Porque todos los perros son iguales. O no.

 

Mira.

A menudo la gente que convive con perros es muy de seguir instrucciones.

Es decir, buscan las instrucciones para aprender a manejar a un perro, y cuando creen que las han encontrado, pues las aplican.

A veces a rajatabla y hasta extremos inconcebibles.

Y es curioso, porque me consta que una parte importante de la humanidad se niega a leerse las instrucciones de los aparatos eléctricos que compra.

Yo entre ellos.

Una ironía.

Compras un chisme lleno de botones y lucecitas, o con un mando a distancia que parece el panel de un helicóptero.

Y las instrucciones las lanzas a un cajón.

Leer instrucciones es para perdedores. A esto le pillo yo el truco rápido

Seguro que hay un grupo de FB para gente que jamás se ha leído las instrucciones de nada.

Aprietas un botón y ves qué pasa.

Le das a otro, y miras qué ocurre.

Vas pasando pantallas y fijándote, y con eso aprendes a manejar cualquier chisme.

Pero el perro, el perro va de otra manera.

Igual lo que desconcierta es que no tiene botones.

Ni pantalla.

Ni mando a distancia.

(Anda, igual por eso algunos se empeñan en ponérselo, para no tener que tirar de instrucciones)

Así que muchas personas empiezan a interaccionar con él, pensando que con amor y cariño funciona todo.

Y vale, que de eso hace falta.

Bastante.

Del de verdad, del que implica constancia, sacrificio y paciencia.

No del de hacerse la foto en Instagram para quedar mona.

Pero pasa el tiempo y parece que algo no va bien.

Es un algo indefinido.

O a veces algo muy concreto.

Pero falla.

Así que esas personas empiezan a buscar instrucciones en todas partes.

Pero en todas.

Hasta en la parada del autobús

(Lo he visto).

Y aplican las instrucciones igual que se aplican las indicaciones del folleto de la Smart tv a la que no conseguías programarle los canales por más botones que tocabas.

Sin pensar.

Sin mirar.

Sin sentir.

Sin criterio ninguno.

O a veces hay criterio, pero queda ahogado por la sensación de ignorancia y la inseguridad.

Y algunas tienen suerte y con esas instrucciones lo que fallaba deja de fallar.

Pero lo normal es que no.

Algo sigue fallando.

Y tu perro, que no es un electrodoméstico, no tiene garantía.

Ni taller de reparación.

Ni (¡oh!) libro de instrucciones.

Así que aquí va una lección importante.

Puedes aprender sobre perros.

Puedes aprender sobre comportamiento.

Sobre comunicación corporal.

Sobre salud.

Sobre alimentación.

Puedes aprender mucho sobre perros.

Pero no hay instrucciones precisas que sirvan para tu perro.

Que si las sigues al pie de la letra, paso uno, paso dos, paso tres.

Te permitan corregir sus comportamientos.

O educarle mejor.

O que se porte como tú deseas.

Porque como bien sabes, tu perro no es un electrodoméstico.

Y cuando vives con él, lo que haces es establecer una relación.

De con-vivencia.

Vives con.

Y eso significa que todo lo que aprendas (que debe ser en forma de conocimiento, no de instrucciones) te servirá para entenderle mejor.

Y para tener ideas que aplicar en esa convivencia.

(Y a ver qué pasa)

Pero no te servirá para tener un “decálogo de cómo educar a cualquier perro”.

Eso no existe.

Así que mejor deja de buscarlo.

O deja de prestar oídos a quien te lo quiera colar.

El conocimiento te dará muchas pistas y opciones para mejorar la convivencia.

Pero la convivencia, ahora sí, tendrás que mejorarla realmente a base de “tocar botones”.

De probar y experimentar.

De observar y escuchar.

Y de preguntar a tu perro y aceptar las respuestas.

Así conseguirás lo que quieres.

Pero con ese perro.

No con el de tu vecino.

Ni con el que sale en la tele.

Ni con el de tu prima Lola.

Con el tuyo.

De eso va la convivencia.

De conoceros, respetaros y compartir.

Y de pensar en el largo plazo.

No de seguir instrucciones mirando al ahora.

Así que si te interesa el conocimiento, puedo ofrecértelo.

Empezando por correos que mando a tu buzón, uno al día.

Con reflexiones como la de antes.

Si te ha hecho pensar, te gustarán los demás textos.

Si te has quedado igual, no has entendido nada, o peor, te has aburrido, pues mira, entonces mejor date una vuelta por Tik Tok y olvida todo esto.

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