¿Cómo gestionar la frustración de tu perro?

¿Cómo puedes gestionar la frustración de tu perro o enseñarle a que se autocontrole?

Seguramente te ha pasado que tu perro se altera mucho cuando va a ciertos sitios por la calle, y tira de la correa para llegar antes.

O que se impacienta cuando vais a salir de casa, y apenas puedes ponerle el arnés por lo mucho que se mueve.

O incluso si te retrasas en darle algo que espera, te suelta algún pequeño mordisco.

Todas estas situaciones tienen en común un alto grado de excitación y una baja tolerancia a la frustración.

 

¿Qué es realmente la frustración?

 

Es el sentimiento de disgusto que tenemos cuando tratamos de conseguir algo que tenemos la expectativa de alcanzar, y no lo logramos al momento o fácilmente.

Cuando se tiene una baja tolerancia a la frustración, lo que ocurre es que si no se logra el objetivo deseado en un plazo corto de tiempo, la sensación de disgusto es rápidamente sustituida por un gran nerviosismo o directamente por enfado (eso dependerá, sobre todo, de cada perro).

Y las manifestaciones visibles son conductas poco deseables e incluso preocupantes.

Tratar de corregir o cambiar esas conductas  pensando en cómo gestionar la frustración de tu perro no suele ser eficaz, porque están provocadas por una emoción de base.

Y es sobre esa emoción sobre la que debemos trabajar.

Dicho de otro modo, tienes que trabajar para mejorar la tolerancia a la frustración de tu perro en otros contextos donde esté tranquilo y puedas enfrentarle a pequeñas dosis de incomodidad para que aprenda a manejarla.

En lugar de tratar de controlarlo o calmarlo cuando ya ha perdido los papeles.

Es un trabajo algo lento, pero divertido, pues se basa en el juego.

Y dará sus frutos gradualmente, pues lo que se busca es hacer participar al perro de los ejercicios para que se divierta y aprenda poco a poco a controlarse y a aceptar que no siempre será lo que él quiere, o no siempre será ahora mismo o sin esfuerzo.

Y con esto tratamos también de aumentar su capacidad de pensar (en lugar de dejarse llevar por las emociones y actuar), y de madurar, ya que irá haciendo extensivo el aprendizaje del juego a las situaciones cotidianas donde ahora mismo tiene problemas.

Por eso lleva algún tiempo: cada perro necesita un proceso de maduración para generalizar lo aprendido en los juegos a la vida cotidiana.

 

¿Qué ejercicios puedes hacer para mejorar la frustración?

 

Hay varios, yo propongo estos cuatro.

(IMPORTANTE: Todos los juegos se harán en entornos sin distracciones, cuando tu perro esté tranquilo pero despierto. Con unos minutos al día es más que suficiente).

 

– Elegir una mano

 

Este juego es un clásico, muy sencillo de ejecutar.

Hazte con un cuenco con golosinas muy apetitosas, ponte cómoda, e invita a tu perro a elegir la mano con premio.

Le ofreces las dos manos cerradas, a la misma altura, y solo en una de ellas has puesto una golosina.

Le pides “elige” y esperas a que toque una de las dos con la nariz.

Abres solo la mano elegida.

Si hay premio, se lo das y felicitas.

Si no hay premio, un “ooohh, más suerte para la siguiente vez” le indica que tiene que intentarlo de nuevo.

Este juego hace que el perro tenga que pensar y oler el aire antes de elegir.

Si se precipita, va a acertar el 50 % de las veces.

Puede que eso le valga, pero al tiempo falla el 50 % de las veces, lo que le enseña que no siempre logra lo que quiere, y no es el fin del mundo ni hay porqué enfadarse, siempre podrá volver a probar.

Conforme mejora su autocontrol, se tomará algo más de tiempo para elegir (oliendo antes de tocar) y acertará  mucho más a menudo.

Pensar y tener un poco de paciencia tienen premio, Emoji

 

– Premios en hilera

 

Este juego es una variante del anterior, idealmente para cuando elegir mano sea demasiado fácil (y acierte casi siempre).

Hazte con 3 (al principio, luego pueden ser más) recipientes con agujeros.

Pueden ser simples tuppers que hayas perforado, o incluso unos vasos de plástico que agujerees.

Los agujeros son para permitir que el olor de la comida salga fácilmente.

Colocas los 3 recipientes en el suelo, del revés.

Bajo uno de ellos colocas una golosina muy aromática.

Luego haces un poco el “trilero”, intercambiando los recipientes entre sí para que tu perro pierda la pista visual de cuál era el que tiene el premio.

Y le pides “elige”.

Si lo hace al azar (lo más probable) sus opciones de acertar acaban de caer al 33 %.

Y las de fallar suben al 66%.

Eso le hará ser aun más paciente a la hora de esperar conseguir  lo que quiere. Y más tolerante con los fallos.

O bien se tomará su tiempo oliendo el aire y su tasa de aciertos subirá notablemente.

Al igual que su autocontrol y capacidad de concentración.

Se puede subir el número de recipientes conforme acierta fácilmente con 3.

 

– Espera

 

(ATENCIÓN: este juego no deberías practicarlo si tu perro muerde cuando se frustra, porque puede hacerte daño de verdad. Déjalo para más adelante, cuando haya mejorado y sea algo más paciente tras jugar a los anteriores juegos).

Para este juego preparas un cuenco con golosinas, y te sientas.

Ofreces a tu perro el puño cerrado con una golosina dentro.

Y le dejas que pruebe de todo.

Que huela, que chupetee, que mordisquee (sí, va a mordisquear. Si duele mucho, te quejas y le das un segundo de “tiempo muerto” antes de probar de nuevo), que lloriquee….

No digas ni una palabra, no des pistas, tan solo deja que ensaye conductas.

Y muy atenta: en cuanto separe la nariz de la mano cerrada (es decir, en cuanto deje de intentar sacar la golosina), ¡bingo!, le das otro premio (igual al del puño) con la otra mano.

Y empiezas de nuevo.

Conforme jugáis, entenderá que solo si espera un par de segundos alejándose (girar la cara vale) del premio logrará alcanzar el premio.

Es algo contra intuitivo, ya que exige alejarse del objetivo para lograrlo.

Y exige también un buen autocontrol y paciencia. Para los dos, Emoji (porque recuerda, no puedes dar pistas ni hablar ni enfadarte).

Le enseña también que esperar un poco puede ser mejor estrategia que lanzarse con todo para conseguir lo que le interesa.

 

– Clicker

 

Esta herramienta, quizá te suene, sirve para el adiestramiento de animales (no solo perros).

Se basa en asociar un sonido neutro (el click) con golosinas muy apetecibles, para luego usar ese sonido neutro como marcador de “eureka, tienes premio”.

En este caso te propongo olvidarte de adiestramientos y objetivos y usar el clicker como juego para que tu perro piense, ofrezca comportamientos, ensaye conductas y se divierta.

Y tú te diviertas también viendo qué se le puede llegar a ocurrir.

Lo primero es cargar el clicker. Eso se puede hacer de dos modos:

Haces click con una mano y le das una golosina con la otra, todo al mismo tiempo. Repites 15 o 20 veces. Lo dejas y vuelves a repetir al día siguiente. Con eso suele bastar

O más rápido: esparce por el suelo 15 o 20 premios, y conforme tu perro los recoge, haz click por cada bocado que recupera. Repite al día siguiente. Ya tienes el clicker “cargado”.

Ahora te haces con tu cuenco de golosinas, te pones cómoda y empiezas a jugar.

Hay dos juegos interesantes.

(En realidad hay muchos juegos, pero te presento solo dos,Emoji ).

 

1- Ofrecer conductas

 

Las que sean. Es muy útil para perros muy miedosos, inseguros o inhibidos. Simplemente esperas a que haga algo y haces click (y premias. Siempre que haces click, hay premio).

Ese algo puede ser lo más simple del mundo, como mover una oreja, elevar una pata, sacudirse, girar la cabeza, mirarte a los ojos, incluso pestañear, lo que sea.

Pero tienes que ser rápida y hacer click.

Después de ese click, tu perro repetirá la conducta (así es como funciona el clicker).

Pero el juego va de iniciativa, así que espera.

Y sigue esperando hasta que haga cualquier otra cosa. La que sea, por sencilla que resulte, que no sea la primera acción a la que hiciste click.

Por ejemplo. Empiezas y tras esperar unos segundos, tu perro suelta un ladrido (puede estar un poco frustrado porque no sabe lo que tiene que hacer para lograr premios, y lo manifiesta así).

Haces click.

En cuanto se coma la golosina, pensará un par de segundos, y soltará otro ladrido, esta vez a propósito.

Sonríes y esperas.

Puede que suelte algún ladrido más.

Esperas.

Ahora tu perro da un paso atrás (porque se pone algo nervioso, ya que el ladrido antes servía y ahora no).

Haces click y premias.

Ahora va a pensar un poco más, porque seguramente no termina de entenderlo.

Puede que ladre una vez más, o que dé un paso atrás.

Sonríe y espera.

Quizá se ponga un poco más nervioso y gire la cabeza.

Click y premia.

Tras cuatro o cinco intentos, los perros suelen empezar a comprender la (única) regla del juego.

Haz algo, te premio, y luego haz cualquier otra cosa que no sea la anterior, y también te premio.

Eso hace que empiecen a ser creativos y se animen a ofrecer conductas, sin miedo a posibles consecuencias.

Les hace pensar para decidir qué hacen después.

Y les “fuerza” un poco al principio, porque se ponen algo nerviosos y se frustran.

Pero si eres rápida marcando con el click, y no esperas conductas llamativas o complejas sino que marcas gestos sutiles por pequeños que sean, le ayudas a gestionar esa frustración y a hacer frente con una estrategia distinta a alterarse o enfadarse: pensando.

 

2- El juego de la caja

 

El otro juego se llama popularmente “101 cosas que se pueden hacer con una caja”.

Y consiste simplemente en una extensión del juego anterior, pero interaccionando con un objeto.

En este caso, una caja de cartón.

Dejas la caja de cartón en el suelo, y te preparas con el clicker y las golosinas.

Y esperas.

En cuanto tu perro interaccione con la caja, haces click.

 

Brianna «peleando» con una caja

Olerla suele ser la conducta más habitual en primer lugar.

Luego esperas a que ofrezca una conducta de interacción con la caja, la que sea, excepto la que ya ha hecho (o sea, excepto olerla).

Puede que la empuje con la nariz. Haz click.

Ahora espera otra cosa distinta.

Puede que le dé con la pata.

Haces click.

Y así un rato.

No hay más regla que esa, haz algo distinto cada vez.

Si quiere destrozar la caja, meterse dentro o empujarla por toda la habitación, todo vale.

Estos juegos son divertidos, sencillos de realizar, económicos y te ocupan entre 5 y 10 minutos al día (no abuses, que aunque no lo parece, están siendo una exigencia importante para tu perro, sobre todo al principio).

Y le están enseñando que la paciencia, el autocontrol y pensar antes de actuar son más productivos y generan una mejor sensación interior que lanzarse y dejarse llevar por la frustración.

Así que ¿a qué esperas para empezar a jugar con tu perro?

Si además buscas ayuda para solucionar los conflictos cotidianos con tu perro, puede que lo que ofrezco te interese. Suscríbete y recibe un correo diario con reflexiones e ideas sobre perros que seguramente te hagan ver a tu perro de otra manera.

 

Mi perro me muerde cuando le quito la comida

Mi perro me muerde cuando le quito la comida

Si tu perro te muerde cuando le quitas la comida, posiblemente también lo haga con sus juguetes, o el sofá mientras está subido en él, o un hueso, o……

 

¿Por qué mi perro me muerde cuando le quito la comida?

 

Ésta es una duda común para muchos cuidadores cuyos perros gruñen o muerden o se muestran agresivos cuando disponen de algún recurso.

Que tu perro te gruña o que te muerda resulta desconcertante, e incluso puede que sientas miedo.

Puede que tu perro defienda algún objeto de todo el mundo o solo de miembros de la familia.

De perros con los que conviven o de perros extraños.

La cuestión es que esa defensa puede resultar incómoda en el mejor de los casos, o desencadenar una trifulca (entre perros) o un mordisco a una persona en el peor.

El primer paso sería preguntarse por qué tu perro muerde cuando le quitas algo, como su comida o un objeto que tiene en la boca.

Hay planteamientos que indican que el perro defiende aquello que considera que tiene cierto valor y de lo que puede haber escasez (lo que genera competencia).

Y que cuando lo hace está mostrando su inseguridad.

Tiene miedo de perder algo que le importa y que no abunda en su entorno.

También hay quien opina que en realidad no defiende recursos, sino a sí mismo.

Tiene ya experiencias previas en las que en presencia del recurso ha tenido situaciones de conflicto emocional intenso.

Y ahora, ante la presencia de otro individuo que muestre interés o se aproxime lo suficiente, se siente amenazado.

Y realmente cree que debe defenderse, por lo que manifiesta expresiones corporales de agresión, y puede llegar a morder si se le presiona, se le regaña o se invade su espacio.

El caso es que con mucha frecuencia los cuidadores que consultan este problema reconocen que ha habido episodios de confrontación frente al recurso en el pasado.

A veces desde que el perro era muy cachorro.

Así que la segunda explicación parece tener  bastante sentido.

Porque lo habitual es que cuando el perro agarra algo del suelo, el cuidador salte rápidamente sobre él con malos modos y se lo arrebate, generalmente acompañando la acción de una regañina o un manotazo en el morro.

Si ese algo es un objeto que ha encontrado en el suelo de casa, la situación tiende a ser similar.

También es fácil que, desde el día uno, el cuidador haya metido las manos en el comedero del perro o le haya retirado el cuenco mientras come, siguiendo la tradicional recomendación popular de que el perro debe dejar que le quiten la comida.

Esto produce en el cachorro, tras unas pocas repeticiones, una sensación de “esta situación empieza a resultar emocionalmente muy conflictiva”.

Otra situación habitual es la del perro que se sube al sofá en una casa donde no lo tiene permitido.

En ese momento es desalojado con gritos, empujones o malos modos.

A veces incluso cuando ya está dormido.

La consecuencia es que el perro realmente siente las situaciones relacionadas con esos recursos como amenazadoras: puede que pierda o no dicho recurso, pero lo que sí es bastante constante es que hay enfado y brusquedad a su alrededor.

Y eso le genera miedo, lo que da pie a que gruña o muerda cuando se le quita la comida, el juguete o se le echa del sofá, como modo de defenderse.

 

¿Cómo crees que se siente tu perro cuando le quitas algo?

 

Hagamos un ejercicio de empatía: ponerse en el lugar del otro nos ayuda a ser más comprensivos y a mantener la calma a la hora de plantear soluciones.

Una idea que puede ayudarte a entender la situación es la llamada aversión ante la pérdida.

Es un problema muy común que tenemos los seres humanos.

Sufrimos mucho más cuando perdemos algo que ya tenemos (aunque no sea valioso) que cuando conseguimos algo nuevo.

Deshacernos de nuestras cosas, incluso solo de unas pocas no muy importantes, nos cuesta horrores.

Si nos las quitan, peor aun, porque no lo hemos decidido nosotros.

¿Te parece una tontería?.

Haz la prueba.

Mira  a tu alrededor.

Elige un objeto.

Uno normalito.

Ese jarrón de la estantería.

Un libro que leíste hace mucho y que no te entusiasmó demasiado.

Ese par de zapatos que apenas te pones.

Esa camiseta que aun tiene los pliegues de «nueva» marcados, aunque la compraste el año pasado.

Coge ese objeto y tíralo a la basura.

Ahora mismo, no lo pienses, hazlo.

¿Qué tal?.

¿Has podido hacerlo?.

¿O has pensado «menuda chorrada, no tengo por qué tirar nada, me hace falta o me gusta y no hay razón alguna para tirarlo«?

Seguramente lo segundo.

Es la aversión a la pérdida.

¿Qué tal si alguien viene a tu casa, y elige lo que le parece que sobra en tu vida o que deberías ceder a terceros, lo mete en cajas y se lo lleva?.

Peor aun que si lo hicieras tú mismo.

Seguro.

Tratarás de impedírselo a toda costa.

Seguramente incluso te enfades.

Ahora mira a tu perro, y piensa en lo que tiene.

Lo poco que tiene.

Unos juguetes, su cuenco con comida, un mordedor de cuero.

Tranquilo, es un perro, lo del materialismo no va con él, de hecho son felices con lo puesto (deberíamos aprender de eso).

Pero si en un momento dado tiene algo entre las patas, ese algo es SUYO.

Durante un momento, disfruta de ese algo, ese juguete, esa golosina, esa comida.

Quitárselo por el mero hecho de demostrar que podemos hacerlo es una enorme grosería.

La idea popular de «debes poder quitarle las cosas a tu perro«, ¿en qué se basa exactamente?.

¿En demostrarte a ti mismo y al pobre animal que en realidad no tiene absolutamente nada, que tú eres el dueño de todo y se lo concedes porque te apetece, pero que puedes cambiar de idea cuando desees?.

Suena un poco cruel, la verdad.

Es tu amigo, quizás tu mejor amigo, y le has invitado a vivir contigo y a compartir los recursos.

Le has prometido que cubrirás sus necesidades, incluyendo las básicas de comer y jugar y disponer de un lugar cómodo y seguro para descansar.

Entonces, ¿por qué cambiar de idea sobre la marcha?.

Entiendo que a veces puede ser necesario retirarle algo de la boca, porque sea muy valioso (una colleja para quien lo dejó al alcance de unos colmillos afilados y ociosos) o peligroso para el animal.

Y que si observas que se pone muy tenso y gruñe cuando alguien está cerca de su comedero, te preocupe que un día ese alguien sea un niño pequeño y pueda ocurrir una desgracia.

Todo eso tiene sentido.

Es una manera de anticiparse a posibles problemas, y el mejor modo de resolver problemas, el  más económico en tiempo y energía, el más eficaz, es anticiparse a ellos.

Te felicito por pensar en ello.

Pero hay que entender las implicaciones emocionales de arrebatarle violentamente a alguien que tiene lo justo aquello que le importa en el momento en que lo está disfrutando.

Es traumático.

Es un sinsentido.

Es algo que puede dar miedo.

La reacción de defensa, que tu perro te muerda o gruña cuando le quitas la comida, el palo, una pelota, es totalmente natural.

 

Si mi perro me muerde cuando le quito comida ¿cómo lo corrijo?

 

Así que, de acuerdo, si quieres que tu perro permita circular cerca de su plato de comida o te ceda algo que tomó con la boca, piensa primero en lo mal que te sentirías si te quitaran tus cosas sin razón aparente.

Piensa que él puede sentirse de un modo similar

Y luego cambia el enfoque para que él también lo pueda ver de otro modo: no te quito tus posesiones.

Solo vamos a plantear un juego en torno a ellas en el que vas a salir ganando.

Así tú consigues lo que quieres (acercarte a su comida, retirarle objetos de la boca) y él conserva lo que necesita y no se siente amenazado. Y todos contentos.

Por lo tanto, lo ideal es anticiparse al problema, y evitar los conflictos por los recursos.

Piensa que esto puede suceder en el futuro con cualquier perro, y empieza a plantear situaciones desde el principio con tu cachorro.

Si deseas poder trastear en el comedero de tu perro, o quitarle objetos de la boca, trabaja esas situaciones de modo amable, con aproximaciones progresivas según su grado de comodidad, y generando momentos de “tú ganas/yo gano”

Es decir, la retirada del recurso, o el acercamiento al mismo, debe implicar siempre que el cachorro obtiene algo de gran valor, y a menudo (siempre, si se está entrenando) mantiene el recurso en disputa.

Pero si ya es tarde para este consejo, ¿qué puedes hacer para corregir si tu perro te muerde cuando le quitas la comida?

 

 Solución sencilla

 

Pues la solución sencilla es nada.

Respetar el espacio del perro en todas aquellas situaciones en las que se pone a la defensiva es una acción pasiva, rápida, gratuita y eficaz.

Si te fijas bien, solo empieza a emitir amenazas (gruñidos, ladridos, mostrar dientes, pelo erizado) a partir de cierta distancia.

Pues si todo el mundo se mantiene a una distancia mayor, el problema no aparece.

Puedes rodear o apartarte de tu perro en los momentos en los que sabes que tu perro te muerde cuando le quitas algo, o enviarlo (con amabilidad) a una estancia diferente antes de que se produzcan esos momentos (por ejemplo, con la comida) para que el resto de la familia pueda seguir con sus actividades.

Si defiende solo el comedero, puedes deshacerte del cuenco y esparcir el pienso por el suelo, en un espacio amplio.

El recoger y buscar la comida le relaja y evita que defienda un espacio reducido;  recuerda no molestarle ni darle pistas mientras va comiendo cada bolita, déjale hacer a su aire. O mejor, déjale solo.

Si defiende el sofá,  puedes asignarle un sitio para él donde no se le molestará ni echará, o incluso conseguir una butaca vieja para él, si cabe en la casa.

Si defiende sus juguetes, que juegue él solo.

Si defiende objetos que ha encontrado en el suelo y que son tuyos, empieza a ser más ordenado y no los dejes a su alcance, no podrá defenderlos más (ni romperlos tampoco).

 

Solución complicada

 

Si esta solución te parece simplista, no es aplicable en tu caso, o quieres hacer algo más espefícico para modificar el problema en lugar de hacer como que no existe, puedes probar lo siguiente.

Cuando consultas «mi perro me muerde cuando le quito la comida», existen docenas de «consejos» que implican amenazar (aun más), cohibir, inhibir, gritar, zarandear, voltear, dar toques, chistar o incluso electrocutar a tu perro.

Lógicamente no te las recomiendo por muchas razones.

La principal razón que producen miedo (por eso pueden, ocasionalmente, funcionar o parecer que funcionan).

Y si tu perro te muerde cuando le quitas algo, y actúa así por miedo, ¿qué crees que puede llegar a pasar si intentas corregir la conducta añadiendo más miedo a la ecuación?.

Nada bueno.

Por otro, puedes empezar a trabajar con la pauta que te indico a continuación.

O puedes buscar otros métodos amables para manejar estas situaciones, que los hay, o usar lo que te voy a contar como inspiración para adaptarlo a tu situación particular.

 

1- Haz una lista

Identifica y anota en un papel todas las situaciones en las que tu perro te muerde cuando le quitas algo (comida, espacio, objetos).

Ordena la lista de menor a mayor intensidad de defensa.

Ten presente que defender un recurso no es solo gruñir y morder, también debes valorar los momentos en los que hay tensión muscular, mirada fija, pelo erizado o cabeza agachada como si cubriera el recurso con su cuerpo cuando te aproximas, ya que son indicadores de problemas.

Sí, aunque no gruña o muerda.

 

2-  Empieza por las situaciones de menor intensidad.

Dedica tiempo a pensar cómo puedes enfrentar esa situación para que en lugar de generar un contexto de competición (yo gano/tú pierdes) puedas producir una situación de cooperación (yo gano/tú ganas)

Se trata de que tu perro consiga algo positivo por NO proteger o por ceder el recurso en lugar de guardarlo para sí.

Eliminamos la confrontación y la necesidad de defenderse.

Más adelante pongo ejemplos.

 

3- Devuelve lo que le has quitado

Siempre que sea posible, además de la nueva ventaja que añadas a la situación, debes devolverle o dejarle conservar el recurso.

Así gana el doble y se hace más tolerante. Y generas una situación de abundancia, que predispone a que tu perro tenga menos predisposición a morder o gruñir por un recurso.

 

4- No le presiones o amenazas

Nunca, bajo ningún concepto, se debe hacer frente a un perro que defiende un recurso, ni regañarlo, corregirlo, someterlo o tratar de dominarlo.

Esas acciones no le enseñan nada más que a tener más miedo (de ti), le dan la razón sobre su sensación de amenaza, y le indican que debe defender(se) aun más intensamente la siguiente vez que se repita la confrontación.

A menos que el castigo sea tan severo que la situación le infunda pánico, y probablemente no volverá a gruñir o ladrar, al menos a la persona que le ha intimidado (no lo hagas, destrozarás la relación con tu perro).

Pero eso no suele implicar que no llegue a morder en el futuro, en ese contexto o en otros.

 

5- Repetir y repetir

Repite la situación en la que hayas  planificado un “yo gano/tú ganas” hasta que convenzas a tu amigo de que has cambiado de intenciones, y que el contexto ya no es una amenaza.

Sabrás que lo has conseguido cuando en lugar de agachar la cabeza, erizar el pelo, bajar el rabo o llevarlo alto y rígido, con la mirada fija y el lomo arqueado, sonría, mueva el rabo, tenga el cuerpo relajado, y puede incluso que abandone el recurso para aproximarse a ti (¡éxito total!).

 

6- Empieza de cero con otra persona

Cambia el sujeto que realiza la confrontación.

En lugar de hacerlo tú, le toca a tu pareja, a tu madre, a tu hijo….. a otros miembros de la familia.

Que repitan la secuencia del mismo modo durante días (o semanas), siempre la misma persona, hasta que el perro se muestre relajado e interesado.

Entonces volver a cambiar la persona.

Así hasta que toda la familia, amigos y visitas puedan aproximarse en ese contexto y tu perro se muestre relajado.

No bufes, que esto tampoco será eterno.

Cada nueva repetición y cada nueva persona tardará mucho menos que al principio en lograr el éxito.

Solo las primeras sesiones son lentas porque ya hay antecedentes negativos.

Después todo va sobre ruedas.

 

7- Da un paso atrás

Si durante el desarrollo de una sesión, estando tu perro ya relajado, notas que al aproximarse una persona el animal detiene la acción (comer, roer, jugar) y fija la mirada de reojo en dicha persona, hay que dar un paso atrás.

Y empezar desde un poco más lejos, porque estás yendo demasiado deprisa y no se siente cómodo ni seguro.

 

8- Haz lo mismo con los demás conflictos

Cuando la situación esté bajo control, táchala de la lista y pasa a la siguiente.

Repite desde el punto dos contigo.

Y luego con el resto de la familia.

El proceso irá más rápido con cada situación nueva, tu perro asimila que algo está cambiando y es a mejor, y generalizará.

 

Ejemplos modelo

 

– Gruñe en el sofá

¿Es necesario echarlo? No impidas a tu perro subir al sofá porque te hayan dicho que «entonces él es el dominante y se cree que manda». Eso es una estupidez muy grande.

Si lo es, en lugar de manipularle físicamente o gritarle, llámale suavemente desde cierta distancia y prémiale por acudir a tu lado.

Ya se ha bajado del sofá sin gruñir.

O ponte al otro lado del sofá y lanza unas golosinas hacia el suelo y que lo vea (bajará a por ellas).

Ocupa en ese mismo momento el espacio que ha dejado libre, o cúbrelo con objetos que lo hagan incómodo (como sillas tumbadas).

Así evitas que suba de nuevo sin tener que vigilarlo ni hacerle bajar cada cinco minutos.

Asegúrate de que dispone de al menos una cama bien cómoda donde descansar (aunque luego no la use).

Si quiere estar junto a la familia, esa cama puede colocarse junto al sofá.

 

– Gruñe con su comedero

¿Puede estar solo mientras come? Pues déjale comer tranquilo.

Si no es posible, busca al menos una zona tranquila sin gente pasando ni ruidos intensos donde pueda comer con calma y sin prisas.

O bien deshazte del comedero y usa juguetes dispensadores, o esparce la comida por una superficie amplia de suelo y que recoja las bolas de una en una.

Si prefieres conservar el cuenco, tendrás que entrenar la aceptación de movimiento cerca de su comedero.

 

– Gruñe con sus juguetes

Puede jugar solo.

O se puede jugar con él presentando los juguetes por duplicado.

Cuando tiene uno se le ofrece otro igual y se le incita a cogerlo.

Cuando lo hace, se puede recuperar el otro y repetir la secuencia.

Así logra jugar con las personas sin situaciones forzadas.

Si no desea jugar y compartir, sencillamente no aceptará el segundo juguete.

Pues vuelves al punto uno (que juegue solo).

Pero si deseas poder retirarle un objeto de la boca sin más, estos son los pasos:

Prepara una taza con trocitos de comida apetecible.

Y ten a mano el juguete que protege.

Dale el juguete.

Cuando lo tome, ofrece un trocito de comida acercando la mano a su nariz, si lo permite.

Si no lo permite (gruñe, se eriza, enseña los dientes), simplemente lanza el trocito de comida cerca de él, que lo vea caer.

Cuando se levante a buscarlo, recupera tú el juguete.

Le felicitas y le das el juguete de nuevo.

Repite la secuencia: ofreces golosina, que la tome, recoges el juguete, se lo devuelves. Diez o quince veces por sesión. Las sesiones deben ser cortas.

Repite al día siguiente, y al siguiente.

Y los días que sea necesario.

Has triunfado cuando se vea relajado con estas maniobras, e incluso se ponga a buscar o tome lo que le das sin preocuparse demasiado por el juguete.

Termina las sesiones dejándole el juguete todo el tiempo que quiera.

Empieza todo el proceso con otro juguete.

Y luego con otro.

Hasta que le parezca bien ceder todos sus juguetes.

De nuevo, como con las personas, las sesiones con juguetes serán más rápidas conforme tu perro ha entendido la mecánica, ha comprobado que sale ganando, y que tú ya no eres una amenaza.

Ah, y juega con él y con los juguetes siempre que puedas: jugar juntos es más divertido que proteger juguetes.

 

Si esto ha resuelto todos los problemas con tu perro, genial.

Si ha servido para corregir ese detalle que te preocupaba, pero sigue habiendo muchos roces en vuestra convivencia, lo mismo necesitas una ayuda más personalizada.

Puede que la mía.

O puede que otra.

Pero yo vendo la mía, claro.

Eso sí, si este artículo no te ha gustado o no te ha ayudado en absoluto, no me contrates.

El resto de mi trabajo tampoco te ayudará.

Y si lo que has leído te suena bien, apuntate a los correos diarios.

Lo que te cuente en ellos, y el libro que envío como regalo de bienvenida, te van a sonar aún mejor.

 

¿Qué hago con mi perro tras una cirugía?

qué hago con mi perro tras una cirugía

Han operado a mi perro

 

Muchos cuidadores no tienen que preocuparse durante años por la salud de su perro, porque no se pone enfermo y tiene la suerte de no sufrir ningún accidente.

Otros no tenemos esa suerte, y a veces nuestro amigo tiene un problema que conlleva una larga recuperación.

Si tu perro ha sufrido una fractura o cualquier otro problema articular que requiere cirugía, sabrás a qué me refiero: después de operar, tiene que reposar.

Si tienes un abuelete, esto no es muy preocupante: en realidad ya descansa bastante.

Pero ¿y si tu perro es un cachorro o un jovenzuelo vital y alocado?

 

Qué hacer en el postoperatorio de mi perro

 

El postoperatorio se hace muy cuesta arriba.

Sin embargo, es una parte fundamental para que la cirugía dé los mejores resultados.

Si este proceso se hace bien, el resultado será bueno durante muchos años, permitiéndole desarrollar una vida y actividad normales.

Así que tiene que reposar.

Ahora explícaselo, a ver si lo entiende, 🙂

Mi galgo no lo ha entendido.

Hace unos días se rompió la cadera.

Por varios sitios.

Es una perrita con miedo a  otros perros, así que estábamos trabajando ese aspecto.

Y ahí estaba, jugando encantada con un border collie que no parecía cansarse de correr y correr tras ella: justo su juego favorito.

Se ve que entre el entusiasmo del juego y la gran velocidad que llevaba, no controló bien en una curva, y se estampó contra un muro de piedra.

Dio tres vueltas de campana, se levantó con muchos quejidos, y se terminó el juego.

Por una temporada.

Larga.

Una radiografía después queda claro que tiene una buena chapuza.

Así que tras una larga y complicada cirugía (gracias, Marta), viene la parte difícil: una cachorra de apenas un año que está empezando a disfrutar de la vida tiene que pasar un mes (como mínimo) de reposo.

qué hago con mi perro tras una cirugía

Los montajes y precauciones que tomo a diario para evitar que haga el ganso te los ahorro, porque en estos casos cada cual tendrá que organizarse según su rutina diaria. Por ejemplo, la subo y bajo en brazos de la furgoneta: no le gusta nada y trata de hacerlo por su cuenta. En tu situación, quizá tengas que impedir que suba al piso de arriba con una puerta para bebés. O que suba al sofá poniendo una rampa de espuma (existen). O limitar su espacio disponible con un parque para cachorros modular. Hay muchas opciones.

Pero en el día a día, para tantas horas de aburrimiento, hay que hacer algo.

Y aquí es donde los juegos de nariz en casa pueden ayudarnos.

Entre otros que le planteo, y como es golosa le encantan, está el uso de una alfombra olfativa.

La alfombra olfativa es un juguete que nos han regalado los chicos de Mente Canina (¡mil gracias!) para animar a mi perrita en su recuperación.

Las hay de varios tamaños,  y la idea es que son muy tupiditas por lo que es fácil esconder pequeños premios en su interior, y así el convaleciente se entretiene buscando sin apenas moverse del sitio.

Alternativas parecidas existen con pelotas que son como enrejadas, de caucho, para meter dentro trapos y comida. O alfombras parecidas a las de los bebés, con bolsillos y zonas ocultas donde esconder golosinas. También puedes hacer juegos sencillos con tubos de cartón con golosinas dentro, por ejemplo. La idea es mantenerlo ocupado con objetos que pueda manipular, romper, rebuscar en ellos…sin esfuerzos y sin moverse del sitio.

qué hago con mi perro tras una cirugía: Alfombra olfativa para perros

Y ya la estamos usando; de ese modo se mitiga el aburrimiento y tiene algo que hacer sin necesidad de moverse, por lo que el reposo forzoso se hace algo más llevadero.

Aquí va un vídeo. Lo he grabado en exterior porque dentro de casa no hay bastante luz.

La zona está acotada para que no pueda irse de paseo por la finca ella sola:

Así que si tu amigo tiene una fractura o alguna otra convalecencia en la que pueda comer con total libertad pero no pueda salir a pasear, las ideas como esta alfombra y otros juegos de olfato son una gran ayuda.

Ideas como ésta, que van enfocada a mantener el bienestar físico de tu perro pero pensando en su bienestar emocional, las ofrezco habitualmente a mis clientes.

La solución estándar que te darán gratis por ahí es «mete a tu perro en una jaula pequeña durante ese mes».

Y ya.

Si te tiene que volver loco mientras se vuelve loco él, que se fastidie, que es por su bien.

Se pueden encontrar soluciones de consenso que respeten los aspectos veterinarios sin crearle ansiedad, frustración o miedo a tu perro.

Puedes recibir más ideas apuntándote a la lista de correo. Recibes un correo al día con reflexiones de educación canina amable, que solo reciben mis suscriptores.

Y un regalo de bienvenida que, si lo usas, mejorará la convivencia con tu perro de modo importante. Solo por apuntarte.

Si buscas mejorar la convivencia con tu perro, tanto si está sano como si está malito, entonces has encontrado el modo.

Por el botón

 

¿Cuál es el mejor pienso para perros?

Te estás preguntando cuál es el mejor pienso para perros ante la avalancha de opciones que hay en la tienda. Pues lee este artículo. No te recomiendo ni descargo ninguna marca. En su lugar, te doy las claves en las que debes fijarte para poder elegir la mejor alimentación para tu amigo.

¿Cómo saber qué pienso para perros es mejor?

Seguro que ya sabes o sospechas que la alimentación tiene una gran influencia sobre la salud.

Lo que quizá no habías pensado es que también tiene una influencia muy importante sobre la conducta.

La sensación de hambre crónica, la carestía o exceso de ciertos nutrientes, o una dieta desequilibrada que produzca sobrepeso, por ejemplo, son circunstancias que afectan de modo directo al comportamiento.

Es fácil imaginar que si un perro tiene mucha hambre, pueda mostrarse nervioso, irritable, hiperactivo (dedicado a la búsqueda de alimento) o incluso mostrar conductas agresivas, sobre todo si por fin consigue comida o la tiene delante pero se le bloquea el acceso a la misma.

Pero seguro que no te habías planteado ciertas cuestiones de comportamiento que están directamente relacionadas con la calidad de la comida que consume tu perro. Y por eso es importante elegir el mejor pienso para perros.

Un inciso: si te has tomado tiempo para seleccionar el mejor pienso para perros (sobre un criterio más estudiado que el alto precio, pensando que como es caro tiene que ser bueno) y sabes porqué es un alimento excelente, o bien te has estudiado unas buenas bases de nutrición canina y alimentas a tu amigo con dieta BARF/ACBA, entonces no te leas este artículo, no te contará nada que no sepas ya, 🙂

En caso contrario, si tienes dudas, compras el pienso de tu perro por precio (el más caro, el más barato), por el aspecto de la bolsa, porque es una “marca popular” (pero no sabes porqué),  o simplemente te gustaría tener criterios adecuados para saber elegir el mejor pienso para tu perro, sigue leyendo.

 

Alimentación y conducta

 

El alimento es una necesidad básica de todo ser vivo.

Es preciso consumir cada día alimento en cantidad y calidad suficiente para poder mantenerse saludable y equilibrado, tanto física como mental y emocionalmente.

Por lo tanto, la escasez de alimento o el alimento de calidad insuficiente van a determinar conductas  encaminadas a corregir esa situación.

Pero también aparecerán alteraciones de comportamiento derivadas de la desnutrición (alimento escaso) o la malnutrición (alimento de mala calidad).

El alimento inadecuado impide una producción correcta de hormonas y neutrotransmisores y limita la reparación de daños físicos del organismo debidos al desgaste del día a día, pero sobre todo produce estrés.

Y el estrés en sí mismo, si es crónico, genera una gran cantidad de alteraciones de conducta, como irritabilidad, depresión o hiperactividad, desorientación, falta de concentración, retraso en el aprendizaje,aumento o disminución del consumo de comida, aumento del consumo de agua…

Y también altera la salud: mayor incidencia de infecciones, retraso en la cicatrización de heridas, alteraciones cutáneas y digestivas….

Por lo tanto elegir para tu amigo el mejor pienso para perros no es solo una cuestión de “comer bien”.

Es fundamental para que goce de una buena salud y para mejorar, corregir o prevenir alteraciones de la conducta.

De hecho, una de las cuestiones que siempre se debería revisar en perros con problemas de comportamiento es la dieta.

Es uno de los muchos cambios que se pueden hacer para mejorar, y que en general no requiere de grandes inversiones ni de mucho tiempo para aplicarse.

 

¿Qué pienso para perros es el mejor?

 

Cuando alguien me hace esa pregunta, le suelo responder que el mejor pienso para perros lo decide su perro.

Hay piensos de alta calidad que a ciertos perros les sientan mal, por la razón que sea.

Por ejemplo, un pienso de gran calidad a base de carne de pollo administrado a un perro con alergia al pollo seguramente será un “mal pienso”.

Por lo tanto, tu perro tiene la última palabra en este tema.

Hay que valorar cuestiones como la calidad del pelo (tras al menos 4 semanas de consumo continuado), la calidad y cantidad de heces (hay piensos muy caros que producen un elevado volumen de heces: eso sugiere que algo no está funcionando correctamente), la palatabilidad (si no se lo quieren comer, dará igual lo estupendo que sea el alimento), la facilidad para mantener un peso adecuado y la cantidad diaria que debe consumir el animal para satisfacer sus necesidades, entre otras cuestiones.

Pero sí puedo facilitarte ciertas premisas que debes valorar para que puedas seleccionar un reducido número de marcas (y variantes dentro de esas marcas) y llevarte el mejor pienso para perros a casa.

Con esos criterios podrás saber cuáles son los piensos objetivamente de mayor calidad, y después valorar cuál de esas marcas le sienta mejor a tu amigo, o tiene mejor precio, o simplemente puedes contar con ellas para cambiar de marca cuando desees, sabiendo que mantienes una alta calidad en la nutrición de tu perro.

 

¿De qué están hechos los piensos para perros?

 

Lo primero que debes hacer es darle la vuelta al saco para no ver el frontal.

Así evitarás dejarte llevar por bonitos y coloridos diseños, que son definidos por una buena estrategia de marketing, pero no son indicadores de calidad.

Comprar un saco de pienso porque sale la foto de un yorkshire terrier y tú tienes uno es caer en la trampa de marketing al elegir el mejor pienso para perros por cuestiones estéticas y no de calidad.

Mejor profundiza un poco más en el contenido.

Al fin y al cabo, el saco lo vas a tirar, 🙂

 

Ingredientes

 

En la parte trasera tendrás un listado de ingredientes. Es en lo primero que te tienes que fijar.

Los ingredientes están colocados por orden de cantidad, de más a menos, como marca la legislación (ocurre lo mismo en los alimentos para personas, ya puedes echar un vistazo a lo que comes y asombrarte).

Como estamos valorando el alimentar a un carnívoro mixto (es decir, que come sobre todo carne y vísceras, aunque también se alimenta de otras cosas, como vegetales y fruta), los primeros ingredientes deberían ser carne, pescado o huevos.

O sea, sobre todo proteínas de origen animal.

Luego pueden aparecer vísceras (como hígado), o ingredientes que aporten grasa (como aceites o manteca/grasas).

Ojo a un truco popular para falsear el listado de ingredientes. Es posible que la lista empiece por una carne (por ejemplo, pavo) y diga «carne fresca de pavo, min 20 %». Eso suena bien.

Pero resulta que el pienso no está fresco, sino deshidratado. La ley obliga a añadir lo de fresco para que sepas que esa carne se ha contado como 20 % antes de quitarle el agua. Pero si el 80 % de esa carne fresca se elimina después, el primer ingrediente ya no es carne de pavo, puesto que bajará bastante en % y por lo tanto también en el orden de ingredientes. El segundo ingrediente de la lista es en realidad el primero, y ese pienso ya no tiene tanta carne como te querían vender.

De hecho, si consultas suficientes etiquetas, verás que muchos ponen «carne deshidratada de» o «carne de» a secas. Ese ingrediente sí está libre de agua, y por lo tanto se encuentra en el puesto donde la han colocado, no cambiará de sitio al procesar el pienso.

Finalmente otra manera de añadirle restos sin que se note que son restos es poner «harina de carne», o cualquier otro modo de harina. Demasiado procesado, y demasiado genérico el ingrediente, ahí se pueden colar muchas cosas sin especificar.

Por lo tanto evita los piensos con «harina de«.

Y también los que llevan «carne fresca de» como primer ingrediente. Más que nada porque es un poco tomadura de pelo e intento de engañar al consumidor (pero cumpliendo la ley).

Tras la carne como aporte de proteínas, las cuales se emplean sobre todo para la construcción y regeneración de tejidos y órganos,  hay que aportar nutrientes que permitan obtener energía, para moverse y para mantener en marcha todos los procesos fisiológicos normales.

 

Fuentes de energía

 

Las dos principales fuentes de energía que podemos encontrar en la comida son los hidratos de carbono (azúcares más o menos complejos) y las grasas o lípidos.

Los hidratos de carbono se van a encontrar sobre todo en los cereales (maíz, arroz, trigo, soja, avena, cebada….), patatas y otros tubérculos, legumbres, etc.

Y las grasas, pues en la manteca animal, en aceites animales (como el de salmón) y aceites vegetales (de diferentes semillas), principalmente.

Y si lo piensas bien, para  un perro que se buscase la vida a la hora de comer, salvo que consuma solo restos de comida humana, su principal  fuente de energía sería la grasa animal.

El resto de las opciones están menos accesibles.

Así que los primeros ingredientes del mejor pienso para perros deberían ser carnes y pescados, seguidos de grasa de origen animal.

Con eso ya has eliminado de tu búsqueda a muchas marcas.

 

Cereales

 

En concreto, todas aquellas que usen la palabra “cereales” en su lista de ingredientes.

También descarta las que pongan “subproductos”, sean de donde sean.

Los subproductos son eso, restos.

Si son subproductos animales, restos de animal (las plumas, los cartílagos, las pezuñas, las pieles, los tendones….).

Y si son subproductos vegetales, igual, todo lo que no se coma (como peladuras, pepitas, cascarillas, etc).

La calidad de un pienso que lista “cereales, subproductos animales y vegetales……” es ínfima. Es el mejor peor pienso para perros.

Puede haber excepciones y que un pienso caro tenga esos ingredientes, pero aquí van incluidos todos los piensos baratos.

Una de las características de estos piensos es que tu perro debe comer una gran cantidad de alimento al día para cubrir sus necesidades elementales.

Y aun así no lo logra, ya que las proteínas de calidad disponibles son insuficientes, y la grasa suele ser escasa. Solo van sobrados de hidratos de carbono.

Y los perros no están bien preparados fisiológicamente para usar los hidratos de carbono.

Eso exige un esfuerzo extra al páncreas, que los digiere por un lado, y por otro regula la cantidad de azúcar en sangre. Los hidratos de carbono vienen a ser cadenas de azúcares más o menos complejas.

Y como el organismo del perro no sabe muy bien qué hacer con ellos, tiende a guardarlos.

Es decir, los piensos ricos en hidratos de carbono producen fácilmente sobrepeso y pueden favorecer la aparición de pancreatitis y diabetes a medio plazo.

Así que entre las cantidades enormes de consumo diario y el riesgo para la salud de tu perro, en realidad no son nada baratos.

Descártalos siempre de la dieta de tu amigo. Por mucho que le gusten o por muy popular que sea la marca.

Siguiendo los criterios anteriores, lo ideal es eliminar también de la lista todos aquellos piensos que contengan cereales.

Y en cereales se incluyen: maíz, arroz, cebada, centeno, avena, soja y trigo. Si afinamos mucho, también la quinoa o la chía, que algunos piensos la incorporan (y te lo cobran bien caro).

Dentro del grupo “cereales”, los hay malos y menos malos para alimentar a un perro, pero en general, y dado que existen muchas marcas que ofrecen alimento para perros libre de cereales (grain free), si puedes evitar las que sí los llevan, mejor.

Eso sí, este paso ya encarece bastante el pienso.

Los cereales no se añaden porque sean adecuados para la nutrición del perro, se añaden porque son baratos.

Si el presupuesto es realmente un problema para ti, entonces céntrate en dejar de lado los piensos “cereales, subproductos….”, y elige aquellos que tienen carne como primer ingrediente, y un único cereal (mejor arroz o avena que maíz) como segundo, o idealmente, tercer ingrediente.

En ese caso, el precio aparentemente se dobla. Pueden pasar de costar 20 euros un saco grande, a costar casi 40 euros.

Y crees que no te lo puedes permitir.

Pero echa un vistazo a la tabla de cantidades diarias recomendadas

En el pienso más barato, la cantidad diaria a administrar es X (depende del peso de tu perro, y de la edad, si es un cachorro).

En el que es algo más caro, la cantidad rondará X/2. Es decir, aproximadamente la mitad.

Tendrás que darle a tu perro la mitad de comida para conseguir un efecto saciante similar.

¿Y en qué se traduce esto?

Menos carga para el estómago a la hora de hacer la digestión. Más facilidad para asimilar los nutrientes. Menor volumen y número de heces.

Y posiblemente ya puedas notar los efectos de una dieta de mejor calidad solo con este cambio, ya que tanto la cantidad como la calidad de las proteínas ha subido notablemente.

Y eso se dejará ver también en la conducta de tu perro.

Los comportamientos que pudiesen estar ligados a una malnutrición disminuirán.

Pero si puedes permitirte más, o incluso estás comprando un pienso caro y resulta que acabas de descubrir que tiene maíz como primer o segundo ingrediente, puedes afinar más.

Elimina aquellos que lleven cualquier cereal.

 

Almidones

 

Luego comprueba que no hayan cambiado el cereal por almidón (que es básicamente una fuente de hidratos de carbono genérica), porque entonces no habrás hecho mucho.

El almidón suele venir listado como tal en los ingredientes, no te costará detectarlo. Aunque puede incorporarse como segundo o tercer ingrediente en forma de patata, batata o boniato.

Aunque se puede notar también la presencia de hidratos de carbono en otra parte del análisis nutricional del pienso: las proporciones.

En algún sitio cerca de los ingredientes vendrá una lista de porcentajes, donde aparecen proteínas, grasas, humedad, cenizas, calcio y fósforo, fibra y algunas cosas más.

No verás listado el % de hidratos de carbono. Curioso, ¿verdad?

Pero como la suma total de esos porcentajes debe ser 100, solo hay que sumar. Y lo que falte hasta llegar a cien, son hidratos de carbono.

(Si falta la humedad, en algunos piensos no la citan, que sepas que esta suele rondar el 8-10 %. Difícilmente puede haber menos, y si hay más, el pienso se enmohece fácilmente. Tenla en cuenta en la suma).

Así que si el pienso no tiene cereales, pero el % de hidratos de carbono anda por el 35-40 %, seguramente lleva mucho almidón.

Esto implica otra cosa: si los hidratos de carbono bajan, algo tiene que subir, normalmente la proteína y la grasa.

Ahí ya tienes una señal de si hay o no hidratos de carbono en exceso y no los has detectado en los ingredientes.

De ahí la creencia popular de que si el % de proteína y grasa es alto (superior al 30% y al 20 % respectivamente), el pienso es excelente.

Lo cual sería correcto si la fuente de proteínas y de grasas es de alta calidad. Entonces podría ser el mejor pienso para perros.

Porque si el pienso lleva como primer ingrediente plumas (proteína pura pero de difícil digestión) y como segundo un aceite vegetal (grasa pura, pero distinta de la de origen animal), la calidad es mediocre.

O si estamos incluyendo en la cuenta las proteínas de origen vegetal que lleva el cereal, que están menos disponibles tras la digestión que las de origen animal y por lo tanto falsean la cuenta de proteínas realmente asimilable/utilizable.

Por eso lo primero es mirar la lista de ingredientes.

Y lo siguiente, si el % de proteína y grasa se corresponde con esos ingredientes.

O te están colando carbohidratos y no tienes claro por dónde.

O si tratan de venderte un pienso como de gran calidad porque tiene un 30 % de proteína y un 25% de grasa, y resulta que está hecho a base de maíz y aceites o incluso de subproductos (los subproductos pueden tener un elevado % de proteína, pero no pueden digerirse. Es como si no comieras nada).

Finalmente, en los mejores piensos para perros, los de mejor calidad se añaden alimentos como verduras, frutas y hierbas de distintos tipos (ya mencioné arriba que el perro es un carnívoro mixto), y algunos aditivos “invisibles” destinados a mejorar o prevenir problemas de salud, como condroprotectores (condroitin sulfato, ácido hialurónico, etc).

Eso suma precio pero compensa a largo plazo.

 

Aditivos

 

Una última mención sobre los aditivos artificiales.

Hay piensos que los incluyen para conservar el nivel de vitaminas, o para dar colores atractivos a las bolas, o quizá para mejorar el olor o textura.

Evítalos.

No aportan nada nutricionalmente y es muy posible que sean dañinos a medio plazo. Suelen aparecer al final de la lista de ingredientes: BHA, BHT, galato de propilo, etoxiquina, propilenglicol, o simplemente términos sin concretar como “aromatizante”, “saborizante”, etc.

Con estos criterios ya puedes descartar muchas marcas que solo te darán problemas.

Y puedes elegir un alimento de una calidad bastante decente si tu presupuesto es limitado, o saber diferenciar entre los piensos de elevado coste cuáles ofrecen mayor calidad, dejando de lado los que se escudan en su popularidad (pero te venden alimento para gallinas) o los que a igualdad de coste destacan por una mayor calidad nutricional.

Y lograrás asegurar de un modo fácil y rápido que una de las necesidades básicas de tu perro está bien cubierta, tanto en cantidad como en cantidad.

 

Elige el mejor pienso para perros: un resumen

 

Los ingredientes están listados por orden de cantidad.

Descarta siempre los “cereales, subproductos” = calidad ínfima.

Primeros ingredientes carnes o pescados. Idealmente seguidos de grasas animales.

Evita los que lleven «carne fresca» como primer ingrediente.

Evita los que llevan «harinas de».

Si lleva cereal, que sea en segundo o tercer lugar como mucho, nunca en primero.

Y mejor arroz o avena que maíz (por ejemplo).

Mucho mejor si es “grain free” (libre de cereales).

Ojo si cambian cereal por almidón o patata o batata o boniato.

Comprueba los % de nutrientes: proteína igual o mayor de 30 %, grasa igual o mayor de 20 %.

Valor añadido si incluye suplementos nutricionales como protectores de articulaciones. 

Finalmente, si te lo puedes permitir, valora el olvidarte de la comida ultraprocesada para tu perro, igual que en personas es perjudicial a medio plazo, en perros seguramente también. 

Infórmate sobre la dieta BARF, y anímate a probarla, es menos complicado de lo que te parece a simple vista, y las «contraindicaciones» que suelen argumentar sus detractores a menudo tienen poco o ningún fundamento. Las mayores contraindicaciones son para nosotros (por su coste o la necesidad de preparación, conservación y conocimientos), para los perros tienen múltiples ventajas.

 

¿Quieres ampliar esta información? Pues visita esta página, que lleva muchos años tratando este tema. Está en inglés, y muchas de las marcas que analiza no existen en España, pero leerla es altamente clarificador:

http://www.dogfoodanalysis.com/

 

La alimentación puede parecer un cambio irrelevante, pero tiene su importancia.

En algunos perros mucha. 

En otros no influye tanto, pero ayuda a ver mejorías.

Puedo proponerte más mejoras, más cambios, más nuevas ideas que van sumando y ayudan a que tu perro se sienta mejor.

Si tu perro se siente mejor, tú también.

Y los conflictos se reducen.

 

He perdido a mi perro (I)

perros con localizadores GPS

(Actualizado septiembre 2023)

¿Qué hago si mi perro se pierde?

 

Perder al perro es algo que ocurre con mucha frecuencia. Un despiste en el paseo, un cohete o tormenta que lo asusta, un rastro de alguna perrita o de un animal silvestre…. Las razones son diversas, pero el resultado final es el mismo: angustia, desesperación, nerviosismo, y muchas dudas: ¿cómo lo busco?, ¿por dónde empiezo?, ¿estará bien, a dónde habrá ido?.

Hasta no hace mucho nos teníamos que conformar con llamarle y confiar en que regresara a nuestro lado, o empezar a movernos de un lado a otro para ver si lo veíamos.

Pero gracias a los enormes avances en tecnología, a día de hoy puedes anticiparte a este problema, ahorrándote un gran susto y quizá posibles daños para tu perro, para terceros, o peor, el no volver a ver a tu amigo nunca más.

 

Lo primero: anticípate

 

Lo ideal es dar por sentado que algún día se puede perder (¡o escapar!).

Según el temperamento de tu perro y tus experiencias previas, hay veces que tenemos más claro que esto puede ocurrir que otras, así que puedes llevar a cabo acciones en distinto grado según tus expectativas.

Sin embargo, es importante que hagas algo para prevenir, no confíes en el “esto no le ocurrirá a mi Toby, que nunca se separa de mí”.

Algunas de las ideas que puedes aplicar no cuestan esfuerzo y son muy económicas, así que sé previsor, mejor que nunca tengas que necesitar estas medidas a que tengas que lamentar no haberlas aplicado.

 

Siempre identificado

 

Lo primero puede sonar obvio, pero en España al menos todavía hay mucha gente que lo deja para más adelante, lo olvida, o simplemente no lo cree necesario o siente algún tipo de rechazo hacia el procedimiento: identifica a tu perro mediante microchip subcutáneo.

El microchip o transponder es un pequeño dispositivo de cristal biocompatible. En su interior tiene una bobina de cobre en la cual se ha grabado un número en forma de señal de corta distancia.

Se coloca mediante una inyección bajo la piel, generalmente en el lado izquierdo del cuello, y salvo averías excepcionales, permanece ahí toda la vida del perro.

Cuando se aproxima un aparato lector activado (que emite una señal) el microchip responde con su propia señal. Y el lector traduce esa señal a un número único. Ese número es el que corresponde a tu animal, sería como nuestro número de DNI.

Hay quien cree que el microchip permite encontrar al perro mediante esa señal, pero lamentablemente no es así.

La señal que emiten tanto el lector como el transponder son de corto alcance, apenas 20 centímetros máximo. Por lo tanto, no sirve para encontrar físicamente al perro. Sirve para saber a quién pertenece ese animal.

Y es que tras colocar el chip a tu perro, hay un segundo paso imprescindible: el número asignado debe asociarse a tus datos. Y eso se hace vía Internet.

Existen en España varias bases de datos y programas gestionados por los veterinarios clínicos, donde se introducen los datos del animal y del propietario y se asocian al número de microchip correspondiente.

Así, cualquiera con acceso a la base de datos puede saber quién es el cuidador de un perro tras haber obtenido el número de chip, facilitando la devolución del mismo.

La identificación animal es obligatoria desde hace años, en toda España.

Pero tiene un gran defecto. Bueno, más de uno, pero para lo que te interesa, hay uno realmente importante: es necesario un lector y acceso a una base de datos privada.

Esto suele implicar la intervención de un veterinario. Y aunque en teoría los cuerpos de seguridad (policía y guardia civil) tienen acceso a lectores y bases de datos, ellos también tienen horarios de trabajo, que es lo que ocurre con las clínicas.

Si tu perro se pierde un sábado por la tarde, alguien lo recoge y desea devolverlo, posiblemente no logre localizarte hasta el lunes por la mañana, como muy pronto.

Eso es un gran inconveniente.

Como ventaja es muy difícil de manipular, y en caso de robo o de conflicto con la persona que encuentre a tu perro (que se lo quiera quedar, vaya), te da respaldo legal: puedes demostrar sin lugar a dudas que tu perro es realmente tuyo.

En varias ocasiones he recibido en la consulta a personas que habiendo encontrado un perro adulto sin identificar, quieren quedarse con él, y al implantarle el microchip con sus propios datos son legalmente propietarios del animal. Eso puede complicar mucho que lo recuperes si logras dar con él. Así que es importante que lo lleve.

Pero también debes valorar otras opciones además del microchip.

 

Es importante que  pasee «vestido»

 

Lo segundo que debes hacer para prevenir una pérdida es ponerle un collar o arnés cuando esté suelto.

Siempre.

No sirve para encontrarlo de modo directo pero es una gran ayuda psicológica para lograr ayuda de terceros de modo voluntario.

Me explico.

La gente se encuentra perros con mucha frecuencia. Hay quien se involucra sin pensar nada, y los recoge y actúa en consecuencia.

Pero la mayoría, aunque le gusten los perros y se le cruce uno en el camino, piensa primero “¿tendrá dueño o está abandonado?”. “Y si está abandonado y lo recojo, ¿¿qué haré después con él??”.

Si la respuesta inmediata es “esto me va a complicar mucho la vida”, la reacción inmediata será “bueno, por aquí pasa más gente, ya se ocupará otro que tenga más opciones que yo de ayudar”. Y ya.

En cambio, si el perro tiene buen aspecto, y un collar o arnés en  buen estado, más cierta cara de despiste, la situación cambia.

El mensaje que llega es “este perro está realmente perdido, seguro que alguien lo está buscando, si lo recojo y trato de encontrar a su familia no me complicaré mucho la vida y ayudaré al animal”.

Es más fácil que un desconocido coopere si tu perro denota que alguien se está preocupando por él.

Quizá no suene bien, pero mi experiencia con perros sin dueño (¡¡ni chip!!) que aparecen por la clínica o llamadas telefónicas que explican justo esto desde hace años me dicen que las posibilidades de que alguien te ayude aumentan  notablemente si tu perro parece realmente perdido, y no hay nada que sugiera que lo  han abandonado.

 

Ponlo aun más fácil

 

Siguiendo con la línea de lograr la cooperación de desconocidos y anticiparnos a una posible pérdida, puedes lograr que de modo inmediato te devuelvan a tu perro de un modo sencillo y económico.

Coloca en su collar o arnés una chapa con tu teléfono.

“Menuda obviedad”, estás pensando.

¿Seguro?.

Echa un vistazo un día mientras pasees, a ver cuántos perros tienen una chapa visible con el teléfono de su dueño.

Yo lo hago, y sorprendentemente casi ningún perro la lleva.

Yo tengo incluso una chapa “neutra”, donde solo aparece mi teléfono, y se la pongo a los perros que dejan a mi cuidado o a los perros de mis amigos, cuando se quedan en mi casa unos días. Por si acaso.

Si pierdes a tu amigo, y alguien lo ve antes que tú y ve la chapa, las probabilidades de que te llame al momento son muy muy altas.

Con esta idea evitas la incertidumbre y la espera que supone la lectura del microchip.

Y la posibilidad de que la gente mire para otro lado para no complicarse la vida si el perro está abandonado o sin chip: nadie abandona a su perro con una chapa colgando del cuello.

La implicación de terceros en este caso es rápida y eficaz: no tienen que cambiar nada en sus vidas, ni responsabilizarse ni implicarse apenas. Solo tienen que hacer una llamada.

Incluso las personas a las que no les gustan los perros estarían dispuestas a hacerlo, solo por no ver a tu perro vagando de un lado a otro cerca de ellos.

En serio.

Por lo tanto, una chapa puede ahorrarte un gran disgusto y mucho tiempo de búsqueda, y facilitar enormemente la colaboración de terceros para que te ayuden espontáneamente.

Yo hace años que las compro vía Internet en el mismo sitio: ahorro tiempo y dinero.

En esta web tienen muchos modelos, en distintos colores, y funciona muy bien. En pocos días la tendrás en casa.

 

¿Y si lo pierdo en un lugar aislado?

 

Cuando paseamos por lugares muy tranquilos, por no decir desiertos, contar con ayuda de terceros parece una opción poco acertada.

En esas situaciones, tendrás que volverte loco a llamar y dar vueltas y más vueltas para encontrar a tu perro.

O de nuevo puedes anticiparte, y si crees que tu perro tiene facilidad para perderse o es algo escapista, elige la artillería pesada: colócale un localizador GPS.

He recibido muchas consultas respecto a estos dispositivos desde hace años, y he podido comprobar con el paso del tiempo que hemos pasado de disponer de localizadores GPS de gran tamaño, escasa eficacia y sobre todo, precio elevado (varios cientos de euros), a poder comprar localizadores GPS de pequeño tamaño y peso, alta efectividad y a precios realmente asequibles.

Existen muchos modelos, con lo cual decantarse por uno u otro puede resultar complicado.

Voy a ayudarte a simplificar la selección.

 

Cómo elegir un localizador GPS para tu perro

 

Lo primero es que tengas claro qué tipo de localizador GPS deseas comprar.

Hay dos tipos: el que funciona mediante señal de radio, y el que opera a través de satélites de posicionamiento (el verdadero GPS propiamente dicho). Algunos añaden al GPS la posibilidad de posicionar vía antenas de telefonía móvil (GSM).

Ambos tipos de localizadores GPS tienen sus pros y sus contras.

Vamos a verlos en detalle para que valores cuál es el más útil para ti.

 

Localizadores por radiofrecuencia

 

Estos aparatos emiten una señal de radio, y se venden junto con un receptor o mando que la recibe.

Como ventaja, no tienen gastos adicionales. Es un sistema cerrado que no requiere de soporte externo, ni Apps, ni Internet, ni empresas que cobren mensualidades por el mantenimiento del sistema.

Además, funcionan en lugares donde no existe la cobertura para teléfonos, que en montaña es un problema más frecuente de lo que crees.

Como inconveniente, el alcance de los de onda corta (la mayoría) puede llegar a ser realmente escaso. El mejor que he visto llega hasta un kilómetro, pero la mayoría se queda en unos cientos de metros, en el mejor de los casos.

Y eso si no hay obstáculos sólidos: las ondas de radio no pueden atravesar paredes ni muros de piedra ni montañas. Si lo piensas en zonas rurales hay sitios donde la radio no se oye nada bien.

Tampoco ofrecen ubicación exacta mediante coordenadas, ya que la comunicación entre el emisor y el receptor es tan solo por ondas.

Lo que hacen es indicar mediante el mando la proximidad o lejanía del emisor, con luces y/o sonidos. Según te aproximas al objetivo, pitan más rápido o las luces aumentan, según te alejas, lo contrario.

En según qué sitios puede ser un poco confuso el andar hacia un lado y hacia otro buscando una señal más intensa.

En el caso de los rastreadores de perros por radio de onda larga, el panorama es muy diferente.

Son más aparatosos, ya que requieren de antena, pero a cambio la distancia de localización es de muchos kilómetros, son precisos y funcionan casi en cualquier terreno.

Su único inconveniente es que superan en precio a los demás por mucho.

 

Localizadores GPS mediante satélite/antenas

Este sistema es el más común. El aparato dispone de un sistema de recepción de señal de satélites (GPS), y gracias a ellos genera una ubicación, que traduce a coordenadas.

Muchos localizadores GPS disponen también de recepción de señales de antenas de telefonía (GSM)  para compensar las zonas donde no se recibe bien la señal de satélite y no permite una ubicación correcta por ese medio.

Luego se comunica con otro aparato (un teléfono móvil), y le transmite dichas coordenadas cuando el teléfono que le requiere el dato contacta con el localizador GPS.

Por lo tanto el primer requisito que tienen estos localizadores GPS es que precisan de una tarjeta SIM.

Tienes que disponer de una línea de teléfono para el localizador, ya que tú le llamarás para que te dé su posición, y él contestará con ese dato (mediante mensajes de texto o direcciones web).

La mejor opción para que esto no te cueste dinero es comprar una tarjeta SIM de una compañía que te permita pagar (mediante contrato: las de prepago caducan cada X meses y pierdes lo que no usas) solo cuando haces uso de algún servicio, es decir, solo cuando la tarjeta emita SMSs o datos.

Mientras esté inactiva, no pagas nada. En Simyo, por ejemplo, tienen esa opción (yo tengo una tarjeta para mi localizador con esa compañía desde hace años). Seguro que en otras compañías también es posible.

Así que el funcionamiento es sencillo: enciendes el aparato, te aseguras de que esté al máximo de batería, colocas la tarjeta SIM (que debe poder activarse sin PIN, si no el localizador no funciona porque no tiene teclado numérico para desbloquear la tarjeta), y le pones el aparato a tu perro.

¡¡Y a pasear!!.

Si tu perro se pierde o escapa, llamas al número de teléfono de la SIM del localizador GPS.

En breve recibes un SMS con unas coordenadas. Introduce las coordenadas en Google Maps o sistema similar de navegación, y a recuperar a tu amigo.

Algunos te facilitarán una web donde aparecerá directamente la ruta a seguir, en lugar de coordenadas concretas.

 

Pero ¿qué localizadores GPS elegir?

 

Ya tienes claro cómo funciona cada sistema.

Y aun tienes dudas, porque hay docenas de modelos para elegir.

Así que a continuación tienes unas revisiones de los modelos de localizadores GPS que más se venden de ambos tipos, destacando sus beneficios sobre el resto y las funciones que aportan, así como los costes de mantenimiento, si los hay, para que te resulte muy sencillo decidirte por uno.

Después solo tendrás que asegurarte de que dispone de batería suficiente antes de los paseos, y fijarlo bien al collar o arnés de tu amigo.

Esto último es importante. Los perros se sacuden, se revuelcan por el suelo, juegan con otros perros…. Si el localizador no está bien fijado puede soltarse.

No perderás el aparato, pero puedes perder al perro mientras el aparato queda en el suelo.

Ahora con uno de estos localizadores GPS, si tu perro se pierde o escapa, lo recuperarás en un breve plazo de tiempo, y sin depender de terceros.

 

– LOCALIZADORES GPS/GSM

 

TRACTIVE GPS (sobre 50 €)

 

Este es uno de los dispositivos más vendidos, a pesar de numerosas críticas negativas sobre el coste de mantenimiento y el soporte técnico.

Aunque recibe señal de GPS, se comunica mediante antenas de telefonía móvil, lo que significa que si no hay cobertura telefónica, simplemente no funciona.

En lugar de tarjeta SIM comprada por ti, lleva incorporada una SIM interna.

Esto implica que depende de un servicio externo de pago que puede activarse y desactivarse cuando se desee: 5 euros/mes si contratas dos años por adelantado.

Si contratas mes a mes, el coste es de 7,50 €/mes. Aunque hay usuarios que dicen que la web de alta indica (y cobra) importes mayores.

 

Al parecer aquí algunos clientes tienen problemas, porque pagas el año por adelantado y si deseas darte de baja al mes, por ejemplo, te devuelven la diferencia.

Pero como la empresa que da soporte al sistema es extranjera, y no atiende por teléfono ni a menudo vía mail, solo te redirigen a preguntas/respuestas estándar, y no siempre en español, surgen inconvenientes.

Esta situación genera problemas con las devoluciones de importes, según algunos usuarios. Es algo a tener en cuenta.

También parece que hay problemas en caso de querer ejercer la garantía por fallos de funcionamiento. Hay que hacerse cargo de los portes (hasta Austria), y eso, desde España, es un coste superior al del producto.

El fabricante te facilita una aplicación para tu smartphone con la que poder hacer el seguimiento del dispositivo, que se comunica con las antenas de telefonía móvil para indicar su posición.

Por lo tanto es imprescindible que haya cobertura (3G) para que funcione.

Es compatible con iPhone (4, 5 y 6), iPad y Android 2.3 o superior, y también puede visualizarse el trayecto realizado por tu perro a través de un navegador web.

Destaca una interesante función, que es la de poder delimitar una zona segura. Si tu perro sale de esa zona, el localizador te avisa.

Por ejemplo, si marcas una finca como zona segura y tu perro se escapa habitualmente, recibirás aviso al instante.

Aunque un usuario afirma que solo da falsas alarmas, indicando que su perro sale constantemente del perímetro cuando no es cierto.

También te permite ver un trayecto en tiempo real, por lo que puedes saber por dónde se mueve y hacia dónde va al momento.

Pesa solo 35 gramos, y es muy pequeño (4 x 5 cm), como una caja de cerillas.

La batería tiene una duración de entre 2 y 5 días, según la demanda de comunicación con tu teléfono, y se recarga por completo en solo dos horas. Es de litio y puedes cargarla mediante USB.

Varios compradores explican que el sistema de carga está mal diseñado o que la batería muere a los pocos meses, dejando el aparato inservible.

Tiene una luz integrada que da visibilidad a tu perro por la noche o en vías transitadas por vehículos. Y algo  muy importante: es resistente al agua.

Lo que no trae es un collar de sujeción, solo el localizador GPS propiamente dicho.

Por lo tanto, debes fijarlo al collar o arnés de tu perro de un modo seguro para que no se suelte si se sacude o revuelca por el suelo con él puesto.

Y sobre este punto, hay usuarios que indican que el sistema de sujeción se rompe, y en tal caso ya no hay modo de sujetarlo al collar.

 

TK909 GPS PET TRACKER (sobre 50 €)

 

Este localizador GPS viene ya colocado sobre un collar de nylon, por lo que solo tendrás que ponérselo y listos.

A diferencia del modelo anterior, requiere de una tarjeta SIM externa, lo cual te da mucha libertad y elimina o reduce notablemente los gastos posteriores a la compra.

A día de hoy comprar una SIM es bastante económico, y como indicaba anteriormente, si elijes una compañía que te proporcione una buena oferta para SMSs, puedes pagar muy poco al mes, o pagar solo por los mensajes que la tarjeta emita, es decir, solo si la usas para localizar a tu perro, no abonando nada en caso contrario.

Eso sí, un detalle importante, la tarjeta SIM que coloques debe ser 2G. El aparato no soporta ni 3G ni 4G.

La batería es de ion-litio, incorporada al localizador, y se recarga mediante USB. Tiene una larga duración, variable por uso, pero tranquilamente más de una semana.

Estos localizadores GPS funcionan de la siguiente manera: realizas una llamada o envías un SMS a la tarjeta SIM que le has puesto, y responde con un mensaje donde facilita una dirección de Google Maps, así podrás ver en tiempo real por dónde se desplaza tu perro.

También dispone de una App y de un sitio web donde poder ver distintas variables como la velocidad de movimiento, la ubicación exacta, el historial de rutas, etc.

Y cuenta igualmente con la función de zona limitada: se puede marcar un perímetro que el perro debe respetar, y si sale de ahí, el localizador te avisa a tu móvil para que sepas que se ha escapado.

En cuanto a tamaño, mide un poco más que el anterior, 7 cm x 3,7 cm (y 2 cm de anchura), y pesa 45 gramos. No es el más indicado para mascotas pequeñas (si quieres, tienes un modelo algo más pequeño y ligero, con collar adecuado para perros pequeños y gatos, aquí).

Es resistente al agua, pero no es sumergible. Eso significa que soporta algo de agua como lluvia ligera o salpicaduras. Nada más.

Finalmente el manual de instrucciones está solo en inglés. Si no se te dan bien los idiomas tal vez necesites ayuda para hacerlo funcionar, 🙂

Aunque puedes consultar este enlace, donde hay un PDF en castellano con las instrucciones.

 

KIPPY EVO GPS (sobre 40 €)

 

Kippy Evo es un localizador GPS de cuidado diseño que se ofrece en varios colores.

Tiene varias funciones mediante su App, similares a otros localizadores de este tipo: zona limitada, seguimiento de los movimientos de tu perro, coordenadas y ubicación en mapa, etc.

Es resistente a golpes y además impermeable, lo cual es un plus importante para localizadores GPS para perros.

También desde la App puedes encender una luz LED que trae incorporada, para así visualizar fácilmente dónde está tu perro en la oscuridad.

De plástico fuerte y colores vivos, cuenta con una batería de larga duración: hasta diez días. Y se recarga mediante USB.

Posiciona a tu perro mediante señal de GPS. Y puedes obtener los datos correspondientes tanto en smartphones (iOS y Android) como en PC.

Lleva SIM interna asociada a Vodafone y Orange, lo que supone que dependes de un servicio de soporte externo. Si esas compañías no tienen cobertura en la zona de paseo, no funciona.

Y según varios usuarios, las conexiones que realiza con el GPS o no son realistas (muy baja precisión) o directamente pierde la conexión durante horas, lo cual reduce notablemente su eficiencia.

Parece que la eficacia es muy variable en función de la geografía del terreno.

También comentan problemas con la App, que se cierra cada poco, así como que la batería se descarga rápidamente si está en modo uso, no llegando a los dos días.

El soporte es italiano, lo que en caso de dudas o reclamaciones puede generar algún problema de idioma. Aunque esto parece que ha mejorado recientemente.

El fabricante ofrece un plan mensual por 8 €, anual por 60 € o bianual por 100 €.

En cuanto al tamaño, es pequeño, 6 x 3 cm (y 2 cm de anchura), y pesa 50 gramos.

No trae collar, así que lo adaptas al que quieras. Han diseñado un sistema de velcro para fijarlo donde desees.

Un extra es que también registra y mide el consumo de calorías y la actividad motriz de tu perro. Lo graba todo y luego puedes consultar distintos datos relacionados en la App.

Y como parece que han renovado el dispositivo hace poco mejorando su funcionalidad, han desaparecido todos los comentarios de los usuarios anteriores a junio de 2019.

 

PAG PET FINDER 4 G (SOBRE 30 €)

 

Los localizadores GPS de Pet Finder tienen un diseño ligero y son realmente pequeños, lo que lo hace muy interesante para gatos y perros pequeños. Aunque lógicamente también se puede emplear para perros grandes.

Se sujeta al collar con unas trabillas de silicona que vienen en la funda que incluye.

Dispone de tarjeta SIM ya incorporada, pero soporta 2G y 4 G, por lo que da una mayor precisión en las ubicaciones.

Es resistente al agua, y la batería es algo limitada, hasta 4 días con un uno de 2-3 horas diarias (lo que se traduce en 8-12 horas de funcionamiento continuado).

Tiene función de geovalla. Y es resistente al agua y al mal tiempo, además de impermeable.

Funciona descargando una App para el teléfono, desde la cual podrás configurar sus diferentes funciones.

Una curiosidad es que dispone de una función para localizar a tu perro en interiores, donde los localizadores GPS no suelen funcionar, empleando la red WLAN. También puedes activar luces led o sonido a distancia.

Y como la tarjeta SIM va incorporada, es preciso contratar un plan de mantenimiento de pago para mantenerlo operativo. Ese plan va desde los 4 euros/mes si pagas dos años por adelantado, hasta los 7 euros/mes si contratas meses sueltos.

En cuanto al tamaño, mide 4,2 x 5,2 x 1,5 cm (es de los más pequeños), y pesa 32 gramos.

No indica con qué sistemas operativos es compatible.

Las críticas que recibe este modelo son comunes a este tipo de localizadores GPS. En zonas de mala cobertura mediana el funcionamiento es lento o errático. También hay usuarios que afirman que no necesitan la funcion de posicionamiento continuo, pero no puede desconectarla y dejar el aparato en Stand By (gastaría mucho menos). 

Una compradora indica que el sistema de sujeción no está bien pensado para perros, que con sus movimientos, revolcones y juegos rápidamente rompen las correas de silicona, por lo que recomienda fijar bien el localizador mediante otro sistema.

Finalmente algunos usuarios indican problemas de resolución por parte del servicio técnico de la marca. Básicamente correos con respuestas automáticas que no se ajustan a sus dudas, o ausencia de respuesta. 

 

FINDPET LOCALIZADOR GPS ( sobre 60 €)

 

Localizadores GPS de diseño compacto y moderno, que sirve también para perros pequeños y gatos.

Funciona con tarjeta SIM que viene ya incluida, y cubre más de 180 países (Europa está totalmente cubierta). Como otros dispositivos que cuentan con SIM, con una mala cobertura móvil el funcionamiento será irregular.

Para activarlo hay que descargarse la aplicación del fabricante, que es gratuita, y viene en varios idiomas (castellano incluido). Eso sí, es necesario abonar una cuota mensual, desde 3 € al mes. Para que puedas valorar los costes, oscilan entre 3 euros/,es si contratas tres años por adelantado, y 6 euros/mes si pagas mensualmente.

Lleva una funda de silicona en la que se inserta el dispositivo, y que sirve para protegerlo del agua, aunque afirma que es resistente, pero no impermeable. Ojo con dejar que tu perro se bañe con él puesto.

 

 

También tiene función de perímetro limitado, entre otras funciones extra.

Es un localizador GPS bastante pequeño, ya que mide 4,6 cm x 3,6 cm x 1,6 cm. Y pesa muy poco, 20 gramos.

Compatible con iOS y Android. La batería se carga por USB. Tarda unas dos horas, y dura hasta cinco días, aunque con funcionamiento normal el fabricante especifica una duración de entre 2 y 4 días.

Tampoco hay suficientes opiniones de otros usuarios para poder valorar qué tal funciona.

 

WEENECT DOGS 2 LOCALIZADORES GPS (sobre 50 €)

 

Estos localizadores GPS se publicitan como el más pequeño para mascotas. Pues mide 6.5 x 4 x 1.8 cm, que es un tamaño bastante reducido. Aunque no es el más pequeño que hemos visto en esta selección. Tampoco el más ligero, ya que pesa 55 gramos. Eso sí, mencionar que el fabricante ofrece otro más pequeño para gatos.

No trae collar, pero está diseñado para acoplarse fácilmente a uno mediante una funda de silicona que permite adaptarse a collares de muchas medidas  

Este modelo trae ya incorporada una tarjeta SIM, por lo que requiere de un pago de suscripción anual. Eso sí, hay que destacar que en lugar de pertenecer a una compañía concreta, la tarjeta se conecta a la que esté ofreciendo cobertura en la zona, cambiando a otra compañía en caso de cambio de antena.

Lógicamente con mala o nula cobertura de telefonía, no funciona. Ah, además funciona con la red 2G, esto puede ser un limitante importante en algunas zonas. 

En cuanto al asunto de la suscripción, se ofrecen varias opciones. Una suscripción de pago por mes, a suspender cuando quieras, que cuesta 8 €/mes (con un mínimo de tres meses). Una suscripción de prepago anual con un pago único de 60 €, que se renovará cada año. Y una suscripción trianual con un coste de 90 €.

No hay un límite de distancia para las mediciones del localizador GPS, y envía posicionamiento a la aplicación del teléfono cada 10 segundos.

 

Se recarga por USB en dos horas, y la batería dura hasta 3 días, dependiendo de la potencia de la red y de cuánto se mueva el perro.

La app es compatible con iOS (10.3 o superior) y Android (4.1 o superior).

Dispone de algunos extras como vibración para entrenamiento del perro, o valla virtual. Y es impermeable hasta un metro, así que podrás dejar que tu amigo se bañe con él puesto.

Como inconvenientes, el producto no es español, y el servicio técnico solo atiende en inglés o francés.

Los usuarios señalan como principal inconveniente de estos localizadores GPS lo habitual en este tipo de dispositivos, la variable calidad de la ubicación según zonas. Para algunos el funcionamiento es fantástico, y para otros resulta un tanto impreciso, pero en general cumple correctamente su función.

 

POR ONDAS DE RADIO

 

DOG GPS X20+ (sobre 440 €)

 

Este modelo de localizadores GPS (que en realidad no funcionan con GPS) es actualmente de los más eficaces y versátiles del mercado cuando no contamos con cobertura móvil o los satélites no funcionan como deberían.

Funciona por ondas de radio de larga distancia, al estilo de los walkie-talkies, y es apto para distancias realmente grandes: hasta 20 kilómetros.

De ahí que el localizador tenga una antena de tamaño considerable.

Como todos los localizadores GPS mediante ondas de radio, no funciona con el teléfono, ni precisa de tarjetas SIM, ni de App, ni de proveedores externos.

Tampoco requiere de suscripciones o pagos periódicos.

El localizador va asociado a un  mando, que es el que recibe la señal y marca la ubicación del perro. El mismo mando puede recibir señal de hasta nueve rastreadores.

 

El collar está incluido, es de PVC muy resistente y sirve para cuellos de 30 a 65 cm.

Tanto el localizador como el mando son sumergibles y resistentes.

Se carga en 3 horas, y la duración de la batería para ambos dispositivos es de unas 40 horas.

El rastreador mide 7,7 cm x 4,5 cm x 2,9 cm, y pesa 142 gramos.

Así que no está pensado para perros pequeños, 🙂

El uso es muy intuitivo, y el mando incluye un sistema de enganche para fijarlo al pantalón.

Definitivamente, este rastreador para perros está diseñado para la montaña, para uso en condiciones duras y de gran aislamiento, y para perros que realmente se alejan bastante por el monte.

Si es tu caso, este localizador te va a evitar muchos sustos.

 

MINI GIRAFUS (sobre 90 €)

 

Este dispositivo funciona mediante ondas de radio de corta distancia.

Muy práctico en lugares donde no hay cobertura de móvil, ya que no requiere el uso de terminales, tarjetas SIM, o acceso a Internet.

El aparato emite una señal, y dispone de un mando que recibe esa señal y da indicaciones de lo cerca o lejos que está el perro.

Es un poco más complicado e inexacto de usar, pues no facilita coordinadas ni dirección: hay que hacer ensayo y error según la señal se reciba más fuerte o más débil en el mando a distancia, una especie de “frío-caliente”.

Y lógicamente solo ofrece esa función: indicar la dirección en la que se encuentra el perro.

A cambio es muy pequeño (3,8 x 2,5 cm) y ligero (4,2 gramos). Las baterías duran bastante, utiliza una pila de botón corriente en el localizador (hasta un mes) y pilas AAA en el mando a distancia. Están incluidas en la compra.

Por lo tanto este aparato no genera gastos posteriores. No requiere comprar una tarjeta SIM ni hay que contratar el servicio de una empresa para el uso de una App.

Tampoco será un problema que dicha empresa siga funcionando en unos años y dando soporte on line o desaparezca, como parece haber ocurrido con alguno de los modelos de localizadores GPS.

 

Incluye una funda de silicona para proteger el aparato, lo que sugiere que con esa funda podrá aguantar algo de lluvia, pero seguramente no sea impermeable. También viene con un collar.

Por lo tanto, este dispositivo es ideal para gatos o perros pequeños (por su ligereza) y para zonas donde no haya cobertura de móvil.

El inconveniente, su corto alcance.

Al funcionar mediante ondas de radio, los obstáculos físicos importantes (paredes, montes) interrumpirán la señal, y a distancias grandes simplemente el mando no podrá recibir nada.

El fabricante afirma que recibe señal hasta 500 metros en terreno despejado, aunque algún usurario relata distancias mayores de eficacia de hasta un kilómetro.

El manual está en inglés y alemán, lo que no es muy práctico, pero el manejo es bastante sencillo e intuitivo, por lo que parece que no es un problema.

Una opción interesante es que se pueden comprar varios localizadores GPS para un solo mando a distancia, en concreto cada mando puede recibir la señal de cuatro localizadores.

 

QR4G PLACA (sobre 6 €)

 

Quiero añadir este dispositivo, que si bien no es un localizador GPS propiamente dicho, ayuda a acelerar la recuperación de tu mascota si lo encuentra otra persona.

Es una chapa que pesa 20 gramos y mide unos 3 cm de diámetro. Es de plástico. Se sujeta a cualquier collar o arnés mediante una anilla metálica.

Sería el equivalente a la chapa metálica de toda la vida, pero en moderno y con más funcionalidad. Por lo tanto no necesita pilas o baterías.

¿Y cómo funciona? Pues lleva un chip en su interior que permite la lectura de datos al aproximar un smartphone a la chapa. El teléfono puede escanear mediante código QR o por NFC. También sirve introducir QR4G.com para activar el sistema.

Así puede leerse con cualquier smartphone, tanto Android como iPhone.

El usuario recibe, desde el teléfono de la persona que está con el perro, un email con las coordenadas de ubicación. Por tanto no requiere instalar una App en el móvil.

No tiene gastos de mantenimiento ni depende de la eficacia de satélites, pero necesita de la colaboración de terceras personas.

Cuando alguien encuentra al perro, solo tiene que acercar el teléfono a la chapa o bien teclear el código QR4G.com en un navegador. Entonces recibes en tu propio teléfono un email con las coordenadas de ubicación.

La idea es que utiliza el sistema GPS del móvil que lee la placa, y envía un mensaje a tu teléfono a través de dicho móvil.

No requiere de instalación de App en el teléfono.

En monte puede resultar poco útil: dependes de que alguien encuentre al perro, lleve un smartphone, sepa cómo funciona la placa y además que haya cobertura.

En zonas urbanas parece bastante más útil, es muy económica y no requiere mantenimiento ni gastos adicionales.

 

HAY MUCHOS MÁS LOCALIZADORES GPS PARA PERROS

 

He dejado fuera de la descripción muchos aparatos.

Existen docenas de modelos, así que me he centrado en los que pueden ser más útiles.

No he incluido los que funcionan mediante Bluetooth, que son muchos, debido a la corta distancia de localización (no suele superar los 15 metros). Tampoco los que son muy genéricos y no están preparados de ninguna manera para colgarlos en el collar del perro, o son demasiado grandes o poco resistentes, o incluso algunos que según sus usuarios, han perdido el soporte técnico o el acceso a la web/App.

Y ahora de un vistazo, una comparativa entre los distintos localizadores GPS para que te queden las ideas bien claras a la hora de elegir:

Marca Precio SIM Servicio de pago Batería Resistente al agua Collar incluido Compatibilidad Medidad/Peso
Tractive 50 € Interna Sí. Bianual (5 €-mes) 2-5 días Recarga en 2 horas Resistente e impermeable No Android, iOS, pc 4×5 cm/35 gr
Tk 909 50 € Externa (2G, no incluida) No Hasta 12 días Resistente Sin datos 7×3,7 cm/45 gr
Kippy Evo 40 € (Vodafone Orange) Sí. Mensual a bianual 60€ año Hasta 7 días Resistente e impermeable Android, iOS, pc 6×3 cm/50 gr
PAG Pet Finder 30 € Interna Sí, 7€/mes) Hasta 12 horas Resistente e impermeable Sin Datos 4.2×5.2/32 gr
FindPet 50 € Interna Sí (entre 3 y 6 €/mes) Hasta 5 días Resistente, no impermeable Android, iOS 4,6×3,6×1,6 cm/20 gr
Weenect Dogs 2 50 € Interna (multired, 2G) Sí, 7,9 €/mes (mínimo 3 meses) Hasta 3 días Resistente e impermeable No Android, iOS 6,5×4×1,8 cm/55 gr
Dog GPS20X 440 € Radio onda larga No 40 horas Resistente e impermeable No necesita. Alcance 20 km 7,7×4,5×2,9 cm/142 gr
QR4G 6 € Chip interno No No usa Resistente e impermeable No Android, iOS Código qr. Código webID 3 cm/20 gr
Mini Girafus 90 € Radio onda corta No Con pilas, varios meses Resistente (con funda) no impermeable No necesita. Alcance 500 metros 4×2,5/4,2gr

Y si después de leer el artículo aun no has encontrado lo que buscas, aquí tienes un listado de los localizadores GPS de rastreo para perros más vendidos:

Por qué mi perro me ladra cuando lo regaño

«Quiero saber por qué mi perro me ladra cuando le regaño» es algo que me preguntan a menudo. Y es que cuando corriges a tu perro, a veces te planta cara y te ladra. Y quieres saber por qué lo hace, qué significa y qué debes hacer al respecto. Pues te lo cuento.

¿Qué hago si mi perro me ladra cuando lo regaño?

 

La respuesta corta es “no le regañes”.

Vale. Ahora habrá gente que se esté partiéndo de risa.

Hablo en serio, y no es mi intención ofender a nadie ni burlarme.

Te explico lo que está pasando.

Para que veas que no es lo que tú crees que está pasando, y entiendas por qué no debes regañar a tu perro.

Incluso aunque gruña. O muerda.

 

Regañar no educa, genera respuestas defensivas

 

 

Veamos.

Tu perro hace algo que crees inadecuado. Le regañas.

Tú piensas que le estás educando.

Que así entenderá que eso que ha hecho está mal y que no debe repetirlo en el futuro.

Que así lo aprenderá y será un perro bueno.

Pero resulta que en la cabeza de tu perro está pasando otra cosa totalmente diferente.

Cuando le regañas, él simplemente percibe un conflicto social. Una amenaza.

Y emite señales para calmarte y para que dejes de amenazarle.

Él no entiende por qué estás así, solo entiende que estás enfadada.

Pero tú, bien porque no te has fijado, bien porque no sabes reconocer las señales, no te das cuenta de que tu perro te pide que pares y que te tranquilices.

Y sigues regañando.

Así que tu perro, que ve que su comunicación no funciona y se siente realmente en peligro, empieza a emitir señales de amenaza hacia ti.

Sí.

Él cree que le estás amenazando, así que ahora te amenaza a ti.

Y ahora tú entiendes la señal (te sientes amenazada y te da miedo) pero no entiendes por qué se pone así.

 

Y si no le puedo regañar, ¿cómo lo educo?

 

Bueno, después de leer esto, confío en que sí lo estés entendiendo.

Y por eso tu perro te ladra cuando le regañas, y no es buena idea regañar a tu perro.

Porque no entiende nada.

No aprende nada, y encima le das miedo.

Y cree que debe defenderse. De ti.

Que no quieres hacerle ningún daño.

Así que mejor utiliza la alternativa al regaño para educar.

La hay, y funcionan muy bien. Se llama educación canina amable y empática.

En cuanto la conozcas, vas a entender muchas cosas. No se dan premios, no se regaña ni se castiga, y se fomenta una convivencia en la que prima el bienestar del perro.

Si esto te resuena y quieres saber más, tienes todos los detalles en este artículo.

Y si lo que has leído te parece interesante, empieza por apuntarte a mis correos.

Mando uno al día, todos los días. Pero solo a quienes se suscriben.

También mando una guía con ideas para mejorar la convivencia con tu perro.

Muchas de esas ideas te serán muy útiles, así que venga, deja tu email, y empieza a leer.

error: Este contenido está protegido