Esta mañana te ha pasado algo extraño en el paseo.
Ibas con tu perro y un chico se ha abalanzado sobre ti muy decidido, explicándote que tienes un serio problema, que tu perro es muy dominante y terminará por darte muchos quebraderos de cabeza si no actúas a tiempo.
Y cuando has querido darte cuenta, te ha quitado la correa de las manos, le ha hecho un lazo corredero y se lo ha puesto a tu amigo en el cuello.
A continuación ha realizado una demostración rápida de cómo debes manejar la correa para que tu perro no te domine y para que pasee como debe: a paso firme, a tu altura, sin quedarse atrás ni adelantarte (sobre todo nada de adelantar), sin mirar en ninguna dirección que no sea al frente y sin pararse a olisquear ni a chorradas por el estilo.
Luego te ha dado una tarjeta para que le llames y contrates sus servicios, dado que está claro que necesitas ayuda para manejar a tu díscolo animal.
Y te has quedado preocupada
¿Tendrá razón?
Tú no lo tienes nada claro, pero parece que el chico sabe.
Desde luego cuando ha dado vueltas y más vueltas con la correa, tu perro le ha seguido muy mansamente.
Y contigo no se porta así de bien.
Es posible que tengas problemas en la relación con tu perro.
Tal vez la convivencia sea mejorable en muchos aspectos.
Quizá incluso hay algunas situaciones que realmente te preocupan desde hace tiempo, porque ves que van a peor y te generan mucha ansiedad en el día a día.
Y tú ves a otros que pasean con sus perros y parecen todos muy relajados y tranquilos, y te gustaría que fuese así para ti.
Pero déjame decirte una cosa: sea lo que sea lo que te preocupa o lo que haga tu perro, no necesitáis un domador.
Y es que eso es lo que son esos señores: domadores de perros.
Eligen a sus víctimas en los parque, sobre todo.
En cuanto un perro muestra alguna salida de tono y si creen que quien lo lleva se va a dejar apabullar, se lanzan a la caza.
Te venden la moto y se van tan contentos, confiando en que tu perro te importe lo suficiente como para que les llames, y que su retórica haya calado de tal manera que creas que les necesitas a ellos.
Podrás reconocerlos porque todo lo que te cuentan encaja a la perfección con el contenido de esta sencilla tabla (creada con humor por los compañeros de Respuestas en Etología Clínica):

Y es que estos señores, que parece que tras ver 5 temporadas seguidas de «El encantador de perros» han tenido una epifanía (“eso puedo hacerlo yo también”), no deberían tocar a un perro ni en una foto.
Porque básicamente esto es lo que te venden: tu perro es una bestia rabiosa, y si no te has dado cuenta es porque aun no lo ha demostrado.
Si crees que no es para tanto, te aclararán que esos ladridos y tirones de correa que sufres a veces son el comienzo de una era de dominación y terror.
Y si no les pides ayuda, pronto no habrá quien pueda manejar a Pelusín.
Pero ellos llegan dispuestos a salvarte con su dialéctica impecable y su herramienta imprescindible: un lazo corredero.
Con él se solucionan todos los males del universo.
Al menos durante el paseo.
Y en casa, pues mira, también.
A menos que tus problemas aparezcan cuando tu amigo se queda solo.
Pero algo se podrán inventar para eso, seguro.
Y es que esas personas no son adiestradores de perros.
Ni educadores tampoco.
Son domadores.
Doman a tu salvaje can para convertirlo en un ser dócil y sumiso (sobre todo sumiso, esto es importante).
Y así podréis ser felices juntos.
O al menos tú serás feliz.
¿Sabes qué? Si te cruzas con uno, huye.
Aléjate lo más que puedas de su radio de influencia (incluyendo de aquellos que probaron y lograron lo que querían, o sea, domar a su perro).
Lo primero que tienes que saber es que «El encantador de perros» es un reality show.
¿Y eso qué quiere decir?
Que es entretenimiento, no educación.
Los que lo hacen y los que lo emiten no buscan que aprendas nada sobre perros, solo que pases el rato (y veas sus anuncios, que de eso viven).
Y el hecho de que en cada programa se maltrate sistemáticamente a tres o cuatro perros para que la gente se asombre y divierta a partes iguales es irrelevante.
Porque el maltrato disfrazado de educación es socialmente aceptado.
Pero eso no cambia lo que es realmente.
Y maltratar a tu perro, aunque se vea elegante y sencillo, aunque a él no se le oiga quejarse (“si no se queja será que no le duele, ¿no?”) ni es lícito, ni va a resolver realmente tus problemas.
Menos aun los de tu perro.
Porque a nada que te fijes, a nada que te esfuerces en aprender comunicación corporal canina y retires la atención del domador para ponerla en el perro, te vas a dar cuenta de muchas cosas.
La principal, que no lo están educando, están abusando de él.
Y él sí se está quejando, pero nadie le escucha ni le presta atención.
Es como el ilusionista al que nadie le pilla el truco porque está canalizando tu atención hacia otro lado.
Tu perro ya es un animal doméstico.
No necesita que le domen.
Necesita que le ayuden y le comprendan.
Y eso un domador no lo hará jamás.
En cambio tú sí puedes hacerlo.
Así que si no buscas domadores puede que esto te guste:
(El «alpha roll» es una maniobra que consiste en forzar a tu perro a ponerse panza arriba para que ofrezca sus partes vulnerables, dando entender así que se somete a ti, su líder supremo e indiscutible. Que quede claro que a bestia no te gana nadie. Si a mí me hacen un «alpha roll» así, sin avisar, también me rindo a quien sea. Pero no me vuelvo a acercar a esa persona porque es peligrosa y está loca. Tú misma).
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Qué buenísimo este artículo! Creo que todos los que tenemos perro hemos conocido a algún personaje como el que describes. Recuerdo una vez, hace ya tiempo (ahora no lo permitiría) que un chico que tenía un perrito tipo Chihuahua, se empeñó en enseñarme como tenía que pasear a Rufus para que no tirara: pegándole un tirón cada vez que se adelantaba un poco. Desde entonces he aprendido bastante. Me importa un rábano lo que puedan decirme, mientras Rufus no me arrastre, me da igual si va delante o detrás de mí, vamos a su ritmo y le permito que vaya a oler lo que quiera y si hay quien piensa que es que me está “dominando” porque me lleva por donde él quiere, es problema suyo. Rufus y yo, a lo nuestro…
Hola, Marta:
Muchas gracias por tu anécdota.
Exacto, tal cual lo cuentas. Todos nos hemos tropezado con alguien así. A mí uno intentó convencerme en un parque de que mi husky era super dominante…. porque llevaba el rabo alto, jajajajaja. Me dio tal ataque de risa que no pudo continuar convenciéndome, ;-).
Lo triste es que aparte de lo que puedan sufrir los perros de la gente que les haga caso, es que te cargas de normas y deberes inútiles, te esfuerzas por cumplir tu parte, y cuando no va bien (que es casi siempre), crees que la culpa es tuya, que eres muy blanda (eso se dice mucho, sobre todo a las chicas), que es que no lo haces bien, o que tu perro es el mayor tirano del universo.
No se me ocurre mejor modo de hundir una relación que va a durar años….. y donde no existe el divorcio.
Disfruta de tu perro y que él disfrute de tu compañía; y los paseos, para relajarse. No necesitamos demostrarle nada a nadie, y menos a nuestros perros. Un abrazo
Hola:
Al final y después de leer los artículos de >Irene y los comentarios no me he podido resistir.
Tenemos un husky ,Dos, ( se llama así) y solo puedo decir que menos mal que después de tres meses de que llegase a casa leí los libros de Irene .Si no hubiera sido así , hoy sería domador y Dos creo que estaría a tratamiento psiquiátrico.
La verdad es que cuando se utiliza el sentido común todo fluye de una manera mucho mas natural a pesar de esos encuentros con «expertos» que , al principio , te hacen dudar pero que a día de hoy me dan risa.
Siento que Dos es feliz con nosotros y a mi me basta. Nunca va a mi lado ( cosa que me encanta) , disfruta de los paseos, viene , va , huele lo que quiere y todo hace que nuestra relación se fortalezca después de casi dos años con nosotros.
Hay un trabajo de aprendizaje por ambas partes , pero merece la pena. Animo a todos y gracias Irene por tu sabiduría
Hola, Josemi:
Muchas gracias por tus comentarios y por compartir tu experiencia. Estoy convencida de que Dos es un perro feliz, y tú y tu familia aun más por compartir vuestra vida con él. Os quedan muchos años fantásticos por delante, ya lo verás, y seguro que aun tiene mucho que enseñarte, :-). A seguir por ese camino. Un abrazo
buenas tardes, yo tengo un boxer de casi 11 meses, y como ignorante de este mundo, me encontre primero con un vecino que me dijo que la perrita (cachorra de 3 meses) no me podia ganar; que tenia que voltearla para hacerle comprender que yo era la que mandaba. Luego contrate a un adiestrador porque me decian que tiraba mucho de la correa y que iba por delante de mi siempre. Y como dices en el articulo, lazo corredero al cuello y tirones, como esto no iba del todo bien me dejo un collar de pinchos (seguimos hablando de una cachorra de 4 meses). Y despues de todo este camino, estamos en el punto de una cachorra de 11 meses que va con su arnes de enganche en el pecho y su collar ancho,que sigue caminando delante de mi. Y despues de leer tu guia y de llevar a la practica tus consejos en el paseo, lo pasamos muchísimo mejor. Yo voy mucho mas relajada y ella puede hacer todas aquellas cosas que antes no la dejaba. Esta mas relajada. Y a mi me importa un pito lo que piense la gente, yo necesito un amigo, no un perro policia atento continuamente a mi a ver que orden le voy a dar.
Gracias por abrir los ojos a mucha gente.
Hola, Irene, 🙂
Muchísimas gracias por tu comentario y por compartir tu experiencia.
Afortunadamente tu perrita es muy joven y podrás ponerle remedio a los primeros tropiezos que habéis tenido.
Además, te has dado cuenta pronto de que ese no era el camino. Hay gente que pasa años, o la vida entera del perro, haciendo eso, sin darse cuenta del daño que provoca.
Cierto tipo de profesionales que por desgracia abundan contribuyen a perpetuar este problema.
Me alegro muchísimo de leer que la guía te ha ayudado. Sigue por ahí, lo ves tú y tu perrita te lo está diciendo: vais por el buen camino y ambas os sentís mejor la una con la otra.
De eso se trata al fin y al cabo.
En cuanto a lo que piense la gente, igual este artículo que he escrito hace poco te interesa y quizá te ayude un poco más (una pista, pensando en tu perra y no en el qué dirán seréis mucho más felices las dos)
https://www.comunicacionyrespeto.com/blog/la-presion-social-y-los-perros/
Me interesa el libro
Hola, Norma:
Si te refieres a la guía para mejorar la convivencia con tu perro, solo se puede conseguir suscribiéndose al blog (dándole al botón que encontrarás al final de todos los artículos)