Cómo educo a mi perro para que obedezca

Mi perro no me hace ni caso.

No puedo soltarlo, porque luego tardo 2 horas en poder atarlo otra vez.

No me obedece.

Se hace el sordo constantemente.

He oído estas frases unas cuantas veces los últimos años.

De hecho,  molaría eso de “si me dieran un euro por cada vez que escucho esa frase”, porque me podría jubilar pronto.

El caso es que una vez expresada la queja, que tu perro te presta la misma atención que a un saco de patatas, lo habitual es achacarlo a alguno de los mitos habituales y dejarlo ahí.

Pocos se atribuyen alguna responsabilidad en el problema.

Y pocos mueven un solo dedo por solucionarlo.

Más allá de subir el tono de voz o tratar de “dominar” al perro.

O algo así.

¿Y qué puedes hacer si estás en esta situación?

Vale.

Puedes estudiarte cómo se aplica el refuerzo positivo a la hora de enseñarle algo a un perro.

Eso ya exige un cierto esfuerzo, tanto de aprendizaje por tu parte como de ensayo y error a la hora de poner en práctica lo aprendido.

Es mucho más productivo que quejarse en el parque canino o que empeñarse en aplicar el toque mágico que enseñan en la tele.

También es más cansado, es cierto.

Y lleva bastante tiempo.

Pero es que el toque mágico en realidad es un sistema punitivo.

Que es un castigo, vaya

(También lo es regañar, elevar la voz, chistar, dar un tirón de la correa, y un sinfín de acciones que mucha gente lleva a cabo casi sin pensar en ello)

Y los sistemas punitivos generan miedo, no obediencia.

Obedecer no está en la naturaleza del perro.

Ya que implica dejar de hacer otras cosas para hacer lo que tú dices.

Y a lo mejor lo que tú dices no es interesante, o no tiene sentido, o no es apropiado, o divertido o lo que sea.

Eso según la opinión de tu perro.

O quizá el problema no es lo que dices, sino cómo lo dices.

Que también es muy importante.

Pedir las cosas por favor suele generar mejores respuestas que ladrar órdenes.

Y muchos las órdenes las ladran.

Por eso son órdenes, ¿no?

Así que revisar tu expresión corporal y el tono de voz cuando le pides algo a tu perro puede suponer una diferencia abismal en su respuesta.

En serio.

Puede que pase de salir corriendo en dirección contraria a aproximarse encantado a tu vera.

Solo con ese cambio.

También es necesario ser constante a la hora de practicar lo que se aprende.

Es un rollo, sí.

Pero las repeticiones son necesarias para consolidar buenas respuestas a prueba de distracciones.

A veces ocurre que empleas refuerzo positivo y eres constante, y aun así tu perro no tiene una respuesta muy allá.

Puede que estés usando sinónimos en lugar de un único concepto para cada cosa.

O que su llamada sea “toma” (palabra prohibida, es un soborno, no una petición)

O puede que estés mezclando órdenes y tu perro opine que si no tienes claro lo que quieres, pues que mejor te centres y cuando dejes de liarla, le avises.

Se puede escribir un libro sobre el tema de la obediencia canina, cómo hacerlo bien, y cuántas maneras hay de hacerlo mal.

(Qué tonta, se han escrito montones de libros sobre el tema. Si quieres que te recomiende alguno serio y que valga la pena, me lo dices)

Y una vez aclarado estos aspectos, te comentaré que hace tiempo que aparqué la obediencia en mis perros.

Del todo.

En serio.

No te hace falta.

Tú crees que sí, que un perro obediente es un perro bueno.

Pero te asombrarías de la cantidad de perros con un nivel de obediencia profesional (son de adiestradores) que se portan de pena en el día a día.

Obediencia y buena conducta no van asociados.

En nuestra sociedad igual sí.

En la de los perros, pues no.

Y por otro lado, piénsalo.

Piénsalo bien, tómate tu tiempo.

¿De verdad lo que quieres es un perro soldado que obedezca TODAS tus órdenes?

¿Y que no sepa qué hacer si tú no estás para decirle qué tiene que hacer?

¿E incluso que se ponga muy nervioso y empiece a portarse regulín si se queda solo y nadie le dice qué tiene que hacer?

¿O estabas pensando más bien en compartir buenos ratos con un amigo?

¿Y echarle un cable cuando lo necesite y ayudarle a entender el mundo de locos en que vivimos -si eso es posible, claro-?

Para lo segundo tengo un servicio de asesoría.

Para lo primero, puedes buscar en Google una escuela de marines.

Y si este artículo te ha dado qué pensar, y quieres seguir leyendo (y pensando), puedes suscribirte al blog.

Te envío lectura cada día, todos los días.

Y una guía de bienvenida, que si lees y aplicas, lo mismo te sorprendes de lo que pasa.

Por el botón

error: Este contenido está protegido