Por qué proteger a tu perro te ayuda a ti
El otro día estaba pajareando por una red social y me encontré con una imagen.
La imagen en cuestión es tan buena, tan descriptiva y tan certera en su sencillez, que la robé para poder enseñarla a otros.
Lo malo es que no tomé nota de la autoría, y ahora no sé de quién es.
Porque hay que atribuirle el mérito de cada uno a cada uno.
Y ahora no voy a poder.
Pero bueno, que sepas que no la he dibujado yo y no me la apropio.
Solo quiero comunicar algo con esa imagen
(Si sabes de quién es me lo dices y subsano mi fallo)
Es ésta:

Si la miras sin más, puedes pensar que es bonita y tal.
De hecho, yo hago eso literalmente a menudo, porque a Jimena la lluvia le ofende profundamente, y viviendo en el norte de España, como que se ofende a menudo.
Así que se me arrima para pedir mimos, porque cuando se ofusca, se asusta o se encuentra mal, se vuelve muy pegajosa.
Y yo le cedo mi paraguas, y así no se encuentra tan ofendida.
A ver. Que me voy por las ramas.
Decía que hay que fijarse para ver que la imagen es una metáfora.
Una muy buena.
Que dice que así es como deberías planteate la relación con tu perro.
El mundo es un lugar complicado y que a menudo nos agrede con más o menos intensidad.
Y nosotros hemos metido a un perro en ese mundo que él no puede comprender, y a menudo tampoco asimilar.
En lugar de esforzarte por cambiar las reacciones del perro que no consigue adaptarse a ese mundo, es más pragmático sacar el paraguas.
Y proteger a tu perro de esas agresiones (reales o imaginarias) con él.
Aunque al hacerlo, tú quedes desprotegida, puesto que ese mundo seguramente también te agreda a ti.
Por cómo se porta tu perro.
Por lo que hace.
Por lo que no hace.
A veces simplemente porque existe.
Pero si te concentras en mantener el paraguas sobre tu perro, esas agresiones empezarán a resbalarte.
Y tu perro empezará a verte como su héroe.
Y la convivencia mejorará.
Y entonces sí que las agresiones del mundo exterior te patinarán totalmente.
Tengo un servicio donde aclaro esto, pero hasta ahora no tenía una imagen para reflejarlo claramente.
Si necesitas ayuda para sostener el paraguas o colocarlo en el sitio justo, dale al botón.
Te lees la guía que te llega entonces.
La aplicas.
Lees los correos que envío a diario.
Piensas en ellos.
Y luego miras a ver qué ha pasado con tu perro, igual te sorprendes.