Deja de preocuparte por lo que piensen otros

 

Mira, voy a ser directa.

Es hora de dejar de preocuparte por lo que piensen los demás sobre ti y sobre tu perro.

Si actúas así, te sentirás libre para tomar mejores decisiones en nombre de tu perro.

Y cuando tomas mejores decisiones, estás preparando a tu perro para tener éxito en el enloquecido mundo de los humanos.

En consecuencia, es mucho menos probable que se meta en problemas que terminaréis pagando con creces.

Así que esto es lo que hay que hacer:

1. Defiende a tus perros: mantente firme a la hora de proteger la salud física y mental de tu perro, así como la seguridad de quienes lo rodean.

2. Cuando no estés segura de si tu perro puede manejar una situación, sé precavida: elige gestionar el entorno en lugar de “no sé lo que va a hacer, le dejo solo y lo vemos”

Los perros necesitan que hagamos estas dos cosas con más frecuencia.

Y cuando lo hacemos, dejan de sentir que tienen que llegar a las manos dientes para hacerse entender.

A ver, que los perros también necesitan muchas otras cosas de nosotros, pero este sería un buen comienzo.

Lo que te estoy explicando no está relacionado realmente con los perros.

Es más bien que somos humanos y funcionamos así.

Resulta que nos sentimos francamente incómodos si tenemos que ser contundentes y tomar decisiones impopulares.

Porque tememos no gustar a las otras personas, incluso si son perfectos desconocidos.

Con demasiada frecuencia elegimos no hablar por nuestros perros, incluso cuando las cosas toman un giro extraño.

Igual sabes que tu perro se siente incómodo con los niños hiperactivos que corren a su alrededor.

O crees que el perro que se acerca rígido y con la mirada dura y fija no es tan amigable como dice su cuidador.

Quizá sospechas que tu perro está molesto o se siente intimidado con los obreros que están en casa arreglando el baño mientras tú estás trabajando.

Pero lo permites todo, de cualquier modo.

Es curioso, porque al hacer eso lo que estamos haciendo es tratar de ser amables, amistosas, solícitas, anulando con ello nuestro propio instinto o lo que nuestro perro trata de decirnos.

Nuestro deseo de ser aceptadas y queridas, evitando ser percibidas como hostiles, groseras o mal educadas es muy poderoso.

Es tan poderoso que muchas personas optarán por ignorar sus instintos adentrándose en situaciones potencialmente peligrosas.

Tan solo por no causar una mala impresión.

Llegas a casa de noche, y en el descansillo del portal el ascensor abre sus puertas.

Dentro hay un chico parado, y sientes una punzada de pánico.

La situación te da miedo, pero aun así, muchas mujeres se detienen un momento y piensan “oh, no voy a ser mal educada, quiero ser amable, el chico no ha hecho nada, no quiero que piense mal de mí, eso que siento son solo paranoias mías”

Y entonces entras en una caja sin salida con un extraño que te da miedo solo para que no piense que eres grosera.

Así que sí, es muy difícil ponerte del lado de tu perro y defenderle frente a otras personas cuando se supone que se está portando mal.

O cuando otros están a punto de sobrepasar los límites de tu amigo y sabes que deberías hacer algo, pero lo consientes.

Pero el problema que deriva de esta inacción es que las mordeduras de perros suelen ocurrir cuando:

1. Negamos las limitaciones de nuestro perro o sus problemas de relación con el entorno. Tu perro necesita que le veas como es, en el presente.

2. Conocemos sus límites, pero aún así dudamos en tomar medidas.

Así que no permitas que tu perro sea tratado de modo brusco o inapropiado.

Y no dejes de comprobar que está bien en todo momento pensando que tu “buen perro” jamás hará daño a nadie.

No es justo para tu perro.

Porque cuando dejamos que los perros muerdan, los perros pagan por ello.

A menudo tendrás que salir de tu zona de confort para defender a tu perro.

No permitas que otros te presionen para que no hagas nada.

Deja de preocuparte por lo que piensan los demás y haz lo que sabes que es correcto para tu perro.

Es cierto que a veces ocurren cosas que están fuera de nuestro control.

Y que otras veces pensamos que tomamos la decisión correcta, y tras un incidente, resultó ser equivocada.

Esto significa que inevitablemente habrá problemas en el día a día.

Así es la vida.

Pero los problemas pueden ser mucho menores si gestionas a favor de tu perro y en contra del qué dirán.

Así que la próxima vez que alguien vaya a forzar el límite de tu perro, colócate rápidamente delante de tu amigo y di “espera”.

La siguiente vez que haya gente en tu casa y te parezca que tu perro está incómodo, acomódalo en una habitación tranquila.

Incluso si las personas que entran en tu hogar dicen “oh, no pasa nada, adoro a los perros”, te mantienes firme y sigues con el plan.

Puede que tu perro no adore a las personas, y eso no es nada malo.

Lo malo es forzarle en su propia casa a tener que soportarlo.

Y la siguiente vez que acudas al veterinario o al peluquero y no te guste la forma en que manejan a tu perro, dirás “busquemos otro modo de hacer esto”

Aplica la misma máxima con los educadores.

Si no te sienes cómoda con el modo en que un profesional está trabajando con tu perro, simplemente dices, “muchas gracias, pero necesitamos algo diferente”

Ah, espera.

Las otras personas pueden decirte cosas desagradables cuando actúes así.

Pues nada, se trata de que no te importe.

Porque en ese mismo instante, eres el héroe de tu perro.

Y eso es  lo único que de verdad debería importarte.

Mira, las otras personas lo superarán.

De hecho lo más probable es que no les importe en absoluto.

Y si les importa, seguramente tampoco estás impactando en sus vidas, la verdad.

Se les olvidará en unos minutos.

Pero para ti las consecuencias de no actuar a favor de tu perro van a durar años.

Serán profundas y duraderas, y no se solucionarán fácilmente.

Sí, va a ser incómodo, pero puedes hacerlo.

Puedes hacerlo porque amas a tu perro.

Si te sirve de ayuda, quiero que pienses que me tienes a tu lado, animándote mientras defiendes a tu perro.

Diciéndote que es bueno que contradigas a otros si eso impide que tu perro se meta en problemas o tenga malas experiencias o el entorno le supere.

Y por descontado, que sepas que te aplaudiré cada vez que respires hondo, protejas a tu perro y dejes que lo que los demás piensan te resbale.

Pruébalo.

Puede que te sorprenda el cambio que dará tu mejor amigo en cuanto empieces a actuar así.

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