personas también) está constantemente realizando comportamientos.

Incluso mientras duerme está haciendo algo.

Sencillamente no se puede estar «sin hacer nada».

Por ello, pedir que un perro deje de hacer algo no es realista.

Cuando se le castiga por la conducta molesta, deja de hacerla.

Unos segundos.

Para luego volver a empezar o hacer alguna otra cosa aun más molesta.

 

Ofrece alternativas válidas

 

Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es cambiar el planteamiento de la pregunta:

¿Qué te gustaría que hiciera tu perro en lugar de lo que te molesta?.

Eso le da al perro un plan de acción.

No puede estar sin hacer nada.

Pero sí estaría bien que hiciera esto en lugar de eso otro.

Eso ya es factible.

A ser posible, que la opción que le des sea excluyente con la acción que quieres evitar (si hace una cosa, no podrá hacer la otra).

Por lo tanto, ¿Qué quieres que haga tu perro en lugar de:

Tirar de la correa?

Saltar sobre la gente?

Ladrar a otros perros?.

Al cambiar el planteamiento, te propones un objetivo alternativo que puedes intentar lograr.

Y puedes proponerle a tu perro opciones de comportamiento aceptables.

 

Determina las causas de la conducta inadecuada

 

El siguiente paso es preguntarse porqué. ¿Por qué:

Tira mi perro de la correa?

Salta sobre la gente?

Ladra a otros perros?

Tener una respuesta para esta cuestión te indica qué tienes que hacer (o dejar de hacer) tú para modificar su conducta y facilitar la aparición de otras conductas que te parezcan bien.

No des por válidas las respuestas que te dicen qué es el perro, porque no te ayudan.

Si el perro tira de la correa, salta sobre la gente o ladra a otros perros porque “es dominante”, “es testarudo”, “es tonto”, no avanzas.

Aceptas que el perro “es”.

Y eso no puede cambiarse, igual que no puede cambiarse si el perro es negro, es grande, o es de pelo corto.

Nunca conseguirás que un perro deje de ser dominante, de ser tonto, o de ser testarudo (*).

Te has metido en un callejón sin salida.

En cambio, valorar que el perro se comporta de cierto modo, en lugar de “es de cierto modo”, te deja una puerta abierta: si ahora se porta así, también puede portarse de otra manera, y puedes conseguir avances.

Si mi perro tira de la correa porque quiere llegar pronto a algún sitio, o salta sobre la gente porque quiere saludar, o ladra a otros perros porque quiere jugar con ellos, por ejemplo, ya tienes trazado un plan de acción.

Convéncele de que el camino es también importante y no hay prisa por llegar a algún sitio.

Explícale que las personas se pondrán más contentas de verle si saluda con las 4 patas en el suelo.

Permite que juegue con otros perros en entornos seguros y que caminen juntos.

Si en  lugar de esforzarte en inhibir conductas (“que deje de hacer”) te esfuerzas por entender motivaciones y ofrecer conductas alternativas, resolverás muchos problemas que en realidad no lo eran (tan solo han aparecido por una falta de comprensión por tu parte).

Si te gusta este planteamiento, éste es el tipo de trabajo que realizo con mis clientes.

Lo primero, un cambio de perspectiva.

Eso ya es un gran avance.

Lo segundo, entender qué ocurre y porqué.

Y luego ya, valoramos qué hacer para mejorar la convivencia.

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(*) No conozco a ningún perro que sea tonto, dominante o testarudo. Son interpretaciones nuestras de conductas que presenta ante determinados estímulos y determinados manejos. Cambiando los manejos y/o estímulos, la conducta cambia, y el perro ya no parece ni tonto, ni dominante, ni testarudo. 

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