Cómo hacer que un border collie deje de perseguir

De pequeña quería con toda mi alma tener un caballo.

Me encantan los caballos.

Pero vivíamos en un piso en el centro de la ciudad, y en el balcón no cabía.

Y siendo sinceros, pagar a otros una pasta para que lo tuviesen en un espacio más reducido que el de un cuarto de baño, echándole heno por un lado y sacando estiércol por otro me parecía una estupidez.

Una estupidez y una crueldad para el pobre animal, que solo saldría de allí cuando yo tuviese el detalle de dejarme caer por los establos.

Así que tardé muchos años en tener un caballo.

Ahora tengo finca, y en ella hay un caballo.

El caso es que al caballo, como a cualquier ser vivo, hay que darle ciertos cuidados.

Los que le toquen según a qué especie pertenezca.

Y uno de esos cuidados es el mantenimiento de cascos.

Al principio llevaba herraduras, y contraté a un señor que las hacía en caliente (se adapta el “zapato” al casco, en lugar de al revés, que me parece un despropósito).

Luego indagué y averigüé que en realidad no necesita las herraduras, así que se las quité.

Pero aun así hay que arreglarle los cascos cada pocas semanas.

Así que un señor que sabe de cascos de caballos que no llevan herraduras subía cada pocas semanas a ocuparse del tema.

Alguna vez intentó explicarme cómo hacer su trabajo.

Me negué.

Le dije que yo miraba, que preguntaba, que me interesaba por lo que hacía y por qué, pero que no pensaba hacerlo por mi cuenta.

Porque eso de arreglar cascos en primer lugar, se estudia.

No es algo que se aprenda en un grupo de Facebook o preguntando en Todoexpertos.

Y en segundo lugar, porque si lo haces mal, las consecuencias pueden ser devastadoras para el animal.

Así que ya le dije que se ocuparía él, que yo solo miro y aprendo cosas, que me encanta aprender, pero el profesional seguiría siendo él.

El caso es que charlando de esto y de aquello, este señor, al que llamaré Juan, ya estaba al corriente de a qué me dedico cuando no estoy mirándole los cascos al caballo.

Y un día me planteo un problema.

Un problema que tenía con su perro.

En concreto, un border collie.

Resulta que Juan tiene un prado.

Y en el prado tiene caballos.

Además, tiene un border collie.

Hasta ahí todo correcto.

Pero el border collie se pasa el día entero empujando a los caballos de un lado para otro, prado arriba, prado abajo.

Lo hace porque quiere.

 Nadie se lo ha pedido.

Y claro, los caballos, que son nobles y lo mismo hasta piensan que el perro es su amigo, en lugar de darle una coz y mandarle a lo alto de un árbol por pelmazo, le siguen la corriente.

Y por si no lo sabes, la principal ocupación de un caballo en su día a día es pastar.

Pasan muchas, pero muchas horas, pastando.

Está en su naturaleza.

Forma parte de sus “patrones etológicos”.

 Tienen  que pastar.

Pero si estás corriendo a todas horas delante de un border collie que te empuja y te azuza, no puedes pastar.

Solo puedes correr.

Así que Juan estaba preocupado con la situación.

Por un lado sus caballos necesitan algo de calma y tiempo para pastar.

Por otro, no quería meter a su perro en una jaula teniendo tanto espacio para echar el día.

Así que me pidió consejo.

Si me hubiese contratado, la situación sería muy diferente.

A mis clientes les cuento los cambios que hay que introducir en sus vidas y en las de sus perros para  mejorar la relación y que todo fluya.

Y eso suele solucionar muchos problemas, pero no todos.

No voy a “matar” problemas, voy a ayudar a que las personas y sus perros hagan las paces.

Pero cuando me piden consejos gratuitos, me piden el “truco mágico para no tener que esforzarme y resolver esto con facilidad”.

Nada de relaciones.

Nada de hacer las paces.

Nada de cambios.

Solo parchear esto que me molesta.

Y por eso no suelo dar consejos claros y directos.

Por un lado no es mi trabajo.

Por otro lado a menudo no sirven de nada, por muchas razones.

Pero en este caso pensaba en el perro metido en una jaula por dedicarse a hacer justo aquello que muchos años de selección artificial por parte del hombre le piden que haga, y me parecía muy injusto.

Así que le di lo que me pedía, el “truco mágico”.

“Vale, a ver. Al border collie hay que darle algo que hacer. Está pastoreando a los caballos porque no tiene otra opción. Como tienes espacio, puedes ofrecerle otra opción. Por ejemplo un par de ocas. Prefieren pastorear animales pequeños, así que seguramente se decantará por las ocas y dejará en paz a los caballos. Y las ocas tienen más personalidad que una alfombrilla de coche, así que cuando se harten, se lo dirán.”

Ah, estupendo, muchas gracias”.

Unas semanas después, Juan vuelve a mi casa.

Y yo no le pregunto nada.

Pero él mismo me dice sonriendo.

“¿Te acuerdas de lo que te comenté la última vez sobre mi perro?”.

Sí, claro”

“Pues te hice caso. Compré dos ocas. Y oye, mano de santo, el perro dejó de molestar a los caballos y se dedicó a marear a las ocas”.

“Ah, pues muy bien, problema resuelto entonces, no?”

“Sí, bueno, eso sí se solucionó. Pero ahora tengo otro problema. Resulta que una de las ocas es una cabrona, y cada vez que me cruzo con ella, se me lanza encima y me ataca a picotazo limpio. ¿Qué hago?”.

Pues ni idea, chico, yo de ocas no sé nada.

Y esto es lo que hay.

Cuando parcheas una situación para solventar algo que te molesta a ti, sin pensar en el otro, a menudo creas un nuevo problema.

Que puede ser mejor o igual que el anterior, pero a menudo es peor.

Si con eso te sirve, perfecto.

Por mi no hay inconveniente.

En internet hay montones de personas encantadas de dar consejos mágicos para parchear problemas caninos.

Y lo suelen hacer gratis.

Para los que prefieren solucionar la convivencia en serio, sin magia ni luces de colores ni ocas que les ataquen, ofrezco asesoramiento.

Que es de pago.

Pero puedes empezar por darte de alta en el blog, que es gratis.

Y leerte la guía que mando solo a quienes se suscriben, y aplicar las ideas que cuento, también gratis.

Y por último, te lees los correos que mando a diario, con anécdotas como la que acabas de leer.

Y ahí se acaba lo gratis. Si quieres consejos, no tengo, y si quieres conocimiento y herramientas para resolver problemas, esos solo para los clientes.

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