Deja de preocuparte por lo que otros piensan de tu perro

 

Sobre cómo a veces la sociedad te pone la zancadilla para hacerte la vida más difícil.

Y parece confabularse para que lo hagas todo mal con tu perro.

Y luego te echa la culpa de que no tengas éxito.

Hace algunos años, un puñado de universitarios de Nueva York crearon un grupo de Facebook.

En principio esto es bastante habitual, ¿no?

Hay grupos de FB sobre todo lo que te puedas imaginar.

Y sobre lo que no eres capaz de imaginar, seguro que también los hay.

Este grupo se llamaba “Stefani Germanotta, nunca serás famosa

La tal Stefani era una compañera de clase.

No sé qué tendrían contra ella.

Ni por qué.

Pero es una manera cruel de burlarse de alguien.

Y de hundir su autoestima, también.

Para que al final, efectivamente, no triunfe en la vida.

Supongo que antes de Internet los adolescentes humillaban y hundían a quienes les caían mal de otro modo.

Desde luego más íntimo y con menos alcance.

A día de hoy, pues es lo que hay.

El caso es que aquí hay opciones.

Puedes ver ese grupo de tus propios compañeros de clase y tomártelo en serio.

O puedes ignorarles.

Puedes sentir pena porque sean tan patéticos.

O puedes enfadarte.

Con ellos y con la humanidad entera.

También puedes tomártelo en serio de otra manera.

Muy en serio.

Y decir “ah, que no voy a triunfar, ¿eh? Sujétame el cubata

Y salir a por todas.

Para luego mirar atrás y decir:

Chupaos esa, pringados, vosotros sí que no habéis destacado en nada en vuestras patéticas vidas”.

Creo que lo que pasó fue esto último.

O no.

Yo prefiero imaginarme que sí.

Porque Stefani Joanne Angelina Germanotta es el nombre que consta en la partida de nacimiento de Lady Gaga.

Que aunque no te guste su música.

O el modo en que se da a conocer.

Fijo que te suena, y mucho.

Algo de éxito yo diría que tiene.

Pues igual te pasa algo parecido con tu perro.

Que una peña de amargados cree un grupo de FB para burlarse de vosotros, no.

Que mucha gente de tu entorno, cercano y no tan cercano, está poniéndote zancadillas para que todo lo que pueda salir mal, salga peor.

Y el resultado es que ni entiendes a tu perro.

Ni sabes qué hacer cuando se porta de ciertas maneras.

Ni comprendes por qué todo el mundo parece tener claro lo que haces mal, pero por más que te esfuerzas, tu perro no cambia.

O cambia a peor.

A lo mejor es simplemente que te fijas demasiado en lo que otros hacen y dicen.

Y te preocupa en exceso lo que otros piensan y en cómo te hacen sentir.

Cuando la respuesta para triunfar la tienes delante de ti.

La tiene tu perro.

Solo hay que preguntarle a él qué es lo que necesita.

Y dárselo.

Y ver cómo todos los que ahora te sermonean, pasan a preguntarte

Qué tranquilo está tu perro, ¿cómo lo has hecho?”

Como tú decías, seguro que no.

Si buscas un intérprete para comprender qué es lo que contesta tu perro cuando le haces preguntas, puedo ser yo.

Y anécdotas como ésta pueden ayudarte a pensar y a ver a tu perro de otra manera.

Las mando, una al día, al buzón de quienes me lo piden. Igual tú lo estás pidiendo. Pues por el botón.

error: Este contenido está protegido