Hace muchos años, cuando estaba iniciándome en esto de los perros, me apuntaba a todo lo que tuviese que ver con perros.

Así aprendía mucho, un poco de cada campo.

Y entre las muchas cosas a las que me apuntaba estaban las exposiciones caninas.

Son sitios curiosos, las exposiciones caninas.

El caso es que una vez pillas la mecánica, es todo bastante sencillo.

Yo iba con mis huskies, bien arregladitos y educados para….. para…. bueno, para no hacer nada y dejarse toquetear por un desconocido

Les daban una puntuación, y a veces hasta les daban el primer premio.

Eso a mi ego le iba de maravilla.

Aunque creo que a mis perros les daba bastante igual.

Bueno, cuando ya había aprendido unas cuantas cosas, dejé de ir.

El caso es que hay gente a la que solo ves en esos sitios, y haces un poco de colegueo, colocas tu mesa al lado de la suya, sacamos unas sillas, algunas cositas de comer, y montamos un picnic y tal.

Y en una ocasión ahí estábamos, con nuestro picnic rodeado de pelo de perro, cuando uno de  los chicos que conocía se me acerca todo emocionado:

Irene, jo, acabo de hablar con R.P.”

Ese era un tipo muy popular que se dedicaba a exhibir perros de modo profesional.

Sí, hay gente que se gana la vida haciendo eso.

Otros le contratan, y esa persona entrena al perro para…. para… bueno, para no hacer nada, y le saca al ring a que luzca lo más espectacular posible.

Y luego cobran un dinero.

Pero antes de sacarle al ring, le acicalan, le peinan, le empolvan, le recortan los bigotes, esas cosas que hay que hacerle a un perro para que esté guapo.

(Yo los veo guapos al natural, pero mi opinión no cuenta).

Y claro, ves a esos perros es-pec-ta-cul-la-res, con un pelo que parece un abrigo de visón,  y miras a tu “trapo viejo” que te recuerda a un teleñeco, y te preguntas cómo lo hacen.

Porque tú quieres hacer lo mismo.

Y ahí venía el colega.

Acabo de hablar con R.P. que estaba arreglando a Rainbow in the sky for you de Pocahontas (los nombres de los perros de exposición son así de elegantes) y le he preguntado, ¿cómo haces para que tenga el pelo así de brillante y sedoso?

“Aha. ¿Y qué te ha dicho?”

Pues me ha contestado: le doy de comer macarrones. ¿¿A que es genial?? Ya sé lo que tengo qué hacer para que mi perro tenga el pelo sedoso y brillante”

“…………..JUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJUAJJUA”

“Vamos a ver, pardillo, ¿no te das cuenta de que se está riendo de ti? Seguro que esa pregunta se la hacen 14 veces al día, y se ha pensado la respuesta más idiota que se le ha ocurrido para ver cuántos pican y le hacen caso. Y ahora está tomando un café con otros colegas expositores, y se están partiendo de la risa. Macarrones, dice.”

“¿Tu crees? Me lo ha dicho muy serio”

“Pues más a mi favor. Piensa, hombre. Los huskies toleran fatal los hidratos de carbono. Les dan una diarrea de grifo. ¿Y qué son los macarrones? ¡Hidratos de carbono!”

Mi colega se siente muy decepcionado, pero oye, le he ahorrado un mal trago a él y a su perro.

Y sobre todo, le he ahorrado el no entender lo que ocurre y la sensación de engaño cuando se diera cuenta de que se burlaban de él.

Porque para que un husky tenga ese manto tan espectacular, hay que hacer unas cuantas cosas.

Muchas cosas, en realidad.

Y ninguna de ellas es darle macarrones.

Seguro.

Hay gente que solo  busca que le cuenten el “truco mágico” para obtener el resultado que les gusta, sin tener que pasar por el proceso de trabajárselo.

Y esos se encontrarán con que les cuentan muchas tonterías y unos cuantas historias de hadas y unicornios.

Puede que tú prefieras ayuda real para resolver los problemas con tu perro en lugar de unos inútiles consejos de parque.

Si ese es el caso, aquí la tienes.

Al apuntarte te llega una guía con ideas para ir mejorando la convivencia, que igual te hace falta.

Y luego un correo al día con historias, anécdotas y reflexiones que solo les cuento a mis suscriptores.

Y que lo mismo te inspiran un montón. O no. No lo sabrás si no te apuntas (tampoco si no los lees, claro)

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