Empatizar con tu perro es fácil

 

En mi trabajo veo muchas situaciones que se repiten con pequeñas diferencias.

Pero a veces veo casos algo extremos.

Por ejemplo.

Una vez me llamaron para ayudar a un perro que tenía ataques de ladridos y lanzadas hacia perros y personas durante los paseos.

O sea, lo que vienen siendo un perro reactivo.

Pero a este se le iba mucho la cabeza, y tardaba hasta diez minutos en calmarse tras cruzarse con un perro.

Además tenías que ver cómo se ponía.

No es que ladrara, es que chillaba y se agitaba como si le estuviesen dando una paliza.

Y como pesaba unos 7 kilos, pues es fácil pensar que le pateaban o algo así.

A las personas con las que convivía les preocupaba que se pusiera tan mal.

Pero también que todo dios les miraba pensando que maltrataban al perro.

Y no.

Hasta aquí todo más o menos normal.

Visito al perro en su casa, me comentan unas cuantas cosas, veo dónde vive, y salimos a dar una vuelta.

Me llevan por un sitio concreto porque quieren que vea cómo se pone con el perro del vecino.

Un mestizo de pastor de unos 35 kilos que vive amarrado a una caseta.

Veo pasar al perrillo por el camino frente a la casa del vecino, y habla bastante claro.

Primero se planta y no quiere andar.

Y cuando le animan y tiran un poco de él, intenta mantener una distancia aun mayor de la que ya hay (el perro está atado a unos 5 metros de nosotros).

Y como no puede porque un muro de piedra se lo impide, se pone como loco.

Da saltos y botes y cabriolas, y chilla y ladra y vuelve a chillar.

Tal parece que el suelo le estuviese dando una descarga eléctrica o algo así.

De vuelta en la casa me cuentan que una vez estaba el perro jugando en el jardín, solo.

El perro del vecino apareció por allí (¿suelto, escapado?), saltó la valla, que es meramente decorativa, le trincó del cuello y se lo llevó a su casa.

Y una vez allí, sin testigos, le dio una paliza que casi lo mata.

Ah.

Es un detalle importante.

Después de oír esto, miro al perrillo con otra cara.

Antes entendía cómo te sientes.

Ahora además creo que tienes toda la razón del mundo y que te quedas corto.

Bueno.

Es una de tantas historias tristes, ésta.

Y por eso la empatía es el punto de partida a la hora de ayudar a tu perro a comportarse de otra manera.

Puede que tu perro tenga razones para comportarse como lo hace.

Y que tú no las conozcas.

O quizá los problemas están solo dentro de su cabeza.

Pero aun así hay que apoyarle para que mejore.

No bloquearle.

Ni chistarle.

Ni decirle lo tonto que es, no ves que no pasa nada que no te hacen nada.

Ni darle tirones de la correa o ponerle un estrangulador o un collar eléctrico.

No.

Ponerse en su lugar.

Y apoyarle.

Que alguien se ponga de tu lado cuando lo pasas mal hace que te sientas mejor.

Y si te sientes mejor, lo pasas menos mal.

Y seguramente tu comportamiento baje de intensidad.

Empatizar con perros así no es tan complicado.

Basta con que te concentres en lo mal que te sientes tú cuando se ponen como locos al cruzarse con un autobús, con un perro, con un niño patinando.

Y pensar que tu perro se siente más o menos así.

Con motivos o sin ellos, hablamos de emociones, no de razones.

A ti no te gusta cómo te sientes en esos momentos, estás deseando dejar de sentirte así.

A tu perro le ocurre justo lo mismo, y por eso se porta así.

Porque quiere dejar de sentirse así.

Ya tenéis un gran punto en común para empezar a cambiar juntos.

Y a sentiros mejor juntos.

He ayudado a otros con esto, y puedo ayudarte a ti, si es lo que necesitas.

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