Y quizá a tu perro le pase lo mismo

 

Resulta que estar sola no es fácil.

Por sola me refiero a sola, de verdad, contigo misma como única compañía.

Verás.

Al parecer nuestro cerebro tiene algún problemita con eso de estar ocioso.

Lo de aburrirse es poco menos que una mirada al abismo existencial, y tenemos una capacidad infinita para distraernos con toda clase de tonterías.

Lo que sea con tal de no mirar en nuestro interior.

De no estar solos con nuestras emociones y nuestros pensamientos.

Venga, haz la prueba.

Siéntate a solas en una habitación.

Sin distracciones.

Sin teléfono, música, libros, televisión, internet.

Sin videojuegos, revistas, tabletas, podcast.

No cantes.

No bailes.

No pruebes a hacer estiramientos.

No sigas con la vista esa grieta que apareció en el techo.

Solo siéntate y no hagas nada durante 20 minutos.

Tú y tu mente, por fin a solas.

Si no eres aficionada a meditar, vas a sentirte realmente incómoda.

Posiblemente no lo soportes.

Hay diversos estudios psicológicos donde han hecho esta misma prueba.

Y ¡sorpresa!

En algunos casos, el 50 % de los sujetos de estudio prefirieron recibir una descarga eléctrica por abandonar la habitación.

Que quedarse a solas consigo mismos.

Vaya.

Puede haber diversas explicaciones para esto.

A lo mejor podrías sentarte a solas en una habitación a buscar la tuya, jajajaja.

Podría deberse a que ciertos pensamientos y emociones que tenemos no nos gustan demasiado.

Y al estar ocupados, al mantenernos distraídos, los ocultamos.

Evitamos que salten cuál Pepito Grillo a chirriarnos en la oreja.

Nos distraemos de nosotros mismas, en realidad.

Y resulta que cuánto más negamos o rechazamos ese mundo interior, más nos enredamos en distracciones para ocupar nuestra atención.

(El fundador de Facebook lo sabe y es millonario gracias a ello)

Puede incluso que algunas personas estén tan desbordadas por sí mismas que prefieren el dolor externo de una descarga eléctrica al dolor interno de la reflexión y el autoconocimiento.

Y tras esta profunda reflexión filosófica, hablemos de perros.

De perros que no pueden quedarse solos.

Quizá en su caso no sea tan complicado.

Lo mismo ellos no tienen problemas con sus emociones y pensamientos.

O igual sí, quién sabe.

Pero es habitual que un perro tenga problemas para estar solo.

Para aburrirse.

Para no hacer nada durante unas cuantas horas.

Y en consecuencia, llena ese vacío existencial con actividades algo desmedidas.

Como destrozar muebles.

O ladrar y aullar durante horas.

Y si tu perro se comporta así, lo mismo te cuesta comprender sus razones.

Prueba.

Siéntate a solas, contigo misma, en una habitación sin hacer nada de nada.

Quizás entonces estés un poco más cerca de tu perro.

Aunque él tenga otras razones, eso da igual.

Y ahora, si tu perro no se queda a gusto cuando está solo, tengo un curso que te explica posibles razones.

Y te da ideas para posibles soluciones.

Lo mismo te hace falta.

Y si te ha gustado esta maravillosa exposición de pseudopsicología donde demuestro la poca idea que tengo sobre según qué cosas, te invido a apuntarte a mis correos diarios.

Puedes usarlos para distraerte y evitar el autoconocimiento.

O para aprender sobre perros y pensar en cuestiones en las que quizá nunca habías pensado. Quién sabe.

Prueba a ver qué pasa.

error: Este contenido está protegido